El pasado viernes acudimos a una de esas citas que, no por ser periódicas cada poco tiempo, dejan de ser ineludibles. KREATOR protagonizaban una nueva visita a Madrid, en esta ocasión con nuevo disco bajo el brazo, un “Gods of Violence” que ha recibido una gran acogida, como grande fue también la asistencia a la velada, pese a no llegar a colgar el cartel de “no hay entradas” en esta ocasión.

El cartel tenía un atractivo añadido, pues acompañando a los protagonistas tendríamos la oportunidad de poder chequear el estado actual de los míticos brasileños SEPULTURA, beneficiarnos de la visión más actual de ver el metal extremo de SOILWORK y disfrutar de la brutalidad de unos ABORTED que fueron el primero de los aperitivos de la tarde, dejándonos con un más que buen sabor de boca.

Con una asistencia que rozaría el 50% ya a primeras horas -se abrirían las puertas a las 17:30- se apagarían las luces por vez primera para poder disfrutar del quinteto belga, quienes dieron todo un recital de buen death metal europeo.

Capitaneados por Sven De Calawue, quien se dejaría la garganta mientras no paraba de animarnos y moverse de un lado a otro del escenario, ejerciendo de maestro de ceremonias, ABORTED nos regalaron un somero repaso por su discografía, con especial énfasis en su última obra “Retrogore”.

Temas como “Divine Impediment”, “Meticolous Invagination” o “Bit by Bit” pusieron las notas más agresivas de la tarde/noche. Se hizo corto y nos quedamos con ganas de volver a disfrutar de esta enorme banda en un futuro no lejano.

Todo lo contrario que con SOILWORK, quienes se pasaron la gran mayoría de su actuación intentando convencernos para iniciar un circle pit que sólo durante sus dos últimas canciones consiguieron reproducir tímidamente. Los suecos desplegaron su metal extremo con estribillos melódicos. Una propuesta que, aun siendo conocida por la mayoría, parece que no terminó de calar entre los asistentes. Y es que el contraste con respecto al resto del cartel era quizás demasiado acuciado, a la par que evidente.

No obstante, Björn Strid y los suyos lo dieron todo, resultando en un buen concierto a nivel de ejecución y con un sonido que probablemente fuera el mejor de toda la velada. Lo intentaron con temas como “Nerve” y su mezcla de brutalidad y edulcorada melodía en el coro, aunque sin demasiado éxito. “Rise Above the Sentiment” y sus marcadas líneas de teclado seguían sin hacer mella nada más que en las primeras filas, mientras que con “Bastard Chain” se nos pediría hacer un pogo que nunca llegaría.

Sin embargo, a partir de la veloz “The Chainheart Machine” las tornas irían cambiando y la reacción por parte del respetable fue a mayores, finalizando con un “Stabbing the Drama” donde la conjunción banda – público se materializó.

Tuve sensaciones contradictorias con SEPULTURA. Llevaba muchísimos años sin verles en directo (de hecho, desde la gira del disco “Chaos A.D.” con PARADISE LOST de teloneros presentando “Icon”; ¡ha llovido!) y la verdad que todo lo realizado en la etapa con Derrick Green no ha suscitado mi interés, con excepción de su última obra “Machine Messiah”, el que probablemente sea su disco más redondo desde “Roots”. Por lo tanto, tenía ganas de comprobar cómo sonaban los nuevos temas en directo, por vez primera en excesivo tiempo, aunque he de decir que no me gustaron tantos como en su versión de estudio. Les faltó esa chispa que tienen en el disco. Además. se me hizo extraño ver a una banda de primera línea como ésta tocando en un espacio reducido, con la batería ocupando buena parte del escenario y el resto de músicos apiñados a ambos lados de dicho instrumento.

Sin embargo, me llevé una más que grata sorpresa con la interpretación de Eloy Casagrande. El batería no sudó la camiseta más que nada porque apareció en escena sin ella, preparado para el esfuerzo físico que realizaría durante todo su concierto, en el que hizo gala de una soberbia técnica y poderío físico aporreando los tambores con tremenda fuerza.

