El viernes pasado pudimos disfrutar de otra noche de thrash metal en la capital, con la parada en la sala Copérnico de una de las giras más potentes del año. Los grandísimos TANKARD presentando en directo su último álbum R.I.B y uno de los últimos bolos de CRISIX de la gira Rise… then rest.

Crónica de Andrea Domínguez de The Metal Circus

 

Como cualquier persona que conozca a ambos grupos se puede imaginar cómo fue la noche, me voy a permitir comentar algunos aspectos extramusicales. Los padres del “alcoholic metal” vienen a presentar un disco llamado Rest in Beer, y cualquier fan desearía una buena cerveza para acompañar a los alemanes… pues creo que a más de uno se nos quedó cara de tonto cuando fuimos a la barra. Cuatro euros un tubo, seis un tercio, y por supuesto no tenían vasos de litro (que es el robo al que estamos acostumbrados). “Por lo menos tenemos un bar al lado de la sala para tomar una después de Crisix” esa era la idea de la mayoría de los presentes que se acumulaban en las escaleras para salir. Y digo que se acumulaban porque para seguir avanzando hasta la calle tenían que pagar dos euros. Desde fuera cualquiera podría pensar que un día es un día, que dos euros no son nada… Pero lo que me gustaría resaltar es que salvo diez o veinte personas lo demás eran chavales que sacan como pueden el dinero para la entrada, de cualquier forma, Gerre proveerá.

 

Volviendo a la parte buena, toca hablar de CRISIX. Los catalanes salieron al escenario con una actitud propia de la división en la que jugaban, y como no, con un tema a la altura “Ultra Thrash”. Se nota que se han convertido en uno de los grupos más conocidos de este estilo, teniendo al público acompañando a Juli desde el minuto uno. “I.Y.F.F.” y “Dead by the Fistful of Violence” seguían poniendo al público a punto para dar paso a “Rise… Then Rest”. Llegaba entonces uno de los mejores momentos de la noche, cambio de instrumentos y medley que comenzaba con “I’m the man” al más puro estilo Anthrax para acabar con Pantera, pasando por Black Sabbath, Metallica y Slayer.

 

Tocaba despedirse y dar paso a los alemanes pero aún pudimos oír “Waldi Gang” y “Bring ‘em to the pit”, que cerraba el concierto con el ya clásico football of death. Buen concierto y buena forma de empezar la noche, esperemos volver a tenerles pronto en su futura gira del álbum que ya tienen preparado.

 

Por fin llegaba el momento de los grandísimos TANKARD. Con apenas 150 personas en la sala y Steinburg en mano, aparecían sobre las tablas Gerre y compañía con “Need Money For Beer” y “The Morning After”, para seguir con otro clásico como es “Zombie Attack”. Pudimos recorrer con ellos toda su trayectoria, ya que rescataron temas de trece de sus dieciséis álbumes de estudio, algo raro en esto de los “big del thrash metal”.

 

Llegamos a los temas más nuevos como “Fooled By Your Guts” (una apuesta segura de su último trabajo para el directo), “Not One Day Dead (But One Day Mad)”, “The Beauty And The Beast” y “Stay Thirsty!”, y llegamos al desmadre en general, con un pogo constante y gente subiendo y bajando del escenario, haciendo que las pocas personas que éramos sobraran para hacer la noche especial.

 

“Rapid Fire (A Tyrant’s Elegy)”, “Rules For Fools” y “Maniac Forces” dieron paso a “Die With A Beer In Your Hand”, con la que aún más cervezas llegaron al público desde el escenario. A este clásico le siguieron otros como “Space Beer”, “Chemical Invasion” o “Alien”, mezclados con el último single “R.I.B” y “Rectifier”.

 

A punto de acabar el concierto y dentro de los primeros bises tenemos otra canción del nuevo disco, una declaración de intenciones, “The Party Ain’t Over ‘Til We Say So”, que nos daba esperanzas para algún temilla más. Y efectivamente “A Girl Call Cerveza” cerró este bis para que “(Empty) Tankard” acabara con el concierto de forma inigualable, con Gerre bailando entre un público más que satisfecho por el conciertazo que habían dado.

 

Un concierto para la poca gente que sabe apreciar bandas como éstas. Con treinta años de trayectoria musical, sin haber llenado un estadio en su vida, pero sin haber faltado a sus principios. Una evolución muy sana para una banda de thrash metal de las que escasean, y a la que esperemos que le quede mucho recorrido y podamos disfrutarlos otra vez por el país.

Crónica de Andrea Domínguez de The Metal Circus