Arch Enemy – Will To Power

La banda de Michael Amott vuelve a la carga acompañado de los clásicos Daniel Erlandsson (batería) y Sharlee d’ Angelo (bajo), de Alissa White-Gluz (vocalista que debutó con la banda en su anterior “War Eternal”(2014)) y Jeff Loomis, a saber, ese grandísimo guitarrista ex – NEVERMORE que se unió a la banda tras la publicación de aquel trabajo y que, por tanto, se estrena en la grabación de material de ARCH ENEMY.

Si aquel “WAR ETERNAL” (2014) estaba rodeado por la duda acerca de lo que serian capaces de hacer sin tener a Angela Gossow liderando la parte vocal de la banda, para este “WILL TO POWER” (2017) la duda estaba en saber cómo afectaría la incorporación de Loomis a la guitarra (un guitar hero de esta talla seguro que podría llegar a imprimir algo de su personalidad en las composiciones de Amott) y, por otra parte, en qué sentido podría influir la consolidación de Alissa en la banda y su posible contribución compositiva dada su dilatada experiencia en estas laborales a raíz de sus diez años como miembro de los canadienses “The Agonist”. Así, si bien es cierto que “WAR ETERNAL” no solo consiguió superar todas las expectativas sino que supuso un claro punto de inflexión para el desarrollo de la banda situándola en un auténtico trampolín de lanzamiento para poder ganar más altura, no menos cierto es que “WILL TO POWER” no consigue esa proyección, es decir, creo que despreciar el potencial compositivo de Loomis es una verdadera lástima y, lo que es peor, pone en riesgo a Amott y a ARCH ENEMY en general puesto que bien es sabido que limitar la faceta creativa de una banda a una sola persona provoca que, tarde o temprano, la cosa empiece a flojear.

¿Significa eso que WILL TO POWER es una decepción? EN ABSOLUTO! Significa solamente que si con WAR ETERNAL nos encontramos con la resurrección de unos ARCH ENEMY que habían caído en cierta monotonía y confusión (recordemos que en el año 2009 incluso hicieron uso del recurso facilón de publicar un disco de auto versiones con temas regrabados de la época de Liiva, su vocalista en sus tres primeros discos), significa, iba diciendo, que en este WILL TO POWER, sigue la estela de su predecesor aportanto pocas sorpresas y manteniendo su paulatina apuesta por sonidos algo más accesibles, melódicos y, por qué no decirlo, algo más “power”.

Dicho esto, y entrando ya en materia acerca de los nuevos temas y de la estructura del disco, en líneas generales cabe destacar, eso sí, la excelente producción del disco dejando claro que la compañía apuesta por invertir en una banda que, hoy por hoy, aporta una clara rentabilidad. Tanto es así que, acompañando la gran promoción que se ha hecho de este lanzamiento, también se ha empezado a promocionar lo que será el debut en solitario del proyecto de Alissa White-Gluz que se denominará, simplemente, “Alissa”, y que contará con la colaboración del propio Jeff Loomis a las guitarras y la actual manager de ARCH ENEMY, Angela Gossow, como principal instigadora del invento y asumiendo las labores de representación. En otras palabras, la maquinaria parece estar más engrasada que nunca.

En cuanto a lo musical, tal y como apuntanba, sorpresas pocas. La típica intro cual marcha militar “Set the flame to the night” nos acompaña hasta el primer estallido sonoro titulado “The Race”, tema rápido, agresivo y propio de cualquier buen “circle pit” en directo que se precie. Hasta aquí exactamente lo mismo que hicieron en WAR ETERNAL, es decir, una intro épico-dramática y un tema feroz que en aquella ocasión se trató de “Never Forgive, Never Forget”.

Tras ese primer estallido feroz, nos llega “Blood in the water”, el primer medio tiempo en el que Alissa ya nos regala unos primeros compases cantados de forma susurrante y donde se incorporan, sutilmente, algunos coros con voces limpias a pesar de que la tónica dominante, sin duda alguna, son los tremendos guturales de la menuda de Canadá. Temática apocalíptica acerca de la injustícia en el mundo, las guerras, el no saber dónde esconderse y, en definitiva, el inminente fin del mundo.

Así llegamos a lo que para mi supone una de las trilogías del disco, es decir, los dos singles y la balada. Tras el medio tiempo anteriormente comentado nos llega “The world is yours”, el primer single del disco y, evidentísimamente, el tema más pegadizo de este trabajo. El sello impecable de Arch Enemy domina este optimista tema que, en contraposición con el tono apocalíptico del anterior, nos anima a tomar el control de nuestras vidas y cuyo mensaje no para de corear Alissa, tanto en gutural como en un dulce susurro “If you want the world, use your mind, take control, feel the strength, rise from within, if you really want it the world is yours”. A este agresivo y rápido tema le sigue otro medio tiempo, es decir, el segundo single del album, “The Eagle Flies Alone”, repitiendo así la misma estructura del inicio del disco, a saber, primero metemos un tema cañón y lo seguimos con un medio tiempo para luego resetear y volver a repetir la misma pauta. “The Eagle Flies Alone” pega bien, a medio gas pero con firmeza. Haciendo una metáfora militar, “The world is yours” vendría a ser la infanteria que rompe los muros del enemigo y con “The Eagle Flies Alone” uno puede visualizar la entrada del ejército en formación hacia el interior de la fortaleza. Poderosa base rítmica a cargo de Erlandsson y D’ Angelo y, como no, esos inconfundibles riffs marca Amott.