Andreas Kisser se hizo desde el primer momento con las riendas, auspiciado por la adrenalítica descarga de su compañero Eloy desde la batería, mientras que Paulo permanecía en un segundo plano llevando la base con su bajo y el vocalista Derrick Green realizaba su labor de una manera discreta, mostrándose como un frontman con un limitado repertorio de movimientos, basando su carisma en su imponente presencia física.

“I Am the Enemy” iniciaría una descarga que, en sus comienzos, tendría una calidad de sonido sensiblemente inferior a la disfrutada por sus predecesores. No tardaría en llegar una de las maravillas de su nuevo álbum, un “Phantom Self” algo desdibujada por la falta de contundencia y brillo sonoro, dejando las orquestaciones pregrabadas algo por debajo. No obstante, la banda se mostraría entregadísima.

Tras los gritos de “¡SEPULTURA, SEPULTURA…!” por parte de los asistentes, “Choke” sería muy bien recibida, aunque no tanto como uno de los platos fuertes, todo un guiño al que personalmente considero su mejor álbum, “Arise” y en concreto, uno de los mejores temas de la historia del thrash metal: “Desperate Cry”, que les quedó de lujo, pese a que eché en falta la presencia de una segunda guitarra. Y es que nunca entenderé como en algunas giras Derrick ha ejercido ocasionalmente de guitarrista rítmico, pero sólo en temas de su época, cuando realmente los concebidos por y para dos guitarristas son los de la etapa anterior.

“Alethea” y “Sworn Oath” retomaron con buen pulso el repaso a “Machine Messiah”, volviendo a poner aquello patas arriba tirando de clásico, esta vez con el enorme “Inner Self”.

Con “Resiliant Parasites” encararían la fase final de su show, así como la más intensa, gracias a la siempre ganadora “Refuse/Resist”, la potente “Arise” -¡rápida!, ¡brutal!, ¡técnica!- la fiesta de “Ratamahatta” cantada a dos voces por Andreas y Derrick mientras este último hacía también labores de percusionista y “Roots Bloody Roots” que gastaría el último cartucho de los brasileños justo antes del plato principal, dejando un buen sabor de boca aunque, para mí, con la sensación de esperarme más, sobre todo en la ejecución de los temas pertenecientes al último disco, ya que con los clásicos saben que apuestan sobre seguro.

Teníamos ganas de KREATOR y eso se notaba en el ambiente. Cierto es que los alemanes vienen a menudo (en los últimos dos años, el que firma los ha visto tres veces) y suelen traer repertorios muy similares (aunque en esta ocasión presentando un nuevo disco, no contábamos con ese handicap), pero es innegable la excelente comunión que hay entre esta banda y el público español.

Como aliciente adicional, presentaban un escenario con pantallas en forma de columna a sendos lados del escenario, más un telón con la portada del nuevo álbum, así como una plataforma por encima de donde estaba situada la batería para que los músicos se pasearan sobre ella ocasionalmente.

Terminaron sonando bastante bien, aunque les costara unas cuatro o cinco canciones conseguir los niveles óptimos para ello. Además, pude ver a una banda muy asentada en el aspecto técnico. Sin duda, Mille ha ido delegando, más allá de su posición de líder, en sus compañeros, sobre todo en el guitarrista Sami, a quien vi centradísimo, realizando solos cada vez más complejos y enrevesados, tomando un mayor protagonismo en la banda.

