Cita imprescindible la que teníamos el viernes pasado en la capital los seguidores del heavy metal más clásico. Y es que la dupla en directo formada por dos bandas como U.D.O. y PRIMAL FEAR es de auténtico lujo a día de hoy, presentando además dos fantásticos nuevos discos como son «Steelhammer» y «Delivering the black» respectivamente.

Además, venían acompañados de los suecos BULLET, una de las bandas revelación de los últimos años del estilo (aunque están perdiendo cierto fuelle con respecto a su arrollador despegue), y los heavymetaleros germanos MESSENGER, que son de hecho las dos bandas que están acompañando a PRIMAL FEAR en la mayor parte de su gira europea.

Crónica de David Esquitino de RafaBasa.com

 

Eso sí, me quejo y me seguiré quejando una y otra vez de que un concierto empiece un viernes a las 6 de la tarde (horario totalmente incompatible para la jornada laboral de muchos, yo el primero) y de que al primer grupo lo vean cuatro gatos, con la sala prácticamente vacía y un sonido casi siempre nefasto. Pues sí, los chavales abren con toda la ilusión y seguro que algún fan extra consiguen, aunque no creo que sea el camino ni la fórmula más adecuada. No deja de ser una opinión personal… aunque era comidilla dentro y fuera del concierto, por algo será.

Dicho esto, y reiterando que no pude llegar a ver a MESSENGER (aunque me hubiera encantado porque me parecen una banda muy interesante de heavy/power), comenzamos la crónica como tal con BULLET, un grupo que maravilló a propios y extraños con sobre todo su segundo disco, «Bite the bullet», y el siguiente, «Highway pirates», y esa fantástica mezcla entre ACCEPT y AC/DC, pero que han ido dejando de lado su faceta más heavy y melódica y poco a poco han perdido esa chispa que les diferenciaba y les hacía especiales.

No soy el único ni el primero que lo dice, y en Madrid volvieron a evidenciar que su punto más netamente roquero no es su mejor baluarte, que fue exactamente lo mismo que pensé este verano cuando les ví en Sweden Rock (entonces con pirotecnia y un gran show, las cosas como son) o el año pasado junto a ´77 en Madrid. Y si a esto le unimos que el cantante, Dag Hell Hoffer, no estaba precisamente en su día más centrado (o más sobrio que dirían las malas lenguas) ni la banda transmitió demasiado buen rollo entre ellos, e incluso que no sonaron demasiado bien, pues podemos concluir diciendo que no fue precisamente el mejor concierto que les he visto ni la mejor noche que han tenido en directo.

Eso sí, la gente estuvo con ellos y los buenos temas que tienen les auparon y les salvaron el concierto, pero sinceramente nada que ver con la profesionalidad, clase y saber hacer que veríamos poco después sobre el escenario ya con los dos cabezas de cartel. Tras cortes interesantes como «Midnight oil», la propia «Full the pull» (que da título a su último disco, más AC/DC que nunca) o el temazo «Dusk til dawn» (ésta más ACCEPT), cerraban con su clásico «Bite the bullet» y su pose habitual rematando con las guitarras y bajo en lo alto mostrando las letras del título por detrás. Entre aplausos, cierto, pero con la sensación agridulce de haber visto un concierto corto, incompleto (que además tuvieron que recortar uno o dos temas) y, en definitiva, a medio gas.

Todo cambió cuando de repente aparecieron PRIMAL FEAR, y es que los alemanes siguen siendo una máquina perfecta encima del escenario y un grupazo de los de quitarse el sombrero a todos los niveles. Y de hecho desde el primer tema, con el sorpresón de comenzar a tope con un superclásico como es “Final embrace”, se puso de relieve que todos estábamos con ellos desde el principio. Venían presentando su reciente y fantástico “Delivering the black”, aunque el set fue un poco genérico de toda su carrera, pero nos dejaron varias píldoras muy interesantes de su nuevo trabajo.

Como es lógico, e insisto, una banda perfecta sobre el escenario, profesionales al máximo, además de una máquina de hacer heavy metal. Sonando casi siempre muy bien y con unos musicazos de impresión en la formación desde el primero al último… Por supuesto que siempre han mostrado una gran perfección y compenetración absoluta en directo. Y eso que Ralf Scheepers ya no es la bestia de antaño y tiene que tirar más de sonidos grabados y ayudas que antes (aún así, un cantante estratosférico, que nadie lo dude… pero un peldaño por debajo, como es lógico, del Ralf de hace algunos años). Por otro lado, ya le gustaría a la mayoría de cantantes tener la mitad de voz que la del “viejo” Ralf, ¿eh? Por otro lado, personalmente soy un gran enamorado de Matt Sinner desde siempre, verdadero líder de la banda, principal compositor, productor… y un bajista estupendo. Vale que cada día está más grande, pero a su vez es la clave en el muro sónico del grupo, ¡cómo suena ese bajo en directo!, y como excelente corista.

