En las últimas horas se han venido sucediendo nuevos episodios acerca de la ceremonia de acceso, por fin, de Deep Purple, al elitista Rock and Roll Hall of Fame.
Fue Ritchie Blackmore quien abrió la caja de los truenos con un post oficial muy explícito en el que no dejaba lugar a las conjeturas:
“Ritchie se sintió muy halagado con el ofrecimiento de entrar en el Rock and Roll Hall of Fame. Estuvo valorando acudir hasta que recibió una carta del presidente del Hall of Fame en la que decía que Bruce Payne, manager de la banda que actualmente gira como Deep Purple, había dicho “No”. En consecuencia, Ritchie no acudirá a la ceremonia. Le agradece sinceramente su apoyo a todos los fans que le votaron”.
A priori, Blackmore estaba en la lista de músicos que serán honrados el 8 de abril –David Coverdale, Rod Evans, Ian Gillan, Roger Glover, Glenn Hughes, Jon Lord e Ian Paice son el resto- pero, al parecer, finalmente no seremos testigos de ese reencuentro 23 años después. No obstante, el presidente del Rock And Roll Hall Of Fame, Joel Peresman, salió al paso en RollingStone.com para asegurar que aquí no se ha vetado a nadie:
“De ninguna manera se le excluido de la ceremonia. Lo de que es cosa nuestra evidentemente no es verdad. Nunca hemos vetado a ningún galardonado. Está invitado a venir, disfrutar de la velada y aceptar la condecoración”.
Lo que sí admite Peresman es que les ofreció a ambas partes enterrar el hacha de guerra y tocar juntos en la ceremonia, pero no fructificó el intento: “El manager de Deep Purple, Bruce Payne, me dijo que eran reacios a tocar con Ritchie. Hemos vivido muchas situaciones como esta en el pasado y muchas veces las cosas llegaron a buen puerto esa noche, volviendo cada uno a su esquina neutral –ndr: “neutral corner”, como se llama en el boxeo al taburete de cada púgil- al día siguiente”. Fue él mismo quien animó a la manager de Blackmore, Carole Stevens, a que lo intentara por su cuenta:
“Le dije, “Quizás puedes tomar la vía rápida y contactarles tú directamente a ver si hay algo que se pueda hacer en el caso de que vayan a tocar. Nos encantaría verles tocar a todos juntos. Así lo hemos deseado siempre. Queremos ver unidos a esos galardonados que no han actuado juntos desde hace mucho tiempo, si son capaces de hacerlo al menos por una noche. Como organización, nos gustaría verlo, y estoy seguro de que a los fans también”.
Pero a todo esto, faltaba por manifestarse el principal interesado: Deep Purple; lo ha hecho en boca del cantante Ian Gillan, que nunca ha escondido su rencor hacia Blackmore.
“Nos enfrentamos a una dura decisión cuando nos enteramos de lo de la inducción en el Hall of Fame. Fue una sorpresa para nosotros que Steve Morse y Don Airey no figuraran galardonados.
Ian Gillan, Ian Paice y Roger Glover recibimos la oferta que nos comprometía con el Hall of Fame y nos posibilitaba el estar allí esa noche.
Los condecorados de Deep Purple recogerán sus galardones y después tocarán los actuales Deep Purple.
Queremos remarcar que no tenemos ni la más mínima intención ni deseo de ofender a nadie con nuestra decisión; es solo una muestra de respeto hacia Steve y Don.
Hablé con David Coverdale la semana pasada y me expresó su más absoluta comprensión con la manera en que estábamos manejando este asunto. Gracias David, eres un caballero.
Más allá de este evento, no hay circunstancia alguna que pueda llevar a pensar que una “reunión” vaya a tener lugar, ni ahora ni más adelante.
Así que vayamos todos allá, estrechémonos las manos, sonriámosle a las cámaras y hagámoslo con dignidad y respeto por todos los miembros actuales y pasados de una familia muy especial”.
Tras leer la posición de las tres partes, parece que se deduce que Blackmore solo estarían dispuesto a ir si se le rindieran todos los honores, incluido el de colgarse la guitarra, mientras que Purple lo que quiere es reivindicar su actual lineup, sin que ningún ex tenga la posibilidad de hacerles sombra, al menos sobre el escenario, porque también es verdad que asumen que todos los músicos que han pasado por el grupo han de estar allí. Aún hay tiempo para que resuelvan sus diferencias, pero ahora mismo están en un punto de difícil acuerdo.