Metallica – Hardwired… To Self-Destruct

Ocho años han tenido que pasar para, al fin, tener un nuevo álbum de METALLICA entre manos, desde aquel ya lejano “Death Magnetic” que en 2008 devolviera el sonido más pesado al cuarteto americano más conocido de la historia del metal. Semanas atrás la banda iba poniendo en circulación los primeros temas de adelanto, denotando cierta vuelta a los orígenes, la velocidad, a un sonido más crudo, con lo que la expectación era máxima. ¿Ha merecido la pena o estamos ante uno de los casos más hiperbolizados en la historia reciente de la música? Veamos…

Veo coherente evaluar este álbum teniendo en cuenta que METALLICA no van a volver a sacar álbumes de calidad como sus cuatro/cinco primeras obras. Ni ellos son los mismos, ni tienen el hambre y rabia de sus inicios, ahora sentados en su estatus de estrellas del rock desde hace más de veinte años ni los tiempos son los de antes. Incluso a nivel técnico, en cuanto a la maestría con la que manejan sus instrumentos, no se encuentran al nivel de habilidad de antaño (si bien a Lars Ulrich le veo algo más centrado que en anteriores ocasiones tanto en estudio como en directo, porque lo de Kirk Hammet es realmente preocupante, con unos solos tan poco inspirados como insípidos y simples en ejecución, supliendo la falta de pericia por un sempiterno efecto wha wha). Ni siquiera a la hora de componer temas más enrevesados y largos, hay esos pasajes instrumentales tan elaborados, propios de maestros del género. Incluso echo en falta ese sonido grave de guitarras y bajo, ese groove tan característico que aquí brilla por su ausencia, en detrimento de frecuencias medias y altas.

Sin embargo, y a tenor de sus últimos lanzamientos, sí que podemos estar ante el disco más interesante que han facturado desde la época de “Load” y “Reload” o inclusive desde la edición del “Black Album”. “Hardwired… to Self-Destruct” nos presenta doce canciones variadas, repartidas en dos cedés, donde por norma -que no siempre se cumple- han dejado las más rápidas y de índole netamente thrash englobadas dentro del primero de ellos, pasando a la parte más pausada y trabaja a nivel de composición para el segundo. La mayoría de ellas además, con un nivel notable, con algún que otro momento más bajo, pero dando un conjunto que, junto al sonido producido por Greg Fidelman hace un tándem idóneo.

Ya ese inicio con la caja de Ulrich marcando el riff con su desencadenante en modo speed, recordando -con las consecuentes distancias- a la época “Kill ‘Em All”, deja unas muy buenas sensaciones de rabia y actitud, resultando en un tema simple pero a la vez efectivo para abrir el álbum. “Atlas, Rise!” es aún más elaborado, aunque siguiendo la propuesta del anterior, con mayores cambios de ritmo y combinación de pasajes instrumentales, denotando su influencia por la N.W.O.B.H.M. en las armonías pentatónicas que campan por su estribillo, así como por aquellas que se intercalan entre los solos de guitarra, donde pronto echaremos en falta un trabajo más elaborado por parte de un Hammet que, lo vuelvo a decir, su labor individual es la que menos aporta al conjunto. “Now That We’re Dead” me ha encantado y sorprendido, con ese ritmo pesado que para nada habría desentonado en su disco de 1991. Buenos y cadentes riffs nos llevan a una melodía vocal que funciona perfectamente en estrofa y rompe en un muy buen estribillo donde bajan el medio tempo. Como colofón, muy bueno ese solo rítmico hacia el final del tema llevado sobre las cuerdas graves.

Vuelta a la velocidad y al heavy metal con un “Moth Into The Flame” que de nuevo sorprende, teniendo los ingredientes necesarios para ser uno de los nuevos baluartes en la venidera gira. Como contraste, “Dream No More” es uno de los temas más pesados -sobre todo cuando llega al coro, con una caída cadente y progresiva muy conseguida- teniendo al Kirk más acertado de la obra a la hora del solo. “Halo On Fire” es, de nuevo sorprendiendo, el corte más oscuro, desde las acústicas de su inicio -donde echo en falta a un Hetfield con tono algo más grave- a su estribillo que engancha a la primera, a sus muchos cambios de ritmo, rompiendo con un final más animado de marcado riff que recuerda, en cierta manera, al de “Whiskey In The Jar”.

Cambiamos de cedé y pronto tendremos el ritmo marcial marcado por “Confusion”, donde el prolífico batería es el que lleva las riendas cambiando el número de golpes a la caja por compás. Es quizás de los que más desapercibidos puedan pasar a primeras escuchas, pero uno de los que más me han gustado en conjunto. Todo lo contrario a “Manunkind”, demasiado basado en los golpes sincopados, con cierta reminiscencia al álbum “Load” en su concepción y desarrollo. Sin embargo “Here Comes Revenge” recupera la opacidad, alternando pasajes de arpegios acústicos en sus estrofas, en las cuales va subiendo de intensidad poco a poco, llegando a otro pedazo de estribillo marca de la casa. “Am I Savage?” por su parte recupera el estilo de “Manukind”, pesado, incluso demasiado para estar colocado a esta altura del disco, pero con unos dibujos de guitarra muy curiosos en su puente y un coro que va siendo cada vez más maléfico, amen de unas rítmicas geniales a la hora de los solos.

“Murder One” es otro de los momentos más bajos e insípidos, de nuevo sin subir el pie del acelerador, dando cierta sensación de pesadez cuando se escucha el disco de seguido, aunque pronto nos recuperaremos gracias a la adrenalina y celeridad de un fantástico “Spit Out The Bone” que pone la guinda recuperando esa vieja costumbre de terminar el álbum con el tema más rápido del mismo.

En definitiva, con “Hardwired… to Self-Destruct” tenemos un collage sonoro que funciona y en conjunto aglutina algunos de los mejores temas que han editado desde hace años, aunque es de recibo reconocer que también tiene sus partes menos inspiradas y brillantes, logrando que en ciertos momentos se pueda hacer pesada su escucha. Lógicamente sale mal parado al compararlo con los discos de su era dorada, incluso con algunos de los trabajos recientes editados tanto por sus coetáneos como por bandas thrash más recientes. Pero si aplicamos la valoración a lo que la banda ha editado desde el disco homónimo, las sensaciones son más que positivas. Personalmente, lo estoy disfrutando y a base de bien. ¡Ya iba siendo hora!

Tracklist:

Disc One

  1. Hardwired
  2. Atlas, Rise!
  3. Now That We’re Dead
  4. Moth Into Flame
  5. Dream No More
  6. Halo On Fire

Disc Two

  1. Confusion
  2. ManUNkind
  3. Here Comes Revenge
  4. Am I Savage?
  5. Murder One
  6. Spit Out the Bone

Disc Three (Deluxe Edition Only)

  1. Lords of Summer
  2. Ronnie Rising Medley
  3. When a Blind Man Cries
  4. Remember Tomorrow
  5. Helpless (Live at Rasputin Music)
  6. Hit the Lights (Live at Rasputin Music)
  7. The Four Horsemen (Live at Rasputin Music)
  8. Ride the Lightning (Live at Rasputin Music)
  9. Fade to Black (Live at Rasputin Music)
  10. Jump in the Fire (Live at Rasputin Music)
  11. For Whom the Bell Tolls (Live at Rasputin Music)
  12. Creeping Death (Live at Rasputin Music)
  13. Metal Militia (Live at Rasputin Music)
  14. Hardwired (Live in Minneapolis)

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Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com