Han pasado ya muchos años desde que Bunbury se decantase por su carrera en solitario, y hoy por hoy, podemos hablar de el como de una de las pocas «rockstars» que nos ha dado el país. Venerado por unos y odiado por otros, Enrique siempre ha sabido llevarse a su público de calle, y su actitud, unida a su talento, generan tanta controversia como admiración hacia su persona.
Crítica de José Rojo de Metal Zone
Cambios de look, de dirección, experimentación con la electrónica y un sinfín de declaraciones y actitudes, han convertido al maño en algo más que un icono nacional, ya que si con Héroes del Silencio ya conquistó gran parte del globo terráqueo, como Búnbury ha arrasado igualmente el planeta. Y Palosanto, su último trabajo de estudio, se ha afianzado como su disco más íntimo, denso y sincero de cuantos tiene en su discografía. Mucho más incluso que Las Consecuencias o Hellville Deluxe…lo que le ha llevado, a, dado el momento de gloria creado en la gira del mismo, editar un marciano Madrid – Área 51, que cuida al mínimo detalle el trabajo de gira de Enrique, y que eleva su trayectoria a otro nivel. No sólo porque la presentación del mismo sea sublime, que también (pocos trabajos se presentan tan lujosos en el país), sino porque el documento, sobre todo en cuanto a la parte visual, es lo más cercano a lo que podemos encontrar en videodocumentos de gente como Muse, Depeche Mode o cualquier endiosado. Algo nunca visto en España, en definitiva.
No, no está Anton Corbjin detrás del arte, pero en Área 51 no se echa de menos en absoluto una pegatina frontal en la que luzca el nombre de nadie, que no sea el del artista principal. Fijaos en la intro del concierto…la calidad, la calidez, la nitidez, movimiento de cámaras, atrezzo…¿alguien puede decir que haya olisqueado algo así anteriormente?. Impresionante sonido, si señor, el de ese Despierta inicial, que ya pone de manifiesto lo que encontraremos durante toda la visualización. Si además de ese aire novedoso y de calidad que rodea al concierto madrileño perteneciente a la gira de Los Santos Inocentes, unimos una interpretación readaptada de todos los temas icónicos de Bunbury, la cosa se torna a imprescindible dentro de tu videoteca y fonoteca. Incluso se atreve a modificar el clásico Deshacer el Mundo «bunburizando» la propuesta inicial, más dura y ruda que la que aquí se nos presenta.
De agradecer es que Tom Baker haya masterizado el bombazo, pero mucho más de venerar es el trabajo que se ha hecho en la mezcla, en el que el público toma un protagonismo que al 50%, a caballo con la banda (cuya interpretación es antológica), forma un todo que te hace sentir un cosquilleo similar al que produce un face to face con el artista en el evento original. Y sin mucho más preámbulo, y observando ese tributo a las películas de serie B que el artwork trata de hacernos ver (consiguiéndolo), os dejo que disfrutéis de un impresionante producto, cuidado al detalle, y que no tiene esa coletilla de «al uso», cuando hablamos de el.
Madrid – Área 51 no es un bloque para descargar, sino 4 discos que sin su envoltorio y la calidad que ofrece en su formato original, no brillará todo lo que al que escribe le ha iluminado. Un gran álbum en vivo superior al 90% de los que has escuchado últimamente…de eso estoy convencido. Ahora, ¿quien se atreve a toser a Enrique tras semejante derechazo?.
Crítica de José Rojo de Metal Zone