Como novedad, comentar que han recuperado para esta gira a su antiguo guitarrista, el sonriente Tom Naumann, que demostró que no ha perdido nada de calidad, feeling (recordemos que él, Alex y Matt compartieron muchos años en SINNER), buen humor y actitud como perfecto sustituto del ausente temporal Magnus Larsson. Y sin parar de jugar y bromear con su “partenaire” Alex Beyrodt, otro crack y un instrumentista de primerísimo nivel, infravalorado incluso si me permitís remarcarlo (cambiando de guitarra casi en cada tema además). Sin olvidarnos de otra bestia, ese Randy Black que lleva 15 años aporreando los tambores en la banda y que incluso estuvo grabando algunas partes del show (no sabemos para qué) con una cámara en su boca… o un artilugio que nos pareció eso a varios que lo comentamos.

Puro heavy metal, puro rock duro de muchos quilates, con una maquinaria funcionando a pleno rendimiento y con la gente entregada desde el primer tema al último. Incluso se permitieron el lujo de los grandes de meter dos temas largos y “difíciles”, por aquello de ser más suaves (una balada y un medio tiempo) e incluso actualizados… y encima en sus versiones extendidas, pero al final “Fighting the darkness” (uno de los temas destacados de hace un par de discos) como la reciente “A night in december” (una de mis favoritas del último disco) fueron destacadas, especialmente la segunda, con unas guitarras descomunales y un estribillo totalmente ganador. Del resto del set, aparte de la caña de “Alive&on fire” o el punto rítmico y atronador del single “When dead comes knocking”, ambas del último disco, no podían faltar canciones tan apreciadas y especiales como “Nuclear fire” (coreada por toda la sala, ¡qué temazo y qué melodías!), “Unbreakable II” (superpegadiza… aunque se colaron en la intro, jeje, y tuvieron que volver a empezarla… pero sin sonrojarse ni preocuparse, profesionalidad extrema y muchas tablas), “Bad boys wear black” (otro de sus himnos más recientes) o esas ya inmortales “Chainbreaker” (rompecuellos donde las haya… y eso que ya no la tocan, ni la cantan, tan salvaje como en sus inicios) y “Metal is forever” para rematar (con Ralf reservándose aún algunos agudos de impresión, pero usando más efectos que antaño como digo… como su ídolo Halford, vaya).

Lástima que una hora y cuarto de concierto no diera para mucho más esta vez, pero obviamente PRIMAL FEAR está a un nivel que a BULLET  y MESSENGER (y a muchísimos más) les quedan aún años para conseguir, y muchas sopitas de metal por comer. En definitiva, una banda ya histórica que demuestran año tras año y disco a disco que son por derecho uno de esos grupos a los que hay que considerar ya clásicos y de primer nivel. En Madrid, una vez más, se lo llevaron de calle (y eso que se echaron en falta temas en el set, está claro). Por cierto, menos público del esperado en la sala, que no se llenó, aunque sí registró una buena entrada.

El cabeza de cartel esta noche era U.D.O., y la enorme batería de Francesc Jovino en el medio (o casi) del escenario así lo atestiguaba. Presentando nuevo disco, un interesante “Steelhammer” (más heavy que nunca… o tan heavy como siempre, para ser más exactos, pero más clásico tal vez que otros trabajos de los últimos años), y del que además tocaron bastantes temas. Como novedad principal, decir que era la primera vez que veíamos en España a la nueva formación completa (si no me equivoco), con la actual pareja de guitarristas, más jóvenes pero muy buenos y con rollo y personalidad. Le han dado otro aire al grupo e incluso un puntito de frescura (y eso que eché de menos especialmente a Igor Gianola, que sigo sin entender porqué se ha marchado… Udo y Fitty me confesaron la última vez que les entrevisté que no lo entendieron muy bien tampoco). Se trata del finés Kasperi Heikkinen y el ruso Andrey Smirnov, que no pararon de sonreír, hacer muecas y pasarlo realmente bien sobre el escenario, demostrando que se sienten muy a gusto en el grupo, que los jefes les han dado galones y confianza, y que están perfectamente capacitados para llevar el peso musical de una banda como U.D.O. sobre sus espaldas… o manos.