Como dato menos positivo, algo que llevo apreciando en sus últimos conciertos y es cierta ralentización en algunos de los temas o en fragmentos ocasionales, sobre todo cuando salen de una parte rápida y pasan a una lenta. Temas como “People of the Lie” o “Phobia”, me parece que están en un tempo reducido con respecto al de sus ediciones en estudio y, como digo, no es la primera vez que me sucede. Sensación extraña esta…

Sonaba la introducción instrumental mientras dos figuras ataviadas con hábitos negros aparecerían cargados de antorchas para encender dos calderos a izquierda y derecha. Al poco tendríamos al cuarteto sobre las tablas, dispuestos a arrancar con “Horders of Chaos” mientras los cañones de confeti realizaban su cometido, bañando a las primeras filas con su contenido. Con “Phobia” sería la primera vez que Christian haría uso de la plataforma trasera, mientras dos columnas de humo aparecían dirigidas hacia el techo.

Apagado de luces mientras sonaban las campanas anunciando el advenimiento del Bajísimo. “Satan is Real” supondría el momento idóneo para proyectar el primero de los videoclips por las pantallas. Con “Gods of Violence” Petrozza se armaría con un cañón de humo y luces para apuntar y disparar hacia el público, mientras que “People of the Lie” haría las veces de clásico himno arrancando pasiones entre el personal.

“Total Death” sería toda una sorpresa. Una repesca del disco “Endless Pain” que llevaban más de treinta años sin tocar y sin duda, un regalo para sus más antiguos fans. Por su parte, “Phantom Antichrist” constataría que un tema de más reciente cuño puede convivir con otro más añejo sin desentonar en absoluto, buceando a través de la increíble portada de ese disco gracias a las proyecciones.

“Fallen Brother” es un tema perfecto para los directos y la primera vez que la escuché ya tenía visos de ello. ¡100% constatado! Esa especie de mezcla entre “People of the Lie” con “Guardians of Asgaard” de AMON AMARTH es toda una invitación a hacer headbanging. Como aliciente, las pantallas mostraban imágenes de músicos “caídos” como Lemmy, Bon Scott, Phil Lynott o Prince. “Enemy of God” es todo un himno de su pasado reciente, usada para hacer que la pista se dividiera en dos secciones y desatar la locura una vez arrancada la canción. “From Flood Into Fire” por su parte, proporcionaba su faceta más melódica haciéndonos cantar ese estribillo puño en alto.

Aparecerían de nuevo las dos figuras ataviadas de negro para tocar tambores al son de la intro “Apocalypticon”, reapareciendo el cuarteto para descargar un poderoso “World War Now”, marcado por ese tinte pesimista de ver a la humanidad y la sociedad que ésta moldea que Mille plasma en los textos de la banda. “Hail to the Hordes” nos devolvería a la melodía y me resultó curioso que la tocaran en una misma gira junto a “From Flood Into Fire”, ya que no deja de ser un tema muy parecido a éste, añadiendo ese toque folk de las gaitas en su desarrollo central entre los solos de guitarra. No obstante, sería tan bien recibidas tanto una como la otra.

Pequeña parada para tomar aire y líquido, así como recordar sus muchas visitas a nuestro país desde 1989 y prometernos que siempre estarán con nosotros en momentos de agresión extrema. Y de esta manera, “Extreme Aggression” caería cual mazazo sobre nosotros, siempre bien recibida y contundente en sus directos, cerrando la primera sección con “Civilization Collapse”.

No tardarían en volver de su pequeño mutis con otra de las bazas ganadoras, un “Violent Revolution” que supuso todo un nuevo inicio para ellos en esta última y sobresaliente etapa hace ya la friolera de dieciséis años.

Y como plato final, tres temas sacados directamente de su era primigenia, rápidos, mordientes y sin parar, tocados uno tras otro: “Flag of Hate” (precedido de discurso de Mille con bandera en mano), “Under the Guillotine” y “Pleasure to Kill”.

Salimos contentos, sudorosos y con la promesa que siempre nos hacen y cumplen: “The Kreator will return”.

Tenemos thrash teutón y de calidad asegurado para mucho tiempo, tanto por la calidad de sus discos como por la de sus directos. ¡Esperemos poder seguir disfrutando de él!

Crónica J. José Jiménez de Rafa Basa