Mantener un nivel de creatividad que contente a todos los seguidores es difícil para cualquier banda, y no es distinto para los finlandeses Children Of Bodom, quienes, con seis álbumes de estudio, sin contar el de versiones Skeletons In The Closet, han dado suficientes muestras de su excelente calidad moviéndose entre el death metal melódico y el power con la suficiente solvencia como para granjearse un buen número de “adictos” a su propuesta.
Con su séptimo álbum Relentless, Reckless Forever, suceden dos cosas, por una parte siguen manteniendo los elementos característicos de su sonido pero, por otro lado, también se nota una paulatina evolución hacia esquemas menos dotados de velocidad. Consecuentemente, dependiendo de los gustos subjetivos de cada cual, gustará más o menos.
Puntuación: 8,5
Crítica de Locky Perez de Musicopolis
Una cosa es cierta, el disco destila madurez y contiene un puñado de composiciones versátiles que encandilarán a quienes no estén “muy puestos” en su discografía. Otro asunto es lo que pensarán sus fans más acérrimos.
Lo seguro es que Children Of Bodom, sin perder su identidad, buscan acercarse a perfiles menos radicales y así encajar en un entorno más armonioso, digamos un acercamiento a los parámetros del heavy metal. Esto tampoco quiere decir que hayan perdido energía. Sus canciones siguen resultando desequilibrantes y construidas en base a pasajes dotados de estructuras en constante mutación, tal como nos lo demuestran en los dos primeros e impactantes cortes, “Not My Funeral” y “Shovel Knockout”, vinculantes con su pasado más explosivo.
Una vez exhibidas sus consabidas dotes virulentas se adentran en texturas más accesibles con profusión de teclados y desarrollos instrumentales ligados al mencionado heavy metal. Ahí están para atestiguarlo, “Roundtrip To Hell And Back” y su ritmo denso y marcado; “Pussyfoot Miss Suicide” con un fraseo de guitarra “resultón”, al igual que el incluido en “Relentless, Reckless Forever” con un vitalista duelo entre guitarras y teclados, además de “Ugly”, algo más acelerada, así como “Cry Of The Nihilist” y “Was It Worth It?, donde reiteran los riffs de guitarra de raíces heavys.
“Northpole Throwdown”, pone el punto final con un retorno a los conceptos más perturbadores, velocidad guitarrera y dinámica frenética.
En cuanto a Alexi Laiho, se muestra pletórico en su labor vocal, con ese punto desgarrado y turbador que se acopla a la perfección.
En definitiva, un disco atractivo si nos ceñimos al presente de Children Of Bodom y dejamos de pensar en su pasado, sin duda brillante. Sin embargo su momento actual también presenta excelentes credenciales.
Crítica de Locky Perez de Musicopolis