Primera edición de un Festival que reunía a varias de las bandas de Metal nacional, veteranas y más jóvenes, que mayor número de seguidores tienen por la geografía española, y que como se demostró en un espléndido recinto como el Teatro Egaleo de Leganés, casi lo llenaron en pleno mes de Julio. Un buen cartel, un gran recinto bien comunicado y con todas las comodidades, un precio asequible en las entradas y en las consumiciones en el interior, eran garantía del éxito como así fue.
Crónica de José Luis Martín de MariskalRock.com
El único pero que podemos comentar fue la interrupción del concierto de Adrif, que ponía fin al festival cuando solo llevaban tres temas, debido a la avanzada hora de la madrugada, al excederse algún grupo de su horario acordado, y tener que cumplir con una hora de cierre estipulada.
Con el sol pegando fuerte en el sur de Madrid comenzaban la tarde Yoruba, una formación que jugaban en casa puesto que son de Leganés, pero que debido al intenso calor contó con pocos seguidores capaces de aguantar ese envite. Su música, dentro del sonido underground y emparentado con el Nu Metal de bandas americanas con Deftones o Korn fue el arranque del Festival.
Tiempo después para Tao Te Kin, que cumplen diez años como grupo y que llegaban con tres discos en su haber (a la entrada nos entregaban un single de adelanto de su nuevo trabajo ‘Abada’ que saldrá después del verano). Voces guturales a cargo de Emilio Muñoz, sonidos contundentes y riffs demoledores para una intensa, aunque corta actuación, intentando mitigar la climatología a base de lingotazos de Tequila.
El Páramo, la banda que surgía en 2005 de la escisión de Sou Edipo, nos ofrecían después su propuesta que algunos han catalogado como Rock desértico instrumental, a base de guitarras pesadas, atmósferas inquietantes, ritmos sincopados de batería y un sonido con muchos matices. Grupos como Kyuss, Pelican, Black Sabbath o los también madrileños Toundra nos venían a la cabeza como mayores influencias de esta banda que se mueve dentro del Psych/Doom ambiental, y que tuvo que lidiar con las altas temperaturas que todavía se soportaban en el recinto. En poco más de media hora nos enseñaron su energía escénica y su capacidad instrumental que requiere una mayor concentración para identificarse con este sonido, sobre todo a estas horas, pero que termina atrapándote.
Tiempo después para Vita Imana, una formación que crece con cada concierto y con cada disco (ya van por el tercero) y donde la explosividad, energía, y voces guturales de su vocalista Javier Cardoso tienen un gran protagonismo. Su dosis de Death Metal con ritmos tribales, con un batería como Daniel García que machaca los parches, Mirian Baz que le refuerza con su trabajo en la percusión, las guitarras de Puppy y Román, y el bajo de Pepe Blanco han conseguido cautivar a un público joven y hacerse con un buen puñado de seguidores.
Los temas de su tercer disco ‘Oceanidae’ como el inicial “Depredador de luz”, “Ablepsia”, “Manos de sangre” himno contra el maltrato animal, donde Javier tuvo unas palabras no muy favorables hacia San Fermín, y “Seis almas” con el que cerraron su actuación, fueron bastante destacados. No se olvidaron de sus dos primeros álbumes con temas como “Gondwana”, “Un nuevo sol”, “Animal”, “Paranoia” y “Quizás no sea nadie”, en otra intensa y enérgica actuación como nos tienen acostumbrados.
Bajando un poco el pistón sonoro, aunque sin perder ni un ápice de fuerza, llegaba el turno de Skunk DF, que están de celebración de su vigésimo aniversario, y donde el estilo de su vocalista Germán González, que junto al bajista Pepe Arriols son los únicos miembros originales de la banda, nos introducía en unas letras más intimistas, pero respaldado por una poderosa base rítmica.
Su set list fue un repaso a su carrera, sonando cortes como “Lucha interior” para abrir fuego, pasando por “En noches como esta”, “Cuartoscuro”, “Himen”, “Circus”, “Loto”, “Musa” o “Decreto ley”. El sol iba cediendo y el público así lo agradecía, acercándose a la parte inferior del anfiteatro para seguir compartiendo temas como “Anestesia”, “Alicia”, “Algo grande” o “Carpe Diem” que puso el punto final.
