Debido a su población –de unos 65.000 habitantes, equiparable e incluso superior a la de alguna que otra ciudad española- al municipio madrileño se le conoce como la capital de la sierra. Durante su semana grande, a finales de julio, es además la capital del heavy metal, con miles de personas llegadas desde diversas provincias –unas 6.000 en este caso- para vivir un festival gratuito de ambiente inmejorable.
Crónica de Juan Destroyer de MariskalRock
Un año más, y van once de sus catorce ediciones, el que subscribe estuvo allí presentando la cita y repartiendo regalos entre la audiencia. Unos cuantos centenares de asistentes, buena parte de ellos refugiados a la sombra, había ya en la plaza para cuando saltó al escenario –con un cuarto de hora de retraso, a las 19:45- el quinteto leganense Kitsune Art.
Ellos fueron los ganadores de la categoría de nuevas tendencias del Certamen de Música Joven, pilar del festival. Lo suyo es el rock-metal alternativo con detalles electrónicos más testimoniales en directo que en su EP ‘Live All You Can’ (2012), resultando su música más agresiva en vivo sin por ello dejar de sonar, solo a ratos, a Linkin Park o P.O.D. Destacaron en su repertorio, que propició el primer circle pit de la velada, “My Mind”, “Fading Away” -la canción del que, hasta el momento, es su único videoclip- y para terminar “Lost Soul”. Muy reseñable un guitarra solista de calidad, algo no frecuente en su estilo.
Como ganadores por Villalba, aunque con miembros también de la vecina Alpedrete, se erigieron Forced Rejection, que por su sonido southern metal más bien parecen de Nueva Orleans, bandera confederada incluida. Jugaban en casa y a pesar de no moverse mucho sobre el tablado, supieron alborotar a la juventud, que además de generosos circle pits, se organizó hasta para hacer un wall of death; emocionante ver el paroxismo en las caras de ambos bandos antes de correr a chocar. El super-riff de “War Girl Soul” abrió una actuación en la que, además de las canciones del EP ‘Made Of Price’ (2013), como igualmente lo es el relajado “Stoned Devil Blues”, también sonaron otras inéditas como “Beyond This Path” y una versión de Down para la que les acompañó David, guitarra de Hell’s Fire.
Las cotas de rudeza se rebajaron con los ganadores de la categoría rock, los bilbaínos Space Octopus liderados por el virtuoso guitarrista –cum laude en Berklee- Dann Hoyos, también cantante. Verle irse a un lateral del escenario en los primeros instantes del concierto para señalarle algún problema al técnico de sonido mientras seguía inmerso en un tapping, da la medida de su nivel.
Pero los demás no están de comparsa, y también brillan, incluso a la hora de hacer coros en “La vida es así”. Continuaron, muy apropiadamente, con “Lo opuesto a la vida”, es decir, “La muerte”.
Presentaban su segundo disco ‘Dormir con el diablo’ y le dieron mucho protagonismo, pero también dejaron constancia de su debut, por ejemplo con “Gente loca”, de aires funk. Increíble ver en esta a Dann hacer un tapping –sí, es su especialidad- mientras canta.
“Parece el teatro esto”, bromeaba Hoyos al tiempo que pedía que nos moviéramos con “Tú”. “Todo gira en torno a ti” y “La balanza” precedieron a la pieza instrumental en la que Dann saca la careta de pulpo para, esta vez sí, desplegar todo su arsenal abandonando momentáneamente su leitmotiv: las canciones. Prueba de ese sacrificar técnica por accesibilidad es el primer single de su último disco: “Evádeme”, que cayó en las postrimerías de su concierto.
Gustaron y mucho los triunfadores en la categoría de metal, Reek, quinteto thrash de Sabadell con detalles progresivos que hace solo unos meses que sacó su primer LP ‘Necrogenesis’. Aparte de la caña intrínseca a su estilo, supieron darle mucho dinamismo a la actuación empezando por el cantante Iván Lara, todo un show en sus gestos y en el deambular por el escenario, llegando al éxtasis cuando se revolcó por el suelo durante el extenso “Scions Of The Void”. Igualmente un espectáculo ver al bajista Sergio López tocar con los dedos también las partes más rápidas, como Cliff Burton; por cierto que se atrevieron con un “Damage Inc.” más rabioso y gutural que el original presentado jocosamente como “una que compusimos en los 80”. La otra cover de su set, para terminar, fue “Stand Up And Shout” de Dio, pudiendo decirse lo mismo que de la de Metallica: dosis extra de tralla. Fue justo después de una currada instrumental que se llama “Landscapes Of Elysium”. Otro tema que me encantó en directo fue “Violent Winterlight”.
