SÁBADO 2 DE AGOSTO

 

TRALLERY

Era el último día de festival y a duras penas llegamos hasta la carpa del Ritual Stage para ver a estos prometedores TRALLERY. Desde que nos levantamos, el cielo ya nos amenazó con que podría complicarse nuestra última tarde de conciertos. Efectivamente, así fue, desde este primer concierto, hasta el último, la lluvia no nos abandonó en todo el día, lo que supuso un descenso en el número de asistentes para el resto del día, y una batalla de supervivencia real de los muchos valientes que no íbamos a perdernos ni un segundo de lo que la tarde deparara.

Los que fueran ganadores de la Metal Battle Spain 2013, llegaron al RESURRECTION para presentarnos el que es su único disco de estudio hasta la fecha. Y es que se trata de una formación con apenas un par de años como tal, resultante de un grupo tributo a METALLICA (al que volvieron a recurrir para financiar su LP), que fue incorporando versiones de otros grupos de thrash como PANTERA, SLAYER o KREATOR; hasta componer sus primeros temas propios.

Sinceramente quedé muy sorprendido con la facilidad con la que movieron al escaso público del que dispusieron en su media hora de conciertos. Pocos, pero todos activos, y eso quizá sea lo más difícil de conseguir para un músico.

Apenas tocaron cinco temas (Disease, White Shadow, In the Wings of the Night, Collateral Damage y Catalepsy, que da nombre al LP), pero desde luego la gente se quedó con ganas de más.

Me quede asombrado tanto por el nivel técnico de una formación tan joven, como por las increíbles sensaciones que fueron capaces de suscitar en todos y cada uno de los presentes en aquel modesto y discreto concierto, que realmente poca gente llegó a ver lo que fue de verdad. 

 

SOUND OF SILENCE

El turno de abrir la última jornada del Resurrection Fest 2014 recayó sobre otra banda asturiana, esta vez para SOUND OF SILENCE. Como en TEKSUO, o quizás más todavía, se notaba que los primeros dos días habían sido duros y las caras de los asistentes así lo reflejaban, mucho cansancio e incluso sueño todavía a esas horas.

La banda incluye a Sete, a la guitarra, quien a su vez es roadie de WARCRY como miembro del grupo, y además contó con la colaboración especial de Pablo García de WARCRY a las otras seis cuerdas, quien se lo pasó en grande!

La carpa, con poco menos de la mitad de aforo, se fue animando poco a poco gracias sobre todo a un incomesurable Nefta, que se multiplicó y animó el “cotarro” con una actuación soberbia tanto a nivel vocal como a nivel de ‘frontman’.

Me mató especialmente “Déjate Guiar”, uno de los mejores temas de “El Anochecer”, que tuvo gran protagonismo, como es lógico.

 

HAEMORRHAGE

Otros que no podían faltar eran HAEMORRHAGE, y aunque había metal extremo de sobra en el festival, una banda de ‘gore grind’ como ellos no son fácilmente digeribles por un profano.

Pensé que o gustarían mucho o no gustarían nada, y aunque al final la cosa no fue tan dramática, creo que la gente no llegó a cogerles del todo el punto, porque a pesar de la enorme afluencia la carpa estuvo bastante impasible para lo que suele ser un concierto de ellos.

En lo musical el grupo estuvo sobresaliente, como siempre, con un Lugubrious omnipresente y muy cachondo sin parar con sus “coñas escatológicas”, estando también sobradísimo en lo vocal.

Sonaron temas de casi todos sus discos, temas como “Hospital Thieves”, “Disgorging Innards”, “911 (Emergency Slaughter)”, “Mortuary Riot”, “Exquisite Eschatology”, “Traumageddon” o “I’m A Pathologist”, que sirvió para despedir como casi siempre.

¡Grandes estos patólogos!

 

HAMLET

Si hay una banda en este país que es sinónimo de solvencia de cara al directo, esos son Hamlet. Curtidos en 1000 batallas los madrileños llevan muchos años demostrando su enorme talento, dedicación  y personalidad, tanto en sus grabaciones de estudio como en sus imparables actuaciones en vivo. Pese a llevar casi tres décadas en la brecha, la banda parece estar viviendo una “eterna segunda juventud”, ya que actualmente suenan más compactos y potentes que nunca.

