Con un título como De Escalde y Trinchera llega a ser muy difícil pensar que lord Rosendo vaya a indagar en terrenos ajenos al suyo en pleno 2017. Nos alegra de verdad saber que lo que hay detrás de ese rostro de la portada, siempre con afán de chulería y el cigarro de la rebeldía en la boca, sigue escupiendo música que perdurará generación tras generación, y que, como ya le ocurrió en el pasado en varias ocasiones, convertirá sus versos en algo tan contemporáneo pasados los años, que asusta…¿es Rosendo Mercado adivino?. Cualquiera que tenga un mínimo de inteligencia a su disposición, se dará cuenta de que el madrileño no predice, sino que habla de situaciones tan problemáticas como, por desgracia, habituales, que además no cuentan con una solución, pero tampoco con una reacción, con lo que año tras año sigue siendo la misma lucha contra los mismos elementos. Cambian algunos de ellos, pero los problemas, siguen siendo los mismos, y es algo que creo ha impulsado a Rosendo a regalarnos otra JOYA después de cuatro años de silencio discográfico.
Desde luego nadie puede echar en falta ninguno de los ingredientes que han hecho famosa y venerada a su música en su nuevo disco. Bajo la producción cruda y ruda del redondo, y unas estructuras musicales que ya tienen su sello impreso desde el minuto 0, temas como «Cúrame de Espantos» resultan sencillamente brillantes, sobre todo, en cuanto a mensaje y letra. Impresionante como después de tantos años todavía está a un nivel compositivo tan notable, más si contamos con que este señor ha hablado de todo y para todos año tras año, álbum tras álbum. Hay clásicos presentes y lo sabe a ciencia cierta, pues «Que si vengo Que si voy» es obvio que va a ser una obligada en las próximas giras por su magnetismo y su sello made in Rosendo impreso al 100%. «Un capullo dentro de un jarrón» es más de lo mismo, pero brillante. Incluso AC/DC, usando siempre la misma fórmula, tienen momentos más lúcidos…pues bien, aquí ocurre algo similar, y presenciamos un momento con alma propia. Tenemos al Rosendo de siempre, pero muy sembrado e inspirado, algo de lo que no dudábamos pero que, dada su enorme trayectoria, podría no ser tan gratificante y redondo.
Ah! Se me olvidaba afirmar que se ha tirado a la piscina y ha dado algún giro, pues «¡Qué Bufonada!! incluso se atreve con vientos que le otorgan al disco ese puntito más heterogéneo que necesitamos para que no se haga monótona la experiencia. Por supuesto, eso no es un impedimento precisamente para que nos queden momentos rockeros por doquier con composiciones como «El botillo y la pringá» o «Soy», poniendo ese puntito más sosegado otros minutos musicales como los de la preciosa ”El Túmulo” o ”Maldita Flojera”, incluyendo en su desarrollo algunos guiños reggae resultones y muy bien ensamblados en la dinámica tanto del tema como del disco.
Como decía más arriba, se puede repetir fórmula y aburrir, o se puede usar los mismos patrones creando algo realmente brillante. En el caso de Mercado estoy seguro de que la única «fórmula» es ser el mismo, y gracias a ello, todavía podemos echarnos a las orejas discos como De Escalde y Trinchera, que quedarán grabados en la memoria de sus seguidores si, o si. Rosendo en todo su esplendor, señores.
Tracklist:
1. Cúrame de espantos. 3:20
2. Que si vengo que si voy. 3:50
3. Un capullo dentro de un jarrón. 3:23
4. ¡Qué bufonada! 4:05
5. Terciopelo herido. 3:18
6. El botillo y la pringá. 3:30
7. Soy. 3:10
8. Maldita flojera. 3.10
9. A pesar. 3.35
10. El túmulo. 3.25
Crítica de José Rojo de Metal Zone