“Había ganas y por fin ha llegado” eran las primeras palabras que dedicaba Javier Hernández, Boni para los amigos, al público madrileño que tenía el privilegio de ver el primer concierto del ex Barricada ya en solitario. En solitario por decir algo, porque cada vez que la Sala Caracol coreaba su nombre, respondía agradecido que estaba demasiado bien acompañado por Ion, Óscar y Juan Carlos.
Crónica de Verónica Díez de Maneras de vivir
Ya cuando tuve la oportunidad de entrevistarle hace unos meses con motivo de la salida de Incandescente vine con una buena lista de detalles y “secretos” de lo que iba a conformar el directo. Con esto en mente y unas cuantas notas del flamante estreno de la gira de Boni, vamos a hacer análisis del concierto del pasado 19 de junio.
De los músicos con los que ha grabado el disco destacaba su calidad, pero sobre el escenario una técnica perfecta no es más que una parte muy pequeña del show. Una vez vistas las dos horas de espectáculo podemos decir que la banda es eso, una banda. Se complementan muy bien, están compenetrados, tienen complicidad y en el aspecto musical la ejecución es impecable. Respecto al disco ganan en dureza y no hay ninguno que no se marque un solo en algún momento y deje a alguien con la boca abierta.
Pero, ¿qué vamos a ver en el concierto? Entremos en materia pues.
Boni prometía un directo potente, con todo tipo de temas, temas del “Incandescente”, del “Peligroso animal de compañía”, de Barricada y alguna que otra versión. Primer objetivo del programa, cumplido.
Las ocho primeras corrieron a cargo del Incandescente, cuyo tema homónimo llegaría en segundo lugar y tan solo precedido por Pruébame. No me gusta juzgar un directo por el tema de apertura porque siempre hay pequeños ajustes durante este hasta que el sonido se logra. La verdad es que sonó bien desde el segundo uno, pero destaca mucho “Incandescente” sobre “Pruébame”. Boni prometía hierro rusiente e Incandescente es fuego, más potente que en el disco y bien encadenado con “Desakato”, en el que se hizo cargo además de los solos de guitarra, que comparte bastante equitativamente con Ion a lo largo de las dos horas de concierto, y de “Cuchillas”, precedido de un “lo que viene ahora es tan doloroso que hasta hace sangrar”. Como inicio parecía muy fuerte, pero dada la línea ascendente del disco y los temas que quedaban por entrar en juego, la noche prometía mucho todavía.
Como ya comentaba antes, este es el primer momento donde el público se arranca a corear el nombre del navarro que se encuentra a gusto volviendo a la carretera y se encuentra bien acompañado para hacerlo. Sonríe mucho y habla más todavía. Comentaba que no había querido sacar el disco hasta estar convencido y cada canción la presenta con cariño, incluida aquellas que vienen precedidas por un texto como “Ay, la vida tiene un color siniestro”. En su momento este tema fue proclamado como presumible favorito del disco y en directo ha seguido la estela de la predicción. “Siniestro”.
“Venga, apagad los móviles, que viene ‘Incomunicado’ ”. En este momento tuve un instante de culpabilidad por estar tomando estas notas en el teléfono, haciendo fotos continuamente y mandando algunos mensajes comentando lo bien que estaba yendo esta primera toma de contacto (y chinchando un poco ya de paso). La culpa quedó reducida al escuchar a modo de broma un “esta factura que la pague Movistar” y una carcajada generalizada.
Y como en Incandescente, empieza a sonar ruido de helicópteros y el escenario se queda vacío. Es el momento de Juan Carlos que se arranca con un solo de batería de varios minutos, muy categórico, con sus dobles bombos y sus redobles de inspiración militar incluso. Todo ello acompañado de los jadeos del público que se tornan aplausos con la vuelta de la banda para tocar “Por delante”.
“Sin veneno y sin importar quién, cómo o cuándo. Salud compañeros” eran las palabras que cerraban “Contigo un secreto”, la que para mí era la verdadera prueba de fuego por motivos varios (entre ellos que es mi favorita del disco). Por el tono en el que está cantada, era un reto importante para Boni trasladar este tema al directo y cumplió con creces en el registro de los graves. Otra de las muy bien acogidas por los asistentes.