Unos escasos e insuficientes treinta minutos era el tiempo que tenía asignado el quinteto madrileño para firmar con letras de oro su estreno en este RESURRECTION FEST. Y sin duda Hamlet fue una de las bandas que mejor supieron aprovechar y  rentabilizar cada uno de los minutos que estuvieron en escena. Ya desde el arranque con ese devastador “Irracional”, se vio que la formación venia dispuesta a quemar el escenario. Pero evidentemente la espoleta que convirtió la actuación de HAMLET en una auténtica  bomba de relojería  fue la actitud y entrega de un Molly totalmente desatado, que no se lo pensó dos veces a la hora de subirse a la valla, encaramarse a las torres del escenario, cantar surfeando de espaldas entre sus seguidores, e incluso permitirse la licencia de meterse dentro de un “circle-pit”, mientras Luis Tárraga y Alberto Marín  daban buena cuenta de clásicos como “Egoísmo”, o esa apisonadora que es “Habitación 106″, en la que la banda rescató toda su esencia thrashera.

Pese a lo longevo de su trayectoria el repertorio de esta tarde estuvo focalizado en sus primeros trabajos, concretamente en la trilogía que forman los discos “Sanatorio de Muñecos”, “Revolución 12111″ e “Insomnio”. De modo que no faltó la despiadada critica contenida en “Muérdesela”, con la gente completamente enloquecida cantando junto a Molly ese imparable estribillo, o la declaración de intenciones que contiene  “Tu Medicina”, con la base rítmica formada por Paco y Álvaro haciendo retumbar fuertemente el escenario.

Le elegida para rematar la faena fue la impactante “J.F.”, que se iniciaba  con Tárraga subido a los monitores mientras escupía  el riff de apertura de uno de los temas que se ha convertido por derecho propio en uno de los clásicos más coreados de la extensa carrera del combo madrileño. Sin duda Hamlet, como representantes del metal nacional, dejaron el pabellón muy alto, reivindicándose, una vez más, como una de las formaciones más importantes, influyentes e impactantes de nuestro país. ¡Sencillamente Brutales!

 

HAVOK

Personalmente, HAVOK fue desde el principio uno de los principales atractivos para mí en este festival, los de Denver están ganando un gran protagonismo gracias a su buen hacer y al parecer mucha gente por aquí se da cuenta de ello. A pesar de tocar en el escenario de menos reclamo, la gente que les conocía estuvo esperando allí bastante antes del inicio del concierto, incluso minutos antes corearon el nombre de la formación mientras les veían probar sonido y prepararse para la actuación. Por suerte, no defraudaron a nadie.

Tras una pequeña intro y un forcejeo de guitarras, comenzaron su show con una Covering Fire que enseguida hizo reaccionar a todos quitándonos el frio que la lluvia nos quería meter en los huesos. Para la siguiente canción, Point Of No Return, hizo falta subir un poco el volumen que fue algo insuficiente durante la primera, obteniendo un sonido óptimo y contundente que se mantuvo durante todo el concierto. Con el sonido adecuado, ahora solo tenían que demostrar la gran experiencia que han obtenido de sus muchos conciertos en los últimos años.

Todos advertimos que se trata de una banda muy comunicativa, que además está comprometida con temas escarpados como la opresión del poder tal y como dejo ver el cantante y guitarrista David Sanchez en el discurso que precedió a Give Me Liberty… Or Give Me Death, y en la propia canción, con la que se desató la locura general. Siguiendo la temática sonó I Am the State, con algún leve acople de guitarra pero con una ejecución perfecta de todo el conjunto; el tema acabó con todo el protagonismo para Reece Scruggs en un brillante solo de guitarra, y para Pete Weben en la batería que también tuvo su momento de lucidez individual antes de las últimas estrofas de la canción.

La penúltima fue D.O.A. con un épico inicio y una notoria influencia sabbathesca en ciertas partes de la canción. El concierto acabó con los gritos del público antes y después de Time Is Up, el que fuera single de su homónimo disco de gran popularidad. En general fue un concierto muy correcto que cumplió con creces con mis expectativas y creo que con muchos de los que quisimos verles.

