Poco después del decimoquinto aniversario de la publicación del álbum debut de la banda que nos ocupa hoy (aquel premonitorio The Art of Self Defense), HIGH ON FIRE nos presenta su último trabajo que culmina una más que prolífica y siempre ascendente carrera. A estas alturas son pocos los que no identifican el nombre de esta banda con un mínimo muy alto de calidad, contundencia y buena música. Los de Oakland nos han demostrado disco tras disco y en especial con este séptimo álbum por qué son una de las bandas mejor consideradas dentro del stoner-doom más pesado y candente.
Crítica de Carlos Esteban de RafaBasa.com
Este power trío, liderado desde sus inicios por un descamisado Matt Pike, conocido también por haber sido (y vuelto a ser desde su reunión 2009) el guitarrista de la mítica banda SLEEP, ha permanecido prácticamente invariante desde que se formó, siendo también el batería Des Kensel un miembro fundador y con la presencia del bajista Jeff Matz desde hace aproximadamente diez años. Sin duda alguna esto ha contribuido a formar un sólido grupo compositivo del que todos forman parte y que tantas alegrías nos ha dado.
Tras su paso por el Resurrection Fest en su pasada edición, los de California se centraron en terminar de componer y completar este disco, muy esperado por todos los que atendimos a su actuación aquella galaica noche. Aunque parezca que siete discos no son demasiados para una banda que vislumbra de cerca ya los veinte años de carrera, no se puede dejar de resaltar la continua actividad a la que han estado sometidos y el altísimo nivel que al que siempre han funcionado. Con un estilo muy marcado a lo largo de toda su historia, su discografía cuenta con una gran dosis de pesadez, contundencia y pegada, que ha ido pasando por diferentes etapas influenciadas por distintas variantes del género. Sin duda este trabajo culmina con esta idea y empasta todas esas influencias en este nuevo plástico, lo tiene todo: la velocidad del Snakes for the Divine; el demoledor thrash del anterior De Vermis Mysteriis; la temática ocultista y lóbrega de aquel Death is this Communion; y como no podía ser menos el marcado y crudo stoner que les ha caracterizado desde el principio (véase Blessed Black Wings).
Es ahora, en la era de la producción y la masterización, cuando bandas como HIGH ON FIRE pueden realmente mostrar su potencial musical y acercar fielmente sus inquietudes sonoras a cada reproductor de cada uno de nosotros. Para esta tarea, han vuelto a confiar en el productor Kurt Ballow (también conocido por ser el guitarrista de CONVERGE), con el cual se han vuelto a encerrar en su estudio Godcity de Massachusetts para sacar a la luz este gran trabajo. El resultado un disco muy completo, y sobre todo sobrio (como el propio Pike durante todo el proceso), mejor construido y más dinámico que el anterior, con un gran trabajo rítmico de Matz y Kensel y con la siempre infinita imaginación para parir riffs y solos, así como para relatar inquietudes y vivencias de lo más paranormales, que tiene el señor Matt Pike.
Aunque la forma de componer de la banda sigue siendo la misma, trabajando sobre una estructura sencilla que van dotando de vida a través de la improvisación, hay que decir que con este trabajo han pegado un cierto cambio de dirección hacia composiciones más complejas y melodías más trabajadas, tanto en riffs como en voces, pero sin perder esa sensación de crudeza y ferocidad que les identifica. Nuestras primeras impresiones sobre Luminiferous llegaban de la mano del primer single, The Black Plot, que ocupa el primero lugar, se trata de una canción rápida y potente, con un Kensel haciéndose notar desde la batería, no dejando ni un respiro a sus partes durante los más de cincuenta minutos de delirante éxtasis que dura el disco. A continuación llega Carcosa, que deja un poco de lado la rapidez a favor de la fuerza, con un distorsionado groove de bajo que nos sumerge en una historia inspirada en las referencias al Rey Amarillo que se han hecho en la exitosa serie True Detective. De esta manera los americanos nos van meciendo entre canciones más melódicas y sosegadas como The Sunless Years, pasando por verdaderas explosiones de thrash y velocidad como Slave The Hive, hasta llegar al ecuador del plástico donde entramos en una fase más atmosférica, un verdadero trance de bajas frecuencias y melodías reincidentes como en The Falconist donde Pike deja entrever metafóricamente su pasado con las adicciones, o como en la sabbathesca The Dark Sides of the Compass. Las notas más experimentales y psicodélicas vienen por parte de The Cave, un medio tiempo semi acústico que va pegando ordenadas sacudidas, con una desgarradora voz que grita con un profundo sentimiento al tratar su enfrentamiento al alcoholismo; para mí es una de las canciones más destacadas del disco. Finalmente, la experiencia HIGH ON FIRE llega a su fin con la homónima y súbita Luminiferous; y con la más pantanosa y doomy The Letal Chamber, casi nueve minutos de tema de despedida que consuma el encantamiento.
En conclusión, este nuevo trabajo vuelve a superar una vez más las expectativas depositadas en el trío americano una banda con la dosis justa de experiencia e imaginación, que va recorriendo un largo camino por distintos derroteros musicales experimentando con su más que sobrado potencial para lograr evitar pecar de repetitiva. Sin duda un grupo muy consolidado, tanto en lo humano como en lo musical, con un verdadero Stoner Metal Ruler a la guitarra como es Matt Pike, cuyos riffs acompañan de manera intachable sus compañeros. Sólo nos queda desearles un buen provecho en la gira española que están desarrollando durante este fin de semana, y que mantengan ese empeño de visitarnos anualmente.
Tracklist:
- The Black Plot
- Carcosa
- The Sunless Years
- Slave The Hive
- The Falconist
- The Dark Side Of The Compass
- The Cave
- Luminiferous
- The Lethal Chamber
Crítica de Carlos Esteban de RafaBasa.com