Recuerdo como si fuese ayer el primer contacto con Dragonforce. Un tal Valley Of The Damned parecía estar revolucionando el mundo del power metal y yo no me lo iba a perder…me hice con el disco y me encontré con unos jovencísimos músicos que tocaban más rápido y preciso que nadie. Poco después, tuve la oportunidad de ver a la banda teloneando a W.A.S.P. ofreciendo un show de gran calidad y muy acorde a lo que escuchábamos en el estudio. Me gustó su propuesta, deudora del sonido Helloween pero con muchas miras al mercado Japonés. Y desde entonces siempre he tenido bastante aprecio a la banda de Hermann Li y compañía, siempre ofreciéndonos auténticos batacazos de power metal veloz como fueron en su día Sonic Firestorm o Inhuman Rampage.
Crítica de José Rojo de MetalZone.biz
Si…es una propuesta que se desgasta que incluso desde la entrada de Marc Hudson a las voces, sigue estando completamente anclada a un estilo inamovible, y que para muchos es percedera a la segunda escucha, pero mientras se respire autenticidad y la calidad sea como la que nos han ido ofreciendo Dragonforce a lo largo de los años, la diversión está más que asegurada. Y su nueva obra Maximum Overload sigue ofreciéndonos más de lo mismo, que no es poco. La producción es sencillamente espectacular, grabado en los Fascination Street de Örebro, Suecia, con el productor Jens Bogren en colaboración con Karl Groom, de modo que todos y cada uno de los detalles que la jugosa formación trata de ofrecernos, se pueden apreciar al 100%, tanto en territorio instrumental, como efectista, donde la banda continúa la senda de acercarnos a sonidos tecnológicos y de videojuegos, siempre incrustados con una capacidad compositiva abrumadora.
Desde la inicial The Game encontramos intacta la esencia de la banda, con un estribillo realmente espectacular, happy metal como dirían algunos entendidos del género, y con una calidad sonora espectacular. Y cuando escuchamos Tomorrow’s Wings nos damos cuenta de que éste es el disco más «Dragonforce» desde Inhuman Rampage, devolviendo muchísimo la magia de los 3 primeros lanzamientos con su particular forma de afrontar el metal más rápido. Y cierto es que cortes como Three Hammers son la guinda del disco, rompiendo la velocidad a favor de una épica muy enraizada en un género en el que o lo haces muy bien, o no destacas, y Dragonforce no sólo destacan, sino que además, despuntan y sobresalen sobre algunos compatriotas de escena. ¿Desgranar el disco completo?. Tio…esto es Dragonforce y sabes a lo que vas, ¿o acaso verías lógico que comentase tema por tema un disco de Motörhead (aunque lo he hecho!)?. Y es que, salvo las colaboraciones aisladas de Matt Heafy de Trivium en cortes como Defenders, en las que a nivel vocal desconectamos de lo que escuchamos en los 10 años anteriores, aquí encontramos más de lo mismo en los 10 cortes que componen el compacto. Solos vertiginosos, la gran voz aguda de Marc y una personalidad 100 % reconocible que incluso otros se han atrevido ya a intentar llevar a cabo en su música (como es el caso de Victorius, por poner un ejemplo claro) sin conseguir el mismo resultado. Bueno…y si, hay una novedad, y es la primera versión realizada por la banda del clásico de Johnny Cash, Ring Of Fire, una de las sorpresas del álbum que a los más puristas del rock les repelerá, pero ¿y las agallas que tienen de hacer este tipo de apuestas?. Eso sólo se lo pueden permitir gente como ellos, colegas.
No es el mejor de su discografía. Es uno más, y si disfrutaste con los 5 anteriores, lo harás como un enano con éste…ni lo pongas en duda.
Crítica de José Rojo de MetalZone.biz