 

GALLOWS

GALLOWS me sorprendieron muchísimo hace dos o tres años en AZKENA, y el Viveiro lo hicieron todavía más con un concierto alucinante y super masificado, en el que ya se empezaba a intuir que la tarde/ noche meteorológica iba a ser demencial. Pocas bandas con tan poco recorrido discográfico congregan a tal masa de fans y menos concebible todavía es que su público vibre y conozca cada uno de sus temas como ocurrió con esta sensación del ‘hardcore/ punk’, que ya ha triunfado en festivales como SONISPHERE y DOWNLOAD. Lo cierto es que no sabría decir cuál es el secreto.

Sus discos son MUY buenos, aportan lo suyo al género, sí, pero creo que las atmósferas y la sensación de desesperación y rabia que transmiten en directo es comparable con pocas cosas, sobre todo porque funcionan muy como banda, todos en tromba, y la sensación que dan es de fuerza y de descontrol. Me encantó también su repertorio muy conciliador con todos los trabajos editados hasta la fecha, aunque más con “Gallows”, que ya data de 2012 por cierto.

El final, con “Orchestra Of Wolves”, es uno de los momentos más emocionantes e impactantes de todo el festival, con unas 10.000 personas gritando a uno aquello de: “The hardest thing you’ll ever learn, is just to love and be loved in return”.  

Setlist GALLOWS:

  • Last June
  • Outsider Art
  • Misery
  • Mondo Chaos
  • Chains
  • Cult of Mary True Colours
  • In the Belly of a Shark
  • Cross of Lorraine
  • Orchestra of Wolves

 

ABORTED

Tras la rotunda descarga de los thrashers americanos HAVOK, los siguientes en comparecer en el marco del Ritual Stage eran ABORTED. Los belgas arribaban a tierras gallegas con su octavo trabajo bajo el brazo » The Necrotic Manifesto», un plástico en el que el quinteto ha llevado su death metal técnico y brutal a su máxima expresión.

Aunque en esta ocasión la formación prescindió de su habitual indumentaria quirúrgica, ABORTED fueron una de las pocas bandas que engalanaron el escenario con varios paneles que hacían alusión a la portada y al título de su última entrega. En cuanto al sonido de la actuación de los belgas, cabe remarcar que fue impecable, quizás de los mejores de toda la jornada, permitiéndonos degustar con total nitidez esas vertiginosas aceleraciones marca de la casa, esos parones  rotundos, y como no, deleitarnos con el sobrecogedor registro de  Sven De Caluwe.

Como un ciclón desatado y sin ninguna clase de misericordia el quinteto abordó el escenario dispuesto a aplastar y convencer a los allí congregados. Y es que la formación belga demostró una gran polivalencia, ya que ellos tienen de todo y para todos. Da igual que te gusten los trallazos precisos y certeros, las partes más oscuras y machaconas que te aplastan contra el suelo, o los pasajes más crujientes y con grovee, ya que ABORTED poseen todas esas cualidades,  además de una coordinación y un nivel técnico realmente envidiables.

En sus escasos cuarenta minutos el quinteto belga aprovechó para ofrecernos un buen repaso a los mejores momentos de su última obra, escupiendo violentamente sobre nuestros oídos trallazos como el sanguinario «The Extirpation Agenda», con ese regusto a los clásicos Carcass, o el machacón y abrasivo » Necrotic Manifesto».

Como era de esperar a lo largo de su actuación no faltaron unos vistosos «circle-pits», dando color y ambiente, o un imponente «wall of death» a lo largo del descomunal «Coronary Reconstruction». Mención especial merece la excelente compenetración entre los dos hachas de la banda, Danny Tunkery y Mendel Bij De Leij», quienes ofrecieron todo un recital de técnica y velocidad, especialmente Mendel que se destapó con algún solo realmente despiadado  y vertiginoso.

En resumen, tras casi dos décadas en activo ABORTED parecen estar viviendo, con su actual formación, su mejor momento como banda. Durante los próximos meses la banda tiene previsto girar por nuestro país. Yo si fuera tú, no me los perdería.

 

GOJIRA

Pasadas las siete de la tarde, tenían su cita con el público del RESURRECTION FEST los franceses GOJIRA, que quizá ayudados por su amada y respetada naturaleza, nos concedieron el placer de disfrutar de un concierto memorable y sin lluvia, algo raro en los conciertos del sábado.  Ya desde antes de empezar me comentaban que aunque GOJIRA nunca suele ser considerada como el principal reclamo de ningún festival, siempre suele rendir a un altísimo nivel que deja por los suelos a casi cualquier cabeza de cartel. Y en el RESURRECTION FEST no fue diferente. 