La cita fue especial por dos razones: tal y como confesó su cantante, era la primera vez que salían a tocar fuera de Cataluña y lo hacían para ofrecer su bolo más multitudinario hasta la fecha; además suponía el último concierto del batería Esteban Portero, que quiso compartir su emoción por el micrófono.
La organización se había reservado una sorpresa. Se trataba de la charanga Los Dikis que, acompañada y dirigida por Sergio, guitarrista de Sogo, interpretó de forma tan particular una ristra de clásicos del rock. Su repertorio fue: “The Final Countdown” de Europe, un medley de Bon Jovi con “Runaway”, “You Give Love A Bad Name” e “It’s My Life”, “Fiesta Pagana” de Mägo de Oz que fue la más aclamada y “Highway To Hell” de AC/DC. Todo ello ante la perpleja mirada del alcalde Agustín Juárez y el concejal de juventud Adan Martínez.
Un hito en la gira de ‘Atlas’ para Dragonfly era la actuación en el Granito Rock, debido a que estrenaban batería, Juansa Ferrer, y al mismo tiempo cubría eventualmente el puesto de guitarrista Víctor de Andrés (Pacho Brea). A ambos se les vio seguros de sí mismos y cumpliendo bien su labor en lugar de Adrià Romero y Alberto Alba respectivamente. De hecho, de Andrés, con un look a lo Zakk Wylde, se mostró tan suelto como para posar en los punteos.
A las primeras de cambio nos estaban atacando con “Te Quiero Olvidar”, a mi juicio una de las canciones más destacadas de ‘Atlas’. Como siempre, Pablo Solano tenía en el bajista Juanba Nadal, capaz de hacer guturales y también cierto tipo de agudos, a un valioso compañero en la voz; por ejemplo haciendo él la parte de Leo Jiménez en “Entre el odio y la pasión”, una de las últimas canciones interpretadas. El bajista además fue quien presentó “Nunca camino solo”, compuesta por él a la salud de su hermano –presente en la plaza y justo era su cumpleaños- y en la que se sale con las cuatro cuerdas.
Otro de los momentos especiales fue la versión de “The Number Of The Beast” de Iron Maiden, y por supuesto cuando salió Lucía Gómez, niña segoviana bien conocida por los graniteros, a cantar con Pablo los primeros compases de “Vuela conmigo”.
Terminaron con el añejo “Solo depende ti” y hubo quien les achacó falta de cohesión, pero dadas las circunstancias, creo que hay que dejarles rodar un poco antes de establecer una opinión fundada.
También Masterplan ha sufrido tiempos convulsos hasta llegar a la llamativa actual formación con el cantante Rick Altzi (At Vance), el bajista ex Stratovarius Jari Kainulainen y el batería Martin “Martus” Skaroupka. Debido a que la sombra de Jorn Lande es alargada, y tras el fugaz paso por la banda de Mike DiMeo, todas las miradas estaban puestas en Rick. Sublime todo el show, dejó claro que merece estar ahí. Empezaron hacia las 02:15, pisando fuerte con la que quizás sea la canción más famosa del grupo: “Enlighten Me”. Bueno, también es muy famosa de su debut “Spirit Never Die”, que cayó la segunda. Suficiente para darnos cuenta de que están solo medianamente interesados en darle cancha a un meritorio ‘Novum Initium’ de 2013.
Antes de un “Lost And Gone” con las teclas de Axel Mackenrott bien presentes, Altzi se interesa, cubata en mano, por saber cómo se dice salud en castellano. Le falla el pulso y se mancha, mofándose Roland: “Te dije que no te pusieras la camisa blanca”.
Hubo que esperar al cuarto tema para encontrarnos con algo de su último plástico, siendo la elegida “Betrayal”, curiosamente seguida, a la inversa que en el disco, por “Black Night Of Magic”.
No obstante tienen claro cuál es su disco más vitoreado, y así lo demostró el tramo final de su actuación, donde sonaron juntitas “Heroes”, “Kind Hearted Light” y “Crawling From Hell”, colando entre ellas la presentación de la banda, donde al presentar a Axel jugaron durante unos instantes con “Smoke On The Water” de Deep Purple.
Al Granito le gusta el metal alemán y por tanto los de Roland Grapow –algo ausente en algunos tramos del concierto debido, según me confesó, al cansancio- lo tuvieron fácil a la hora de ganarse nuestras simpatías. Encantados estaban con tanta gente y tan entregada, de hecho Rick nos filmó en vídeo varias veces. Para que luego diga Merkel, entre Mallorca y Villalba, tenemos a la mitad de sus compatriotas aquí en verano.
¡Hasta el año que viene!
Crónica de Juan Destroyer de MariskalRock