De todos modos, al final son los veteranos los que mandan, y tanto el bajista Fitty (que lleva ya 25 años en la banda con la tontería), aportando elegancia a su estilo y sobriedad absoluta, además de esa fuerza y energía que tiene que tener el bajo en un grupo de heavy metal; como sobre todo el general Udo (cada día más rechoncho, más mayor y con más cara de cascarrabias pero sin perder personalidad ni carisma… aunque por mucho que viva en Ibiza sigue sin aprender mucho español, jeje). Y siguiendo con la buena línea de los baterías, hace ya muchos años que el italiano Jovino es uno de mis favoritos de la actual escena, y visto lo visto una vez más, lo sigue siendo, ¡qué tío! Dejo al final el comentario sobre el teclista, que si no me equivoco es la primera vez que veo a U.D.O. llevando teclados en directo. Dos comentarios sobre él, uno malo y uno bueno: El primero es que pese al cierto apoyo melódico que puede suponer para algún tema puntual de la primera etapa del grupo (especialmente para “Future land” o “In the darkness”), creo que es un tanto intrascendente en un grupo como éste. ¿El positivo? Que el tipo era un crack sobre el escenario, sin parar de bailar, cantar todos los temas, animar a la gente… ¡pura energía! Vamos, que se ganó las simpatías del respetable y todo el derecho a estar ahí… aunque sea casi de atrezzo, por decirlo así. Por cierto, creo que es el mismo que vino a tocar con PRETTY MAIDS la última vez, o al menos se parecen mucho.

Otra de las curiosidades y novedades del concierto, y para mí un gran acierto, es que esta formación le permite por fin centrarse en su carrera en solitario, y más cuando ACCEPT están activos y funcionando tan bien por su cuenta. Es decir, que el repertorio, hasta los bises, se centró 100% en los primeros discazos de U.D.O., dejando los clásicos de ACCEPT estrictamente para el final (algo que se podría haber hecho de otra manera en mi opinión para que el final no fuera tan típico y “obvio”, pero bueno), y permitiéndonos disfrutar por fin de muchos temas nada habituales en los repertorios de la banda en los últimos años. Así, aunque empezaron lógicamente con la propia “Steelhammer” (que da nombre al último disco), con Udo con guantes de cuero “tachueleados” como el puño de la portada, el repertorio se centró en muchos temas de discos tan legendarios como “Animal house” o “Faceless world”, recuperando además los cortes título de discos como “Timebomb”, “No limits” o “Mean machine” que hacía años que no tocaba en directo. Eso sí, dejando de lado a su vez los temas más rítmicos y actuales de los discos de los últimos años, más “propiedad” de Steffan Kauffman tal vez pero que, al no estar ya en la banda el veterano guitarrista (y ex- batería de ACCEPT), han podido dar por fin un giro al setlist (para mí de manera muy acertada, y de hecho fuimos varios viejos fans los que lo comentamos a la salida positivamente).

Así, aparte de algún interesante corte más actual como “A cry of a nation” o “Never cross my way”, todo un pelotazo, fue un lujazo poder degustar joyitas melódicas del nivel de la citada “Future land”, “Heart of gold” (una de mis favoritas desde siempre) o la maravillosa “They want war” (uno de sus mejores temas, a medio tiempo). Tras la curiosidad (y el puntazo) de “Basta ya” (cantada por Udo en un español macarrónico, las cosas como son), volvíamos a escuchar clásicos de finales de los 80/principios de los 90 como la preciosa “In  the darkness” o las más cañeras “No limits” o “Mean machine”, todo un sorpresón. Más sosilla me pareció, y más típica, “Metal machine”, del último, pero el final iba a ser de traca con dos gemas totalmente inéditas en los repertorios de U.D.O. desde hace muchísimos años como son “Go back to hell” (sustituyendo sorpresivamente en el set de esta gira a la propia “Animal house”), espectacular y una pura fiesta de heavy/rock en directo, y la destructiva “Timebomb”, puro thrash/speed del que sólo sabían hacer los grandes y los más clásicos.

Ya en los bises, y con el concierto en el punto más álgido, tenían que llegar los clásicos de ACCEPT (aunque yo los hubiera intercalado durante el show y además incluyendo curiosidades no tan habituales como en otras ocasiones han caído “Up to the limit”, “Screaming for a love bite”, “Midnite mover”…), pero vamos, no seré yo el que proteste por escuchar “Metal heart” (¡qué maravilla de canción!), “Balls to the wall” y “Fast as a shark” para cerrar (aunque siempre pensé que “Burning”; como otras veces, es más efectivo). En definitiva, U.D.O. demostrando que pese a cambios y el propio paso de los años sigue al pie del cañón y funcionando muy bien, reinventándose y ofreciendo en el fondo lo que ha hecho toda la vida: heavy metal (tan sencillo y tan complicado como eso). Y sin ser a lo mejor el mejor concierto que les he visto, pero sus shows siempre son efectivos y triunfan. Debe ser aquello de tener corazón de metal… y tener claro que el que abraza de verdad el (heavy) metal, lo hace para siempre.

Crónica de David Esquitino de RafaBasa.com