Desde los primeros acordes de Explosia la gente empezó a acudir rápidamente para no perderse a los que que para mí serían los grandes triunfadores del RURRECTION FEST 2014. Desde el minuto uno, Joe Duplantier se encargó de fusionar a banda y público en uno solo y hacernos tocar el suelo con la frente con cada sacudida de su guitarra. Y su hermano Mario no fue menos, nos taladró el pecho durante casi la hora que duró el concierto y nos embriagó con esos sutiles toques de ride tan característicos en él y en GOJIRA. Sí tengo que admitir que en las primeras canciones su batería sonó mucho más gorda del nivel correcto, con una ecualización que pecaba de grave y los armónicos aniquilados, pero en cuanto le pillaron el punto el sonido del conjunto fue perfecto para el resto del recital.

La actuación continuó con The Axe, corte presente en su último y ya distante disco de estudio, L’Enfant Sauvage, igual que el primer tema. Los dos siguientes correspondieron a From Mars To Sirius: Backbone, muy animada y terminada con el aullido del público coreando el nombre de la banda; y The Heaviest Matter Of The Universe, con ese comienzo arrollador que nos absorvió a todos con ese death tan suyo que no te deja parar quieto. Con Flying Whales nos dieron algo de pausa con esas estrofas instrumentales, aunque apenas con un par de minutos de canción Joe ya estaba pidiendo un Wall of Death.

Contemplamos a un Joe enjaulado por su guitarra, si no la tuviera, solo Dios sabe la cantidad de burradas que podría hacer encima de un escenario (si ya lo hace con ella); sin duda es uno de los mejores frontmant que han pisado el festival que no dudó en atreverse con el castellano para poder llegar a todo el mundo. Así presento L’Enfant Sauvage, como “El niño salvaje”, para enganchar con los temas más punteros de la banda, pertenecientes todos a su magnífico álbum The Way Of All Flesh: primero sono la hipnótica Toxic Garbage Island, seguida de un pequeño solo de batería (mientras Joe y Chistian Andreu cambiaban sus guitarras) que fusionaron con la propia Oroborus, con la que comienza el disco y en la que vimos a un Labadie realmente metido en la canción, infligiendo la fuerza de todo su cuerpo en cada nota de bajo.

Cuando hubieron acabado la canción, se despidieron y salieron todos del escenario, siendo completamente comprensible que el concierto hubiera acabado, ya que su tiempo establecido había concluido. Pero entre los persistentes gritos de ¡Gojira, Gojira!, y cuando ya andábamos comentando que vaya forma de fastidiar un concierto de diez con un final tan súbito, volvieron a salir sorprendiendo a todos. A pesar de no tener más tiempo, siempre se pueden sacar cinco minutos más para escuchar Vacuity y dejarnos de esta forma extasiados con el gran concierto que nos habían brindado.

 

CALIBAN

Por su propia propuesta y filosofía  si hay una banda que debía estar presente en esta novena edición del  RESURRECTION FEST esos eran CALIBAN. Los germanos llevan desde mediados de la década de los noventa fusionando el poderoso estallido  de unas guitarras  genuinamente metálicas con sus raíces y estribillos claramente hardcoretas. De modo que el marco del festival gallego se presentaba con un lugar idóneo para la descarga del veterano quinteto de Hattingen.

En una jornada en la que el Ritual Stage había estado copado  por las bandas de thrash y death , la descarga de los alemanes supuso una explosión de frescura y buen rollo, contagiando  a todos los presentes con esa camaradería hardcore y esos bailes salvajes y desatados que se convertirían en protagonistas de cortes como  «Kings» o «We Are The Many», provocando escenas realmente dantescas entre las primeras filas, con lluvia de vasos  y calzado incluidas.

Aunque me dio la impresión de que el quinteto comenzó su actuación un tanto frío, lo cierto es que se entonaron rápidamente, logrando una comunión total con sus enfervorizados seguidores,  dando calor y actitud a trallazos de nuevo cuño como » I Am Ghost» o «Devil’s Night», que  sin duda están llamados  a convertirse en clásicos de su repertorio.

