El pasado 9 de mayo de 2025, la localidad inglesa de Burslem, en Stoke-on-Trent, rindió homenaje a uno de sus hijos más ilustres: Lemmy Kilmister, legendario líder de Motörhead. En una emotiva ceremonia, se inauguró una estatua de bronce de 2,25 metros de altura, obra del escultor local Andy Edwards, que captura al músico en su icónica pose con el bajo Rickenbacker 4001 y el micrófono inclinado hacia arriba.
Un homenaje cargado de simbolismo
La ceremonia, denominada «Lemmy Forever», coincidió con el 50º aniversario de Motörhead y contó con la presencia de Phil Campbell, guitarrista de la banda, quien depositó parte de las cenizas de Lemmy en la base de la estatua. Este gesto simboliza la unión eterna entre el músico y su ciudad natal.
El evento atrajo a cientos de seguidores, muchos de ellos ataviados con chaquetas de cuero y denim, quienes participaron en una escolta motera que acompañó las cenizas hasta su destino final. Posteriormente, se realizaron diversas actividades, incluyendo exposiciones fotográficas en la galería Bare Walls y actuaciones en vivo en el bar Grumpy’s y el Mitchell Arts Centre de Hanley.
Una figura icónica del rock
Lemmy Kilmister, nacido el 24 de diciembre de 1945, fue una figura central en la historia del rock y el heavy metal. Fundó Motörhead en 1975 tras su salida de Hawkwind, y lideró la banda hasta su fallecimiento en diciembre de 2015. Su estilo único y su actitud rebelde lo convirtieron en un ícono del género.
La estatua en Burslem no solo celebra su legado musical, sino también su identidad inquebrantable. Como expresó un asistente a la ceremonia:
«Es increíble, parece que esté vivo. Mirándolo ahora, realmente ha capturado a Lemmy a la perfección. Es brillante. Ha merecido la pena esperar, ha merecido la pena todo y espero que atraiga a la gente a Burslem para verlo.»
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