Mientras algunos se arrancaban por oeoeoe, Boni que empezaba a estar visiblemente emocionado por la acogía decía “muchas gracias, de verdad. Voy a estar canción a canción dando las gracias por el cariño que me tenéis”. Y para este momento llegamos al momento en que las palabras de cariño se las dedica a Barricada y a aquel callejón en el que se metieron y cuya salida acabaron encontrando. Prometió que caerían unas pocas de Barricada y así fue. Prometió que serían canciones que había cantado mil veces y a las que tenía especial cariño y así fue. Y prometió que no se tiraría a por los grandes clasicazos de la banda y ahí le daré parcialmente la razón porque es lo que tiene Barricada, que lo raro es que no convirtieran un tema en clásico.
Las elegidas, fueron como ya anticipaba “Callejón sin salida”, seguida de “Aguardiente” y “Bajo control”.
Desde el merchan se izaba un vinilo de aquel “Peligroso animal de compañía” para acompañar a aquellos temas que volvían desde 1992 para cobrar vida. El primero, el de igual título y el segundo “Combatiente”, otro de esos temas que recordaba con cariño comentando “Qué tiempos… Esos en los que leíamos las historias de niños que cogían un fusil. Y sigue pasando”.
Esta breve irrupción volvió a dar paso a un repertorio Barricada en la que pidió que le permitiéramos cantar aquella macarrada en euskera que cantaba con Barricada y que hablaba de brujas, recibida con un sonoro aplauso “Graziana Barrenetxekoa”, “Cierra los ojos”, “Okupación” porque antes la gente quería un sitio tranquilo para jugar al mus y ahora solo piden un sitio donde vivir, “Por la libertad” y “A toda velocidad”. Sobre esta segunda parte de Barricada, hay que comentar que han subido considerablemente la velocidad y el ritmo frenético se nota mucho. No se han dedicado a reproducir fielmente todo el tracklist sino que alguna vuelta le han dado.
“Hostia, que me lo estoy pasando de puta madre. Ay, con la que está cayendo…” eran las palabras que anunciaban “Lluvia torrencial”. Este tema fue un poco trampa para un par que tenía a mi vera y que diría que no habían escuchado el disco o le habían prestado poca atención al soltar un “uff, qué lenta” y quedarse con cara de póker al ver que se habían anticipado a los acontecimientos. Y todavía la remataron un poco más dándole un poco más de fuerza de la que traía de serie.
Del formato eléctrico quedaban dos “Explosivo” antes de otro de los momentos protagonistas y “Crónica de Iguala”, después de este, donde el gran solo de guitarra ahora caía en las manos de Ion y antes del break.
Y como había solos para todos, el escenario se volvía a quedar medio desierto y ahora Óscar se tenía que marcar un magistral solo de bajo. Y digo medio desierto porque si bien el público alentó sus minutos con vítores y palmas, fue su compañero Juan Carlos desde la batería el primero en arrancarse en estos menesteres.
“Un abrazo muy grande. Gracias. Agur” fueron el preludio a los bises que, como empieza a ser habitual en el panorama roquero, son breves y se agradece que no se hagan mucho de rogar.
Botella de agua en mano y “Cagüen la hostia, no había cerveza” en la boca, vamos con las cuatro últimas, dos más de Barricada y las dos versiones que había anunciado. En orden “Pasión por el ruido”, “Aquí huele como que han fumao” de Koma, “El cazador” de Porco Bravo y “Esperando en un billar” donde dejó el micro descolgado entre el público que se cantó una estrofa completa. Aquí debo hacer un reconocimiento especial a que alguien diga “voy a hacer una versión de…” y de verdad sea una versión y no una reproducción. Han hecho un buen tratamiento de ambos temas y es de aplaudir este gesto que, además, pretende hacer un guiño a otros artistas que de alguna manera también han influido más o menos en tu trabajo, sin olvidar que es alguien como Boni el que decide marcarse este gesto.
“Gracias, la hostia. Ha merecido la pena venir” cerraban una noche llena de ilusión, en la que a nuestro compañero Mikel le costó hacer la foto final al no dejar de saludar Boni a los que ocupaban las primeras filas.
Valoración muy positiva del concierto. Muy potente y muy equilibrado a pesar de la ausencia de los temas del formato acústico. Creo sinceramente que es una gira que tiene mucho que ofrecer y que muchos sabrán apreciar y disfrutar.
Crónica de Verónica Díez de Maneras de vivir