Cradle Of Filth, seis ex-miembros demandan a Dani Filth por uso indebido y royalties impagados

La veterana banda británica de black/gothic metal Cradle Of Filth se encuentra de nuevo en el ojo del huracán: seis antiguos integrantes han presentado una demanda conjunta —en la corte del Distrito de Arizona— contra el vocalista Dani Filth, las entidades legales vinculadas a la banda y su agencia de management. La acción formal data del 30 de septiembre de 2025, y fue enmendada el 20 de noviembre.

Quiénes han demandado y por qué

Los demandantes son: Zoë Marie Federoff (teclados y voces), Marek “Ashok” Šmerda (guitarra), Paul Allender (guitarra), Lindsay Matheson / Lindsay Schoolcraft (teclados y voces), Richard Shaw (guitarra) y Sasha Baxter (participante en videoclips).

Las acusaciones en la demanda incluyen:

  • Uso comercial no autorizado de sus imágenes y nombres — en merchandising, vinilos, carteles, promociones de meet-and-greets, etc. — incluso tras su salida de la banda.
  • Impago de royalties correspondientes a conciertos en directo y grabaciones en las que participaron, alegando que nunca firmaron acuerdos que permitieran la explotación comercial de sus aportaciones.
  • Utilización sin permiso de arte original creado por una de las exmiembros (símbolos o “sigils”) en productos oficiales.
  • Negativa a devolver equipo personal — en concreto, se menciona la destrucción de un micrófono perteneciente a una demandante y la no devolución de monitores in-ear.
  • Falta de transparencia contable respecto a merchandising, grabaciones, acuerdos editoriales y actividades de fan-events.
  • Reclamaciones de indemnización por daños económicos, pérdida de ingresos, perjuicio reputacional, estrés emocional, y costes legales, además de una orden judicial para retirar/ destruir todo merch que utilice su imagen sin consentimiento.

Contexto del conflicto

El conflicto empezó públicamente en agosto de 2025, cuando la teclista/vocalista Federoff abandonó la gira, seguida por su marido, el guitarrista Šmerda. En ese momento ellos denunciaron públicamente condiciones laborales precarias, falta de pagos y gestión irregular.

Posteriormente se sumaron al litigio miembros con larga trayectoria en la banda, lo que sugiere que las quejas no se limitan a un conflicto puntual sino a una práctica recurrente —según los demandantes— de explotación sin contrato ni remuneraciones adecuadas.

Consecuencias y posibles implicaciones

Si prospera la demanda, podría obligar a la banda y su management a retirar todo producto que use imágenes o grabaciones de los exmiembros, pagar royalties atrasados e indemnizaciones, y abrir un precedente en el ámbito legal para la protección de músicos que abandonan formaciones.

Hasta ahora, la banda no ha emitido una respuesta pública formal al conjunto de demandas —aunque previamente había defendido sus decisiones justificando los despidos por un supuesto ambiente conflictivo y problemas personales.

El caso está en sus primeras fases —aún se espera fecha para juicio—, y su desarrollo podría sacudir no solo la trayectoria de la banda, sino también plantear debate sobre la explotación, derechos y compensaciones dentro del metal extremo.