A continuación el turno para los más veteranos de la noche como Hamlet, que el año que viene celebrarán como se merece su veinticinco aniversario. Como curiosidad, apuntar que el guitarrista Luis Tárrega produjo el primer trabajo de sus predecesores Skunk DF, el EP ‘Telebasura’, y su otro guitarrista Alberto Marín militó en la banda durante cuatro años. Dicho esto, la descarga de la banda se basó en sus elementos habituales, el poder vocal y el despliegue físico de un Molly que hizo más kilómetros que un corredor de maratón, sin parar de un lado a otro de escenario, pegando saltos hasta las plantas que había en los laterales (el jardinero le está buscando), el sonido desgarrador de sus guitarras, y la contundencia de su base rítmica.
Empezaron poniendo el listón muy alto con su gran clásico “Irracional”, que muchas veces han utilizado como cierre y que enchufó al público desde el inicio, descargando después temas como “Vivir es una ilusión”, “Egosimo”, “Habitación 106”, “Limítate” o uno de los más celebrados como “Jodido facha”.
El momento cumbre fue cuando Molly invitó a subir al escenario a una treintena de personas en una canción en contra de la violencia machista como “Muérdesela” de su álbum ‘Insomnio’, para que representaran un Wall of Death con todos los focos pendientes de ellos y ante el disfrute general.
El plato fuerte para muchos era Sôber, que tienen un público más heterogéneo, celebrando también sus dos décadas como grupo, aunque con el lapso entre 2005 y 2010, y que fueron los que contaron con un mayor apoyo femenino. La banda de los hermanos Escobedo, Antonio Bernardini y Manu Reyes, creadores de una escuela y un sonido imitado hasta la saciedad por múltiples bandas, acumulan un buen ramillete de grandes canciones que fueron coreadas en la noche leganense por sus seguidores, como “Sombras”, “La araña”, “10 años”, “Paradysso” o “La prisión del placer”. Su último trabajo estuvo muy presente, como con “Blancanieve”, la magnífica “Letargo”, “Mañana”, “Encadenado”, o “Insecto”.
Disfrutaron de un sonido limpio y nítido que era de agradecer, algo que para algunos de los sectores más duros no parecía gustar demasiado, después de la tralla que cayó durante todo el festival, pero lo cierto es que Sober cumplió y con nota, aunque se pasan un poco con el tiempo de sus actuación. El resto del repertorio fue una cosecha de grandes éxitos con temas como “Encadenado”, “Cubo”, “Arrepentido”, “Naufrago”, o “La nube”.
Contaron con el actor, músico y polifacético Jony Elías (Mayumaná, Yllana) para acompañarles en una canción con la percusión, y después de los famosísimos y aclamados “El hombre de hielo” y “Tic tac”, cerraron con el habitual “Loco”, pero esta vez acompañados de los tres vocalistas de las bandas que les precedían como Javier, German, y Molly en un bonito gesto de confraternización y camaradería, que resultó un fantástico punto y final.
Después de una estampida generalizada, una pequeña parte decidimos ver al grupo Adrift, que cerraban una magnífica noche, pero no tuvimos ocasión de valorarlos en su justa medida, ya que como comentamos al inicio al tercer tema fueron desenchufados, dando por finalizada de forma abrupta su actuación por problemas de horario con el recinto. El grupo que comparte miembros con El Páramo, tiene una gran variedad de influencias que van desde el sludge, al Post Metal con pasajes oscuros y una base de Metal elaborado, deseando poder verlos en futuras actuaciones.
Esperemos que este Festival pueda consolidarse, y con el apoyo del Ayuntamiento del Leganés, los patrocinadores, los organizadores, los músicos y sobre todo con la asistencia de público, tengamos un evento así que se asiente en los veranos de la Comunidad de Madrid.
Crónica de José Luis Martín de MariskalRock.com