Pese a la extensa trayectoria de la formación alemana, el grueso de su repertorio estuvo centrado casi de forma exclusiva en sus últimas obras, haciendo especial hincapié en su vertiente más metalera. Como viene siendo habitual en los directos de la banda, su vocalista, Andreas Dörner, se mostró muy activo y comunicativo, y no se lo pensó dos veces a la hora de abalanzarse sobre las primeras filas para corear junto a sus incondicionales el contagioso  estribillo de «Your Song», que sería la escogida para cerrar su actuación, dejando tras de sí una cerrada ovación y un excelente sabor de boca.

 

DISCHARGE

El concierto de DISCHARGE fue con mucha diferencia el más bizarro de cuantos vimos este año. Para un servidor, poder ver en directo a esta leyenda del ‘hardcore/ punk” era uno de los mayores placeres que iba a tener el lujo de darme, pero la lluvia lo afeó todo un poco.

Muy poca gente en el “Chaos Stage”, justo en el momento que más arreciaba la lluvia, con un barrizal gigante justo frente al escenario que hizo que la gente se abriese en un gran círculo donde 10 o 15 valientes se revolcaban sin parar hasta arriba de barro, lo que hacía también que muchos prestasen casi más atención al espectáculo del pit que al propio concierto.

En lo musical, me fascinó el buen estado de forma de Rainy, de Bones y por supuesto de Rat a las voces, que se marcó un bolazo de ‘punk’ super serio totalmente ajeno al panorama que les rodeaba, como si no fuera la cosa con ellos. Además sonaron muy bien, por lo que el que se armó de poncho o impermeable pudo ver todo un espectáculo muy especial por las condiciones adversas.

 

FIVE FINGER DEATH PUNCH

La siguiente banda en tocar en el Main Stage tras GojIra fueron los californianos FIVE FINGER DEATH PUNCH, que sin duda supusieron una revelación para la gran parte del Staff de la web. Aunque el gran número de personas que congregaron desde prácticamente el final de GOJIRA en las primeras filas ya dejaba claro que es un grupo que cuenta con grandes acérrimos.

Con el comienzo del recital volvió la lluvia, pero no importó, la bofetada que nos había dado con el inicio de Under And Over It hacia que lo demás no importara, el Groove que tiene la banda en directo se apoderó de todos nosotros, todo ello avivado por un sonido impecable y una fuerza de expresión por parte de todos los miembros de la banda apabullante. Ya desde la primera canción fuimos testigos de la versatilidad de la banda, y en concreto de su cantante Ivan Moody, capaz de interpretar a la perfección tanto las voces más desgarradas como los melódicos estribillos. Seguida y sin pausa sonó Burn It Down, de la que gozamos sin entender muy bien del todo lo que estaba pasando.

Después de una cordial presentación, siguieron imparables en su misión de asombrarnos con Hard To See. Dicha canción trajo un poco de calma, pero no se dejaron de cantar sus estribillos ni de seguir los riffs con la cabeza. En general uno de los conciertos más activos que vimos en todo el fin de semana, tanto por los asistentes como por la propia banda, que no paró de dar sacudidas y provocar al público para acompañarles en ellas. El resto del setlist estaba compuesto por Lift Me Up, Bad Company (una cover de BAD COMPANY),  Burn MF y Coming Down  en las que hicieron al público participe de cada estribillo.

Para terminar, eligieron dos de sus temas de más relevancia como son Never Enough y The Bleeding (durante la que lucieron los únicos mecheros del festival), con las que acabaron de meterse al público en el bolsillo. El concierto fue una perfecta simbiosis entre sus potentes bases rítmicas y sus estribillos sencillos que no puedes sacar de tu cabeza.

 

OBITUARY

Referentes absolutos de la escena death americana, y auténticas leyendas del género,  la banda capitaneada por los hermanos Tardy llegaba al Ritual  Stage para ofrecernos otra de sus lecciones magistrales, descargando  esa colección de riffs densos y ametrallantes  que ayudaron a definir el estilo a finales de la década de los 80. Sin duda la inclusión de los de Florida  en el cartel de esta novena edición del RESURRECTION FEST,  junto a sus compatriotas SUFFOCATION y los británicos CARCASS, había despertado mucho morbo,  conformando  una imponente tripleta que prometiría una verdadera lucha de «gallos» entre bandas históricas dentro de la escena.

