Sober + Savia + Skizoo – 19 Diciembre 2015 – Sala La Riviera (Madrid)

El sábado 19 de diciembre fue el elegido por el triunvirato que nos ocupa para cerrar una gira triunfal, acorde al nivel exhibido en el escenario. A muchas semanas del evento se agotaba todo el papel, añadiendo una fecha más, la del viernes a la que asistimos nosotros. Una entrada meritoria, un lleno cómodo que se dice, lejos del sold out, pero lo suficientemente cubierto para dar color a la velada. Es un placer ver como nuestros grupos llenan salas y pabellones en los tiempos que corren. Madrid ha sido un claro ejemplo a lo largo de este 2015 que ya se va.

Crónica de Javier Pérez de MariskalRock.com

A una hora muy temprana, 20:30, subía el volumen de La Riviera para que el “Back In Black” allanara la senda. Bajan las luces y se ilumina una pantalla que dará mucho juego a lo largo de toda la noche, mientras Manu Reyes toma su batería y marca la marcha de entrada de Sôber, que se produce al son de “Condenado”. Buscan la complicidad rápida y “Loco”, con su guiño a Slayer, es idónea; meten tralla con ráfagas de doble pedal y juego de luces acompasado para sacudir a una audiencia que había iniciado más expectante que exultante.

“Vacío” y “Versus” son colosales, pero excesivamente densas para el momento de la actuación, y más si las colocas casi enlazadas. La noche prometía invitados cuantiosos, y uno de los que siempre está ahí es Kutxi Romero, que llegaba desde Berriozar para dejar su impronta en “Diez Años”. Imponente como le sienta la voz rasposa de Marea a una canción ya de por sí magnífica, que alargan para presentar a la banda y dejar a Manu repiqueteando las baquetas en un solo cortito pero jugoso. Qué zapatilla le saca a un instrumento que apenas lleva parafernalia comparado con otras monstruosidades que se ven por ahí… Una puta máquina.

Otro de los grandes, El Drogas, elegante a su manera, haciendo acto de presencia en uno de los muchos éxitos de los madrileños: “Arrepentido”. “La Nube” y “El Hombre De Hielo” echan el pestillo a este primer bloque.

Jorge Escobedo, Antonio Bernardini y Manu Reyes vuelven en menos de 3 minutos a las tablas, acompañados de Julio Pulido al bajo y, con el halo de oscuridad que rodea a Morti, abrir fuego con “Renuncia Al Sol”. Siendo sincero, cuando allá por principios de Agosto esta gira pasó por el Shikillo Festival de Candelada, Skizoo me llamó mucho más la atención que sus compinches. Hoy las fuerzas se igualaron, y no por demérito de nadie, sino todo lo contrario.

“Habrá que olvidar” es un lujo de tema, una barbarie sónica siempre entre mis debilidades, e “Incerteza”, tirando de ex como Jose al bajo y Andy a los parches retumba contra las paredes en un ejercicio de metal pesado de verdad.

El in crescendo que supone “Algún Día”, dedicada a los que ya no están, y la caída del telón de “Dame Aire” nos infunden una angustia de despedida que te deja mal cuerpo.

Skizoo fueron la mayor banda de metal que nació por estas latitudes en la década pasada, y su no continuidad es el peor daño colateral que dejó el regreso de la nave nodriza.

Savia, aunque alejados de la estructura musical de Sôber, fueron los que cargaron con el sambenito de continuistas. La voz marca a fuego.

La calidad y el talento que atesoran es indiscutible, y hoy, crecidos, enjugaron un show en el que Carlos deja el bajo a Pulido para colgarse la guitarra y el sombrero y plantar un recital de cinco temas que comienza con “Insensible”. En “Agua Para Tu Sed”, un antiguo compañero de viajes como Fer se encarga de las seis cuerdas, con el pequeño de los Escobedo visiblemente emocionado. “Inmortal” con otro invitado a la solista, Manu Carrasco, es épica hasta hacer saltar las bisagras. “Fragile” con José Antonio Pereira a la batería y Jorge ocupando el sitio de Bernardini, les queda acelerada y embrutecida. El retiro llega con los sampleados de “Sólido”, donde se piden cuernos y circle pits.

No hay parón; dos o tres minutos y se nos viene encima la recta final.

Vuelve Sôber con Skizoo de escoltas para hacer “Náufrago” a tres voces, remover cimientos con el crujir de “Sombras” y “La Araña” y llegar al momento más emotivo de la noche.

La pantalla nos lleva hasta Alberto Madrid, que con la batería física vacía y la virtual sacudiendo desde allá donde esté, deja en nuestra memoria un “La Prisión del Placer” agónico y estremecedor. Por si fuera poco, también recuerdan con el vídeo a otro artista que nos dejó demasiado pronto: su productor –y teclista de directo- Big Simon.

Jorge Salán, maestro con muchas tablas ganadas, elegante con una reluciente Les Paul negra, les acompaña en “Tic Tac”. “Blancanieve” y “Encadenado” clausuran, y sigo pensando que el setlist es un misil, pero que podría estar más compensado entre el primer y segundo acto.

“Y Serás Canción”, con toda la famila Sôber-Savia-Skizoo más Carlitos de Mägo de Oz, descabalga la actuación tras casi tres horas de metal contemporáneo, efectivo, elegante y señorial.

Salía de la sala con la sensación de haber vuelto a vivir algo único e ¿irrepetible? Esperemos que no. Sôber siempre han sabido reinventarse; son garantía de calidad, dejando su brillante impronta en todo lo que tocan.

Abogo por disco-gira de las otras dos bandas en cuanto la agenda lo permita.

Esto no puede ser un adiós.

Crónica de Javier Pérez de MariskalRock.com