Implacables como llama sobre madera, los suecos WATAIN inician un 2018 que de ningún modo pasará inadvertido para ellos. Y no es que el trío sea de los que celebren en exceso logros o aniversarios, todo lo contrario, pero seamos honestos, no todos los años se cumplen 20 de carrera, y si podemos nombrar una banda que, dentro del ‘black metal’, se haya salvado de la quema y haya aportado peligro, novedad y actitud a un género que lleva tiempo en decadencia, esos son ellos. Eso sí, esta vez con más calma, ya que han tenido que pasar casi 5 años desde la edición de un todavía controvertido “The Wild Hunt” para volver a disfrutar, con mayúsculas, de la oscuridad y la crudeza de unos WATAIN que regresan en su forma más pura e indomable, en clara contraposición con un último trabajo que, a pesar de todo, y en mi humilde opinión, sigue siendo un excelente trabajo.
“Trident Wolf Eclipse” hace referencia en su título a ellos mismos, a ese tridente infernal que conforman “E.”, “H.” y “P.”, pero también a ese halo cuasi – mágico que emana de su ‘black metal’ obscuro, mórbido, pútrido… No podrían mostrarse más autobiográficos en esta ocasión, y es que aunque no lo admitan en público o en entrevistas, este sexto LP es una reacción visceral e inconsciente hacia los últimos años, en los que la banda tendía constantemente hacia los trabajos largos y los temas complejos, con alta presencia atmosférica y un afán experimental que siempre es de agradecer en un estilo que si no se tiene cuidado, puede tender hacia la monotonía, haciéndolo de un modo tan personal que rápido les granjeó la etiqueta de “banda de culto” haciendo suyo un sonido denso y prácticamente inexplorado, cercano a su manera al de algunas bandas de ‘death metal’ pero aplicadi al ‘black/ thrash’.
Este último trabajo, sin embargo, resulta ser todo lo contrario, un regreso relámpago a la esencia ya no sólo del género en sí, sino a la suya propia; y lo hacen, como decía, de un modo enormemente reaccionario, con un trabajo que no llega a los 35 minutos de duración cuando “The Wild Hunt” superaba la hora y 5 y “Lawless Darkness” la hora y cuarto, algo que lejos de ser anecdótico, resulta muy definitorio de las intenciones de WATAIN y del “nuevo” enfoque que han querido darle a sus temas, en lo que se presenta como un retorno a las raíces puro y duro, sin paliativos. Habrá a quien le parezca una idea excelente, y a quien quizás pueda parecerle un paso atrás, ahora bien, lo que en modo alguno se puede negar es que WATAIN han parido uno de los mejores discos de ‘black metal’, en mayúsculas, que vamos a escuchar en este recién estrenado 2018 y que en él se reconcilian con su cara más violenta, más visceral y menos atmosférica/ experimenta, casi un retorno a finales del s. XX que pasa por una producción escrupulosamente orgánica y afín a los cánones más sagrados del género, como siempre ha sido habitual en ellos, por otra parte.
Así, en poco más de 35 minutos, WATAIN entregan 8 temas desgarradoramente directos, atestados de exquisitas guitarras melódicas, ‘riffs’ en la línea más ‘old-school’ y prácticamente 0 experimentos, algo que seguro que muchos de sus fans más acérrimos y antiguos demandaban, especialmente después de su último trabajo. Aquí cuesta encontrar aquellos pasajes lentos y continuados, o tramos donde la velocidad nos daba respiros quizás demasiado largos o incluso, por qué no decirlo, momentos más intrascendentes de relleno fácilmente prescindibles, sencillamente, no hay tiempo. Cada tema va al grano, todo tiene su porqué, y creo que es algo de lo que el trío sueco ha aprendido, quizás a escoger mejor sus composiciones y a economizar en minutaje. O puede que haya sido algo natural, como el propio “E” nos comentaba en la reciente entrevista que mantuvimos, no lo sabemos. El caso es que temas como “Nuclear Alchemy”, “Furor Diabolicus” o “Towards The Sanctuary” nos recuerdan a una versión de WATAIN no sé si mejor, pero sí ya “antigua”, semi – olvidada, de hace años, a aquella banda que quería traer de vuelta el ‘raw black metal’ más atronador e irreverente con el que habían crecido, y que consiguieron sobradamente.
Un disco seguramente más simple y llano de lo que muchos hubieramos pensado, con una producción más que adecuada a lo que se pretende, con un sonido cavernario, mágico, sangrante, que enganchará o re-enganchará a todo el mundo y que, de paso, servirá también para celebrar 20 años que han transcurrido casi sin darnos cuenta, como si hubiesen estado con nosotros toda la vida…
Tracklist:
- Nuclear Alchemy
- Sacred Damnation
- Teufelsreich
- Furor Diabolicus
- A Throne Below
- Ultra (Pandemoniac)
- Towards The Sanctuary
- The Fire Of Power
Crítica de Jorge del Amo Mazarío de RafaBasa.com