Viernes 27 de Junio
YOUR KNIFE MY BACK en el Desert Stage fue la primera banda a la que vimos en la tercera jornada del Resurrection Fest. Vienen de Barcelona y son uno de los ganadores del concurso de bandas del festival y en tan solo dos años declaraban haber cumplido uno de sus sueños. Con contundencia tanto sobre las tablas como entre el público aprovecharon cada uno de los minutos que tuvieron arengando a la peña constantemente y con su vocalista bajando al foso para abrir el último pogo.

Luego nos fuimos al Chaos Stage para presenciar el concierto de PROM KINKS que eran unos completos desconocidos para un servidor. Ataviados con indumentaria de jugadores de rugby y con la canción de “Ecuador” como intro salieron al escenario junto con una persona disfrazada, de nutria creo, que estuvo animando el cotarro todo el concierto. Durante el espectacular y contundente show volaron inflables de balones de rugby e incluso un unicornio para hacer crowd surfing regalándonos un divertido show en el que no tampoco faltó la contundencia e incluso un wall of death final.

Y siguiendo con el ambiente festivo, no se si fue casualidad o estaba planeado por la organización, nos acercamos al Ritual para ver a PARTY CANON. La banda en lo musical se adentra en los terrenos mas brutos como el gridcore pero llevando su espectáculo visual al terreno paródico, humorístico e incluso absurdo, sin parar de mostrar mensajes chorras referentes a cada uno de los temas y soltando inflables, globos y pistolas de agua por doquier para divertimento del público. Sin embargo, al mismo tiempo, la brutalidad sonora sobre las tablas y el foso es apabullante. Un espectáculo diferente que lo amas o lo odias, ese día en el Resu desde luego yo y muchos mas lo amamos.

La primera parada de la jornada en el escenario principal la hicimos para ver a los japoneses DEVILOOF. Con un agresivo maquillaje y teatralidad mas propia del kabuki fueron desgranando temas de su deathcore técnico ultra rápido que fue bien acogido por el público montando numerosos cirlce pit y animando mucho el cotarro en el Main Stage, creo que esta banda dará que hablar en un futuro.

SOUND OF SILENCE en el Chaos Stage fue nuestra siguiente banda. La ya veterana banda asturiana nos ofreció un espectáculo brutal lleno de energía que puso patas arriba la carpa del Resurrection Fest, en un momento del show llevaron a su vocalista en volandas desde la mesa de mezclas hasta el escenario. Buen bolo.

Tras esto nos tomamos un pequeño descanso para regresar a ver unos pocos temas de ANAL HARD. Mosh pit y circle pits constantes fueron la tónica de los 15 minutos de actuación que vi, la banda recordó que toca en el festival desde sus primeras ediciones y que no podían faltar en este 20º aniversario.

Sin pausa nos fuimos al escenario principal a ver a TESSERACT que salieron con algo de retraso y problemas con la pantalla de video trasera en los primeros temas. Eso si, el sonido fue muy bueno, y aunque no es de mi agrado ese intento de djent con voces melódicas dieron un buen espectáculo en el que sonaron temas como “Natural Disaster”, “Sacrifice” o “Legion”.

Acabado el concierto nos giramos al Ritual Stage para ver a las recién reunidas CRUCIFIED BARBARA. Arrancaron con problemas en el bajo que rápidamente solventaron para ir engranando los temas en un show hard rockero espoleado por las suecas. Finalizaron con una versión del “Killed By Death” de Motorhead que puso el Ritual patas arriba.

