Casi treinta años de historia discográfica, siendo una de las bandas más importantes y reconocidas de thrash metal a nivel mundial, toda una referencia para fans de todo el mundo. TESTAMENT no consiguieron ponerse en primera línea como sus compañeros METALLICA -pese a realizar su particular “Black Album” en su día con un interesante “The Ritual” pero no con idénticos resultados a los obtenidos por aquellos- pero se han ganado el respeto propio de ser toda una institución dentro del género.
Desde hace bastante tiempo, el combo está espaciando la edición de sus discos, de más que solvente factura cualitativa y han pasado cuatro años desde el anterior y notable “Dark Roots of the Earth”, por lo que mi expectación era máxima a la hora de encarar los temas de este “Brotherhood of the Snake”.
Grabado en tres estudios diferentes en las ciudades de Nevada City, Pacheco y Nueva York bajo el mecenazgo de Juan Arteaga a la producción y Andy Sneap a las mezclas, encontramos en “Brotherhood of the Snake” una colección de diez canciones que mantienen el sonido y sello compositivo de TESTAMENT en cada una de ellas, alimentándose de la portentosa base rítmica que aportan, para la ocasión, el bajista Steve DiGiorgio y el batería Gene Hoglan, éste último realizando una labor sobresaliente que, en mi opinión, es lo más destacable a nivel individual de todo el álbum. ¡Está brutal! Por su parte, los miembros más veteranos aportan la marca 100% TESTAMENT gracias a su personalidad, con un Chuck Billy que, hoy día, sigue siendo el vocalista más versátil dentro del thrash, así como la idónea pareja de guitarristas formada por Eric Peterson y Alex Skolnick.
El resultado del álbum, a un nivel global, es aceptable, rozando lo notable, a lo que cabe preguntarse, ¿teniendo todos los elementos necesarios -como arriba se explica- qué es pues, lo que le falta? Pues digamos que es un buen disco, con buenos temas, que suena a lo que tiene que sonar, pero que, entre todas sus canciones, no hay algunas que destaquen por encima del resto. Me faltan canciones del tipo “Native Blood”, “Sins of Omission”, “Electric Crown” o “The Preacher”, por poner varios ejemplos. Auténticos himnos como los que nos han regalado a lo largo y ancho de toda su discografía. “Brotherhood of the Snake” contiene buenos temas, algunos más destacados que otros pero no demasiado a nivel global, donde la sensación es más pareja en cuanto a calidad. Es un disco al que cuesta tomarle la medida y, aunque tras varias escuchas la sensación es positiva, queda por debajo de lo esperado, sobre todo a tenor del tiempo que hemos tenido que esperar para saborearlo. Quizás se deba al hecho de que esta vez se ha sacrificado la riqueza compositiva a la hora de colaborar varios miembros en estos menesteres, los cuales han caído, casi completamente, sobre la figura de Peterson, con un par de colaboraciones esporádicas de Alex.
Esa es la sensación que desde que la banda lo filtrara como tema adelanto, me produjo el tema título. Un tema 100% TESTAMENT que en cuanto lo escuchas, sabes directamente qué te vas a encontrar, aunque sin evidentes sorpresas, aunque siempre es un placer disfrutar de su música y de esos solos magníficos por parte de Skolnick, quien rubrica una más que magnífica actuación durante todo el trabajo. La canción no sólo juega a retraernos hacia la vieja escuela, sino que aporta algunos matices de trabajos más cercanos al death como “The Gathering”, sobre todo en su parte final. “The Pale King”, del que recientemente han editado un videoclip, es uno de sus mejores cortes aquí editados, con unos sensacionales cambios de ritmo cortesía Gene, quien está -lo repito- brutal. Y es que lo que hace en el estribillo, es de quitarse el sombrero, como nos engaña con un tipo de ritmo para cambiarlo a su mitad y darle un sentido totalmente distinto a esa sección de la pieza.
Con “Stronghold” tengo un pequeño dejavu ya que su estrofa machacona tiene algo que me recuerda a “The Preacher”, aunque decae a la hora del coro, así como en su sección media. Sensación que se rompe gracias a la notable “Seven Seals”, de corte marcado en cuanto al riff y unas melodías tanto en estrofa como estribillo muy conseguidas, interesantes fillers entre frases -cortesía de Alex- y un desarrollo tan efectivo como técnico y enrevesado. “Born in a Rut” nos propone, por su parte, un curioso juego de tresillos arpegiados como principal aliciente, sobre el que Chuck encaja con acierto sus frases, con un juego de ritmos donde una vez más he de alabar la labor de la base rítmica.
Volvemos a la velocidad, a la caña con un correcto “Centuries of Suffering” que de nuevo refleja mi sensación general del disco (que insisto, es positiva, pero con matices), al igual que un “Black Jack” al que no termino de cogerle la gracia, basada en un simple juego de pentatónica dentro de un 3/4 que lo hace algo extraño hasta que llega un estribillo de acordes abiertos que lo arregla. “Neptune’s Spear” por su parte es un elaborado tema arquetípico del thrash donde la sorpresa viene a la hora del solo, construido a partir de una preciosa y melancólica melodía. “Canna Business” continúa en esa misma tendencia, con un trabajo más preciso y potente de batería, donde los intervalos entre el bombo y la caja están más acentuados, finalizando con un “The Number Game” que de nuevo me parece uno de los mejores temas, ya desde ese inicio con redoble de caja, un más que interesante riff rupturista con lo anterior que nos lleva a la canción en sí y un estribillo cantado con garra que llega a la primera escucha.
Un disco, en resumen, que sacia los deseos de nuevo material, pero al que cuesta cogerle el gusto varias escuchas y al que, como decía antes, le faltan al menos un par de temas destacables de entre su conjunto. Quizás, contando con más compositores de cara al futuro, se pueda suplir este pequeño matiz. Sin embargo, la mejor noticia es que nos devuelve a una de las bandas más queridas dentro del thrash de nuevo a la palestra mediática, ofreciéndonos la oportunidad de poder tenerlos una vez más en nuestro país, aunque esta vez sea como teloneros de otro acto principal.
Tracklist:
- Brotherhood of the Snake
- The Pale King
- Stronghold
- Seven Seals
- Born in a Rut
- Centuries of Suffering
- Neptune’s Spear
- Black Jack
- Canna Business
- The Number Game
Crítica de J. José Jiménez de Rafa Basa