Rosendo + Última Experiencia – 22 Diciembre 2015 – Palacio de los Deportes (Madrid)

Altamente gratificante resulta llegar a un concierto en la capital y ver, de nuevo, que se han vendido todos los boletos. Ignoro cómo irán las cosas por otros puntos de la geografía, pero en Madrid, la gente se sigue gastando la pasta en los recitales en vivo, al menos en lo que a nombres consagrados o en camino de ello se refiere. Aunque el IVA cultural siga ahogando a los que andan intentando sacar la cabeza, un veterano del Vietnam como Rosendo sacó de sus cuevas a todo tipo de público, predominando aquel que decía que la última vez que estuvo en un bolo en el Palacio aún no se había quemado. Estamos hablando del 2001, cuando tuvo lugar aquel incendio que lo calcinó.

Cronica de Javier Pérez de MariskalRock.com

 

A ver, que sí, que el espacio The Ring (por cierto, un invento cojonudo) no comprende 15.000 asientos, pero no es menos cierto que el de Carabanchel está metiendo más gente de 6-7 años hacia acá que en toda la larga travesía de los `90. Al reventón de Las Ventas del año pasado me remito. Ayuda que los últimos discos le hayan quedado finos.

Ya he comentado en más de una ocasión que sienta bien al cuerpo que un concierto empiece con puntualidad. Pero a esta moda tan ejemplar, se ha sumado una que lo empaña, y que tiene que ver con el abstracto misterio de la hora de inicio.

En ésas que al llegar, sin prisa pero sin pausa, e ir a por las acreditaciones de prensa, nos convocan a las 21h. Qué cara de imbécil se me tuvo que quedar al entrar y ver que Última Experiencia, los invitados de lujo del cotarro, estaban poco más que terminando su presentación. Poco puedo contaros, blues rock de alto standing que me quedé con las ganas de percibir en todo su esplendor. No me voy a poner criticón, pero joder, alguien debería saber los horarios con algo más de rigor, y dar una información más adecuada a los que vamos a cubrir el sarao.

Pasaban las 21:30h cuando el trío de ases que componen Rosendo, Rafa y Mariano hace acto de presencia al son de “Mala vida”, “Atajo de cobayas” y “De qué Vas?”. No seré yo quien les diga a los instructores del rock patrio cómo ha de montarse un repertorio, pero siempre me ha gustado que el arranque sea a todo trapo. El setlist está montado para salir de abajo y terminar arriba,  yendo poco a poco para no lesionarse.

“Cuando” y “Amaina tempestad”, a pesar de los pesares que suponen ser de hornadas recientes, suben el primer escalón de intensidad antes de tropezar con un “Muela la muela”, donde sólo faltó Kutxi Romero. A colación de esto: ni un invitado. Para eso ya tienes el DVD del año pasado.

Es en “El Tren” donde el gentío, ya entrado en harina, azuzado por una guitarra gruesa, levanta los brazos y se encamina hacia el sinfín de clásicos que nos esperan. Apunta: “Hasta De Perfil”, “Por meter entre mis cosas la nariz”, “El ganador”, “Masculino singular”, “Flojos de pantalón”, que resultó ser lo más celebrado de la noche; “Pan de higo”…. Todo lo que esperas te lo da, aunque al principio el escepticismo y las ganas contenidas de saltar hicieran mella.

“Loco Por Incordiar” y “Agradecido”  despiden la cosa, para que “…Y Dale!!”, “Maneras de vivir” y “Navegando” compongan un bis predecible pero infalible.

Ahora dicen que se van a tomar un tiempo para, imagino, preparar nuevo material y volver con más madera.

Es Rosendo, amigos. Ni más ni menos. De Carabanchel al cielo.

Cronica de Javier Pérez de MariskalRock.com