Con los calores propios de finales de Julio nos acercábamos el sábado a ver el show que nos tenía preparado en la capital Max Cavalera y su banda Soulfly. Pero antes de esto abrían la velada un par de grupos nacionales los gallegos Strikeback y los madrileños Deathsurrection.

Con aun muy poca gente en la sala tomaban el reducido escenario de la Sala Live los coruñeses Strikeback que salieron a tope tocando un buen trash metal. El concierto fue breve pero intenso aunque se vio bastante deslucido por lo reducido del escenario al estar montada ya la batería de Soulfly. Encima eran cinco tíos en el escenario con ganas de moverse pero sin apenas espacio, aun así aprovecharon bien sus escasos 20 minutos de concierto para presentarnos un pequeño repertorio de sus temas con buena actitud incluso bajando hasta la valla su guitarrista para que tocáramos la guitarra y dar fin al show.

Tras un breve descanso Deathsurrection salían al escenario, banda madrileña de las que se lo trabajan y duro ya que ellos mismos se autoproducen los discos, los videos, merchandising, etc. y llevan ya desde 2013 dando que hablar por los círculos madrileños apuntándose a cada bolo que pueden. Descargan un buen metal con pinceladas de death y groove que hacen sus temas y sus conciertos tengan una muy buena pegada. En su set dieron un repaso a todos sus EPs dedicando el tema “Shut Up” del último a toda esa gente que nos quiere joder la vida. Gran actitud de su vocalista Gabriel que no paraba con el headbanging y se encaramaba a la valla para cantar con las primeras filas. El resto del grupo también estuvo muy involucrado en el show así como el público que en los últimos temas ya se animó a cirle pits y wall of death a petición del grupo. Cerraron el concierto con “Davidian” de Machine Head que puso aquello patas arriba mientras su guitarrista Disi bajaba al público perdiéndose en el circle pit mientras tocaba su guitarra. Buen show.

Y llegaba el turno de los cabezas de la noche, Soulfly. El grupo de Max Cavalera y cia tiene como último trabajo “Archangel” que publicaron hace ya tres años pero es que el hombre anda metido en tantos embolados que tiene que distribuir su tiempo entre muchos proyectos. De todas formas como nos dijeron durante el concierto este otoño sacarán nuevo disco llamado “Ritual” y uno de los nuevos temas cayo en el setlist de la noche.

Salieron a escena con los bafles tapados por camuflaje de hojas a lo Depredador y Max con un chaleco de tachuelas y el micro adornado con balas. A su derecha Marc Rizzo a la guitarra, a su izquierda Mike Leon al bajo y su hijo Zyon Cavalera a los parches componen la nueva formación del grupo.

Arrancaron con “Frontlines” de su disco “Dark Ages” y siguieron con “Prophecy” en la que se montó el primer follón de la noche. El público desde luego estuvo muy animado durante todo el show con pogos constantes, cosa en los otros dos conciertos estuvo la cosa un tanto parada. Al grito de enseñarme esas manos de fuego tocaron “Fire” a la que siguió “Rise Of The Fallen” y un nuevo tema, “The Summoning”, que formará parte de su nuevo disco “Ritual” y que sonó bastante cañero, no pinta mal si el nuevo disco, que al parecer será conceptual, tiene el mismo rollo que este tema.

El guitarrista Marc tuvo un par de momentos para lucirse en un tema sacó una guitarra rara, entre acústica y eléctrica y también hizo un solo que dio descanso al grupo en el que se lució tocando riffs de varios temas de Slayer “Seasons In The Abyss” y “Raining Blood”, intercalándolos con riffs de otros temas conocidos. El bajista Mike Leon estuvo muy activo durante todo el concierto y el heredero de Max, Zyon en la batería lo dio todo. En esta ocasión no sonaron apenas temas de Sepultura, Max se centró bastante mas que en otras ocasiones en temas de su banda y solo tocaron “Refuse/Resist” de la banda que le vio nacer. Sonó también el famoso “Plata o plomo” coreado por el público con entusiasmo. «Back To The Primitive» y «Babylon» fueron los últimos temas antes de cerrar el show con «Eye For An Eye» para la que salió su nieto a pegar un berrido al micro tras el cual el abuelo se puso a tocar la guitarra mientras cantaba en plan Manolo Kabezabolo. Para este último tema se puso una camiseta del Rayo Vallecano que dio pie a los famosos oeoeoeoeoe! y mientras Max tomaba camino del camerino la banda se quedó tocando una mini versión del “The Trooper” de los Maiden que puso fin a la noche.

Buen bolo de Soulfly que me gustaron mas que la última vez que los vi en sala, la pena fue que apenas tocaron temas de Sepultura, pero se le perdona.

Crónica de David de MetalBizarre