Y llegaba el turno para los esperados FALLING IN REVERSE, cabezas de cartel de la jornada. La banda liderada por el carismático a la par que polémico Ronnie Radke llegaba al Resurrection Fest en uno de sus momentos mas altos de popularidad, si no el que mas.
El concierto estuvo repleto de momentos diseñados al milímetro para deslumbrar: llamaradas incesantes, proyecciones de sus impactantes videoclips en la pantalla trasera y un despliegue lumínico que convirtió cada canción en una experiencia visual. Las pantallas laterales ofrecieron buenos planos para apreciar los detalles de la banda, aunque lamentablemente estuvieron desincronizadas con el sonido durante toda la actuación. No parecía tratarse de playback, sino de un simple desfase técnico que restó algo de inmersión.
Uno de los momentos más sorprendentes llegó con “No Fear”, cuando la banda desapareció del escenario para cantar desde el backstage, en un gesto cargado de estilo callejero y rebeldía. En “All My Life” se enfundaron sombreros vaqueros, y en “Popular Monster” el cielo se iluminó con miles de luces de móviles, creando una estampa mágica y conmovedora. El público, entregado al máximo, coreó cada palabra, acompañando todos los cambios de ritmo, cadencias y giros vocales, que no son pocos, con una energía que convirtió el set en una celebración compartida.
FALLING IN REVERSE ofrecieron un recital apoteósico cargado de fuego, ritmos explosivos y estribillos diseñados para hacer saltar a decenas de miles de almas al unísono. Fue un espectáculo pensado para estremecer, una descarga de adrenalina que dejó al público extasiado, con la piel erizada y una sonrisa dibujada en el rostro.
Ronnie Radke se erigió como el eje absoluto del huracán, atrapando todas las miradas con su carisma arrollador. Brilló como maestro de ceremonias, rapeando con precisión quirúrgica, tanto que yo pienso que los rapeos rápidos eran playback, cantando con rabia contenida y guiando el show con la seguridad de quien sabe que domina el escenario. El clímax llegó con un “Watch The World Burn” visceral y demoledor, que sirvió como epílogo perfecto y manifiesto absoluto del arsenal sonoro de la banda.
Por supuesto, sus detractores encontraron motivos para cargar: las bases pregrabadas estuvieron presentes, pero es que con una música tan super producida es inevitable, además Radke no es precisamente el estandarte de lo políticamente correcto. Pero objetivamente, lo que se vivió fue un show de muchos quilates, ejecutado con fuerza, estilo y visión escénica. Pese a las dudas de muchos, entre los que me incluyo, de si se merecían el puesto de cabeza de cartel, creo que se lo ganaron con creces y que ofrecieron uno de los mejores conciertos del festival.
Setlist de FALLING IN REVERSE:
- Prequel
- Zombified
- I’m Not a Vampire
- Fuck You and All Your Friends
- Bad Guy
- Losing My Mind
- The Drug in Me Is You
- Just Like You
- NO FEAR (cantada desde el backstage)
- God Is a Weapon
- All My Life
- Popular Monster
- Voices in My Head
- Ronald
- Watch the World Burn



El día todavía tenía que dar mas de sí y nos acercamos al Desert Stage para ver el bolo de HARAKIRI FOR THE SKY. Lo de esta banda no es para oídos casuales: es café para los muy cafeteros. Su post-black metal, denso y abrasivo, no busca la comodidad del oyente, sino su transformación. Y aun así, o precisamente por eso, el Desert Stage se llenó hasta los bordes, generando esa incomodidad inevitable que solo acompaña a los conciertos más esperados y extremos.
La voz de JJ Kogler, hiriente y desgarrada, puede parecer excesiva en momentos, pero encaja con precisión quirúrgica en este estilo crudo y purista, donde lo incómodo se convierte en adicción. A su lado, los riffs nostálgicos y dolientes de “MS” Sollak destilan una tristeza hermosa, casi litúrgica, que cala hasta los huesos.
En medio de la penumbra habitual que envuelve sus directos, estos austriacos conjuraron una atmósfera densa como el humo de un incendio antiguo, ofreciendo una dosis exacta de oscuridad, melancolía y agresividad. La multitud, entregada al trance, fue arrastrada por himnos como “Fire, Walk with Me”, “Funeral Dreams”, “Heal Me”, “With Autumn I’ll Surrender” o “Lungs Filled With Water”, piezas que no se escuchan: se sufren, se abrazan y se sobreviven.
Una experiencia intensa, visceral y reservada solo para aquellos dispuestos a sumergirse en las profundidades del alma, para mi una banda que no conocía y que sin duda alguna seguiré.


Y para cerrar la jornada volvimos al Main Stage para ver la lección de thrash que ANGELUS APATRIDA nos tenían preparada.
Los albaceteños desplegaron sus riffs endiablados con la furia de un vendaval, haciendo temblar el Main Stage y provocando una reacción en cadena entre el público, que coreó cada uno de los temas. Lo hicieron, además, en la difícil posición de cierre del tercer día, cuando las fuerzas ya flaqueaban para muchos. Aun así, lograron mantener el fervor encendido hasta el último acorde, algo al alcance solo de los grandes. La banda, curtida en mil batallas, no solo estuvo a la altura: la superó con creces. Circle pits imparables marcaron el ritmo de una actuación salvaje, mientras ellos no perdían ocasión para alzar la voz con mensajes contra la guerra y en favor de la conciencia social, demostrando que el metal también puede ser trinchera. Fue, sin lugar a duda, un cierre perfecto para una jornada de altísimo nivel.

Crónica de David de MetalBizarre.com
Fotos de David de MetalBizarre.com y de Resurrection Fest