Con un enorme telón de fondo  con el logo clásico de la banda en color rojo, el quinteto asaltaba el escenario frente a una carpa totalmente abarrotada para espetarnos sin previo aviso el clásico “Stinkupuss”. Pese al paso del tiempo la banda sigue conservando esa imagen clásica, con todos sus miembros aporreando sin piedad sus instrumentos, mientras que un errático John Tardy se dedica a ir recorriendo el escenario buscando el apoyo y el respaldo de sus fieles seguidores. Tras esta primera toma de contacto, y sin abandonar el material del primerizo “Slowly We Rot”, llegaba el momento de pisar el acelerador al máximo con el torbellino sonoro que representan  “Intoxicated” y “Bloodsoaked”, con las que la banda certificaba la plena vigencia de su material más antiguo.

Tampoco faltaron durante sus cuarenta y cinco minutos de show los recuerdos hacia su segunda obra “Cause Of Death”, del que nos ofrecieron un lóbrego paseo a través de las atmosferas densas y pantanosas contenidas en piezas como “Infected”, “Chopped In Half”, o la más vibrante y despiadada “Body Bag”, en la que  destacó especialmente la aportación del otro miembro original de la banda, el guitarrista Trevor Peres. Tras un arranque copado por algunas de las piezas más representativas de sus inicios, por fin llegaba el momento de degustar algo del material que la banda incluirá en su nuevo trabajo de estudio “Inked In Blood”, del que interpretaron “Violence”, una pieza rápida y directa que dejó una magnifica impresión entre todos los asistentes, y la propia “Inked In Blood”, con un ritmo algo  más denso y cadencioso.

El tramo final del show estuvo marcado por el recuerdo hacia otra de las piezas maestras de su discografía  ”The End Complete”,  del que desgranaron la propia pieza que prestaba su nombre al plástico, y la salvaje “Back To One”. Para poner la guinda a su fantástica actuación el quinteto volvió a echar  nuevamente la vista atrás para regalarnos una demoledora  ”Slowly We Rot”, con la que se despedían definitivamente, dejando totalmente olvidados los temas de su última etapa y sin dejarnos  saborear ninguna exquisitez de ese fantástico “World Demise”.

 

TESTAMENT

Otros que tampoco podían faltar en esta edición del RESURRECTION FEST son los californianos TESTAMENT, que anda metidos en una gira europea que les mantendrá ocupados hasta octubre, momento en el cual comenzaran a trabajar su nuevo material, ya que su último Dark Roots Of Earth ha cumplido ya un par de años.

Apenas media hora antes de medianoche salían Chuck Billy y compañía a un escenario principal muy ambientado, con un gran telón en el que podíamos ver una especie de coliseo con una gran calavera en el frontal, así como varios murales con figuras de mármol con forma humanas. Lo cierto es que al comienzo de la actuación el público era bastante escaso debido a que la lluvia no remitía, y a que la zona principal del público era una autentico barrizal provocado por los anteriores conciertos.

No obstante, el concierto comenzó y tras su habitual intro (The Star Spangled Banner) comenzaba a sonar Rise Up, con un sonido no muy convincente al principio, cuya causa podía explicarse por la tormenta que no dejaba de descargar, al igual que la propia banda, que siguió soltando tralla con esos punteos tan característicos de The Preacher, consiguiendo que la gente se amontonara en torno a ellos a pesar de las condiciones.

Con la siguiente canción, Chuck, armado con su portamicros que emulaba a la espada de Darth Vader, hizo cantar a todo el mundo los primeros riffs de More Than Meets The Eye, en la que el también fundador Eric Peterson se marcó uno de los primeros solazos del concierto. Los siguientes temas que pudimos escuchar fueron: Native Blood, en la cual Gene Holgan dejó ver la gran calidad y técnica que atesora, permitiéndose el lujo de lanzar alguna baqueta al aire para volver a cogerla durante la canción; Dark Roots Of Earth, donde pudimos apreciar una gran mejoría de sonido; Into The Pit, para la cual Chuck pidió un gran mosh pit en la presentación; y la clásica The New Order. No quisieron acabar el concierto sin agradecer al público el enorme apoyo a pesar de las condiciones meteorológicas, aunque realmente lo merecieron después del alto nivel al que había llevado el concierto.

