Aunque Max Cavalera  se está  ganando fama de bocachanclas, lo que no se le puede negar es la capacidad de trabajo que atesora. Tras las aportaciones de su banda de cabecera Soulfly, cada vez más hundidos en popularidad y la nueva super-banda Killer Be Killed, que a priori pinta bastante interesante, nos asalta ya finalizando el año, con el nuevo trabajo de Cavalera Conspiracy. No podemos olvidar que en este proyecto comparte filas con su hermano Igor, un tío  que a priori parece tener la cabeza más asentada, equilibrando el álgebra caótica que reina entre las rastas del bendito Max.

Puntuación: 8
Crítica de Angel Silva de Metal 4 All

Para todos aquellos que se empeñan en comparar las bandas en las que toca Max Cavalera con los viejos Sepultura tendrán más carnaza con este tercer lanzamiento de Cavalera Conspiracy, y que así el debate de si es mejor esto o el sucedáneo en el que se han convertido Sepultura pueda seguir por sus cauces habituales de separatismo metalero.

Pues bien, “Pandemonium” se nos presenta con una portada que de primeras sorprende. El minimalismo demostrado en el pasado da paso a un cover art bastante más chapado a la esencia thrasher, un dibujo muy colorista y bastante chapucero pero que tiene su encanto con ese tanque como alegoría de la destrucción del planeta. Tras unas pocas escuchas, es fácil reconocer que Max Cavalera tira más que nunca del legado sepulturesco, ofertándonos un disco rápido y trallero, algo que ya nos venía insinuando en los dos últimos lanzamientos de Soulfly. El disco, con sus más y sus menos, nos deja una nueva muestra de la poderosa pegada del percusionista Igor Cavalera, quien fue y es uno de los mejores músicos en su puesto de la escena metalera. Igor forma base rítmica aniquiladora en este trabajo junto  con Nate Newton, bajista de Converge,  quien además participa como vocalista en el tema “The Crucible” con fantástico resultado.

La diversión, el macarrismo y la denuncia social está más que asegurada en  “Pandemonium”. El inicio con “Babylonian Pandemonium” tiene la única misión de arrasar, un corte de Thrash Metal anárquico y con unas voces que parecen provenir de una dimensión lejana. En “Bonzai Kamikaze” no despegan el pie del acelerador, con un riff central que es Slayer total y que nos lleva de cabeza a una parte central que es sin duda alguna uno de los guiños más claros al Thrash 80´s. La cera continúa con otra malsana muestra de Thrash podrido con “Scum”, dónde se repite la receta de empezar rápido y bajar revoluciones en la parte central para riffear a lo loco.

Una vez escuchados los tres primeros temas, lo que sacamos en claro es que si bien el trabajo musical nos arrastra a la esencia clásica del estilo, las voces están tratadas como con un cierto toque industrial y en una especie de segundo plano. Lo que está claro es que esto es lo más sucio que han realizado los hermanos Cavalera desde los tiempos de “Schizophrenia”. Tras otra ración de zapatilla con “I, Barbarian” llega el que posiblemente sea el tema con más punch del disco con “Cramunhao”. Trabajo descomunal de Igor Cavalera en este corte pesado y asfixiante que cuanta con uno de los riffs más asesinos y por otro de algunos detalles exquisitos de las guitarras. Tema muy completo e inspirado aunque vocalmente es una auténtica tortura.

Ecos de Nailbomb es lo que nos dejan con “Apex Predator” un tema dónde otra vez la percusión es protagonista, aunque el poderoso bajo se lo lleva todo por delante. Un rollo bastante marcial el que se marcan aquí. “Insurrection” es el segundo tema que da comienzo con un solo alocado. El caos sigue su curso y si eres de los de la vieja escuela, estarás a estas alturas lanzando escupitajos al aire porque aquí se respira un aura muy punk.

El inicio psicodélico de “Not Losing the Edge” deriva pronto en un corte con mucho Groove más cercano a lo que Cavalera Conspiracy nos tenía acostumbrados, con esa mezcla entre la época “Chaos AD” de Sepultura y los propios Soulfly. “Father Of Hate” vuelve a dejarnos un trabajo de guitarras muy anárquico cortesía de un Marc Rizzo en quinta, que a estas alturas ya te tiene cogido por el pescuezo, aunque el riff central no es demasiado original y sigue tirando de ese rollo a Slayer.  El disco finaliza con “The Crucible”, que como comentaba más atrás cuenta con las voces de Nate Newton. Corte muy oscuro y chapucero, en la línea del disco, pero que en su parte central tiene un aroma que incluso recuerda a los medios tiempos de Morbid Angel.  La vena más tribal sale a relucir en los bonus track, “Deus Ex Machina” y especialmente con “Porra” en el que tiran de recursos étnicos al más puro estilo “Roots” y dónde se marcan una bossa nova bastante macarra.

Si no supiéramos que este disco lo ha grabado Cavalera Conspiracy lo que pensaríamos es que se trata de alguna infesta banda del más profundo underground mucho más cercana a D.R.I que a Soulfly, y esto dice mucho del deterioro neuronal de un Max Cavalera en plena involución. Los amantes de lo más clásico, por supuesto que nos alegramos.

Tracklist:

1.Babylonian Pandemonium
2.Banzai Kamakazi
3.Scum
4.I, Barbarian
5.Cramunhão
6.Apex Predator
7.Insurrection
8.Not Losing the Edge
9.Father of Hate
10.The Crucible
11.Deux Ex Machina
12.Porra

Formación:

Max Cavalera: Voz y guitarras
Iggor Cavalera – Batería
Marc Rizzo – Guitarras
Nate Newton – Bajo

Crítica de Angel Silva de Metal4All