Cierra esta trilogía la balada del disco. Si. Con “Reason to believe” Arch Enemy ha sucumbido y, a pesar de haberse negado por activa y por pasiva a meter voces limpias en sus canciones porque para las melodías ya estaban las guitarras, Amott ha decidio meter una POWER ballad en este Will to POWER. ¿Le ha salido mal la apuesta? Si lo que pretendía era llamar la atención y sembrar una primera anécdota histórica en su carrera, tanto en CARCASS como en ARCH ENEMY, pues la verdad es que si. Si lo que pretendía era hacer la balada del siglo, evidentemente, no. No es que sea un mal tema, es más, creo que será uno de los inevitables de sus nuevas descargas en directo, juntamente con las dos anteriores “The world is yours” y “The Eagle Flies Alone”, y de ahí lo de considerar estos tres temas como la trilogía de este trabajo. Un corte nuevamente optimista, en lo a letras se refiere, y en el que dominan las voces limpias de Alissa, cosa que ya hacía en The Agonist, reservandose los berridos guturales para el estribillo “There’s a reason to believe again, there’s a reason to go on, always keep on fighting my friend”. Está claro que yo no tengo una bola mágica para prever el futuro, pero muy casual me parece a mi que justamente ahora que Alissa ha anunciado su proyecto en solitario en el que, al parecer, mostrará su lado más sensible, precisamente sea cuando al bueno de Amott se le ocurra plantearle a White-Gluz una balada.

Seguimos avanzando en el disco y volvemos a reiniciar la estructura. Es momento de recuperar la crudeza y la rabia. “Murder Scene”, que precisamente empieza con una línia de solo de bajo que bien podrian haber firmado CHILDREN OF BODOM, desemboca en un estribillo que ha hecho que mi cerebro, de forma totalmente inconsciente, me haya llevado a recordar aquel “Episode 666” de los IN FLAMES. Eso solamente durante el estribillo porque luego llega el solo con unas líneas de guitarra como muy hard rock americano. Y después de los solos vuelven los susurros limpios de Alissa para retomar el estribillo. A continuación llega el medio tiempo de turno con “First Day in Hell” muy en la onda de aquel “My Apocalypse” de su disco “Doomsday Machine” (2005) mezclado con pasajes bastante powers en cuanto a las rítmicas se refiere (tendencia que, todo sea dicho de paso, se mantiene a lo largo de todo el trabajo). El siguiente paso es la instrumental “Saturnine” que, como su propio nombre indica, no es otra cosa que un breve pasaje melancólico y tristón.

De nuevo le vuelve a tocar el turno a un tema cañero. Esta vez se trata de “Dreams of Retribution”, un tema raudo y veloz, con una entrada a cargo de una guitarra eléctrica acompañada unicamente por un teclado ambiental, entonando una melodía neoclásica que perfectamente podría haber grabado YNGWIE MALMSTEEN para dar paso al tema más power metalero de este disco, siguiendo el rastro del referido guitarrista. Un tema que, realmente, chirría un poco en cuanto a la trayectoria de Amott pero que a mi, que también soy fan de los neoclásicos, me gusta.

Al hilo de lo anteriormente comentado, supongo que Amott y los suyos debieron pensar aquello de “no nos vayamos a comparar con los Stratovarius” y vamos a meter “My Shadow and I” para la que la gente pueda comprobar que nos queda agresividad para rato. Así es como casi casi despiden este trabajo. ¿Es este corte la estrella del álbum? Para nada, simplemente entra bien, exhibe un poco las raíces más extremas de ARCH ENEMY y ya está.

Cerramos, ahora sí, con violines, violas y cellos, a saber, un recurso que ya fue aprovechado en la genial “Time is black” de su anterior trabajo. “A Fight I Must Win” empieza con la épica de las cuerdas clásicas para dar paso a otro medio tiempo con el típico doble bombo de Daniel cual máquina de tren de vapor, constante, sin parar, arrollando a medio tiempo, mientras Alissa sigue lanzando su alaridos guturales para dejar claro que “this is a fight I must win”.

En conclusión, “Will to power” se presenta como un disco correcto, que no sorprenderá a los fans de “War Eternal” aunque tampoco se puede decir que hayan subido listón. Si bien es cierto que en aquel War Eternal enseguida se encontraban piezas convertibles en clásicos de la banda como fueron “War Eternal”, “As the Pages Burn”, “No More Regrets”, “You Will Know My Name” o la genial “Time is black”, en esta ocasión, a excepción de los dos singles y la balada, tal vez cueste algo más encontrar temas que puedan convertirse en grandes hitos de estos suecos que, enraizados en la fría y agresiva escuela del death metal han ido modulando su sonido hasta acercarse hacia las tibias aguas del power metal gutural. Escribiendo estas últimas palabras se me viene la duda de si el título del disco no irá con segundas. En cualquier caso, bromas aparte y retomando mis primeras consideraciones, creo que Amott debería reconsiderar ceder algo de su monopolio compositivo y aprovechar el talento de Loomis para algo más que para meter solos. De lo contrario, el peligro de caer de nuevo en la monotonía si que será una lucha que deberá ganar.

Tracklist:

01 – Set Flame To The Night
02 – The Race
03 – Blood In The Water
04 – The World Is Yours
05 – The Eagle Flies Alone
06 – Reason To Believe
07 – Murder Scene
08 – First Day In Hell
09 – Saturnine
10 – Dreams Of Retribution
11 – My Shadow And I
12 – A Fight I Must Win

Crítica de Marcel·lí Dreamevil de Metal Symphony