Chuck y Peterson dejaron claro que son capaces de interpretar a la perfeccion sus temas más clásicos con Practice What You Preach y Over The Wall; así como de mantener su esencia thrasher después de tantos años y de sacar adelante sus nuevas creaciones junto con el resto de músicos que no he mencionado (Steve DiGiorgio al bajo y Alex Skolnick a la guitarra) como vimos a lo largo del concierto. El punto final al thrash metal en el Resurrection Fest 2014 lo pusieron los bises de esta consagrada banda, que acabo con dos temas de su álbum The Gathering, del que se cumplen 15 años: D.N.R. (Do Not Resucitate) y 3 Days In Darkness.

 

CARCASS

Tras el enorme chaparrón que convirtió el recinto del festival en un inmenso barrizal, y mientras los americanos TESTAMENT finiquitaban su actuación en el escenario principal, el Chaos Stage se preparaba para albergar una de las visitas más esperadas de todo el festival, el retorno de los británicos CARCASS. Con un imponente telón de fondo, en el que se  reproducía la portada de su último trabajo “Surgical Steel”, el cuarteto tomaba posiciones para reivindicarse como uno de los pesos pesados dentro de la escena death metalera.

Recibidos con verdadero fervor por sus incondicionales, los británicos se marcaron un concierto realmente brillante, gracias en gran medida a un sonido limpio y potente. En cuanto al repertorio creo que fue muy equilibrado, ya que además de una buena ración de su última obra, también hubo tiempo para algunos guiños al material de su primera época, haciendo especial hincapié en las composiciones de su aclamado “Heartwork”.

Con una entrada  épica, acompañados por la introducción  “1985″, el cuarteto británico iniciaba su truculento viaje a través de las vísceras y la descomposición orgánica con la pieza que abría su cuarto trabajo “Buried Dreams”, para rápidamente adentrarse en su pasado más oscuro y tormentoso, haciendo subir las revoluciones al máximo durante la seminal “Incarnated Solvent Abuse”, que desató la euforia entre las primeras filas. Corrosivo, ácido y desafiante Jeff Walker demostró que sigue siendo un excelente frontman, consiguiendo focalizar sobre él todas las miradas. Otro de los puntos fuertes de la descarga de los británicos fue su dinamismo, ya que el cuarteto fusionó la mayoría de los temas para estirar al máximo el tiempo del que disponían.

Tras los habituales saludos, llegaba el momento de empezar a destripar el material de “Surgical Steel”, de modo que la siguiente en hacer acto de presencia fue “Cadaver Pouch Conveyor System”, con las guitarras de Bill Steer y Ben Ash batiéndose en un intenso duelo que acabaría desembocando en   la subversiva y cambiante  “This Mortal Coil”.  Aunque con los años la melodía ha ido ganando presencia  en la propuesta de la mítica  formación  británica, Walker y sus muchachos demostraron no haber perdido esa parte más extrema y visceral, así que sin ninguna clase de complejos firmaron una colosal interpretación del primerizo “Exhume To Consume”. Tras poner de manifiesto las fantásticas prestaciones de la actual encarnación de la banda, llegaba el momento retornar a su material más novedoso, apostando por la dupla formada por “The Granulating Dark Satanic Mills” y “Unfit For Human Consumption”.

Pese a que el tiempo de CARCASS se estaba agotando, Walkers anunció que la banda iba a descargar su show completo. Así que rápidamente el cuarteto volvió a echar la vista atrás para centrarse en la oscura y desconcertante “Genital Grinder”, que a la postre se acabaría convirtiendo en la única representante de su seminal debut de 1988 “Reek Of Putrefaction”. Una nueva muestra de su material más reciente, en esta ocasión, de manos de “Captive Bolt Pistol”,  sería la encargada de conducirnos hacia una recta final realmente demoledora, en la que se fundirían la  brutalidad de  “Corporal Jigsore Quandary”, con la envolvente melodía de la pieza que prestaba su título a su cuarto trabajo “Heartwork”.

Fantástica descarga de los maestros británicos que demostraron, en esta única descarga en nuestro país, que no han perdido ni un ápice de la contundencia y la  voracidad que siempre les ha caracterizado.

 

Crónicas de Jorge del Amo, Carlos Esteban y Alfonso Díaz de RafaBasa.com