Os engaño descaradamente si os digo que siempre que me enfrento a escuchar un trabajo de Sôber ya tengo cierta predisposición a que me guste. Todos sus discos lo han hecho y estaba claro que este Vulcano no iba a ser ese punto y a parte en el que una banda deja de interesarte…más bien todo lo contrario. Y es que si tenemos en cuenta los últimos años de la banda desde que decidiesen volver con aquel Superbia (bueno…realmente con un recopilatorio anteriormente), han sido del todo prolíficos para los madrileños. Muchos conciertos, aniversarios, y con todo ello llegaron a un Letargo que alcanzaba el estatus de álbum más completo y maduro de la formación, y después de seguir su carrera casi desde sus inicios, se convirtió ipsofacto en uno de los puntos más fuertes de su carrera que desembocó en un box en vivo realmente espectacular. Y ahora digo, ¿quien se iba a esperar algo inusual en ellos, si lo más usual durante estos 20 años ha sido siempre material cargado de buena música y una calidad casi extinta en los tiempos que corremos?. Por supuesto, este Vulcano despertó mis sentidos, expectativas y ganas, generando muchas sensaciones, que al fin y al cabo de eso se trata esto de la música, ¿me equivoco?.
Con un packaging muy «sobrio» (valga la redundancia), muy de «banda consolidada» (no es el típico artwork de unos chicos que dan sus primeros pasos), ponemos el compacto y con matices electrónicos empieza un «Vulcano» que sigue muy de cerca la senda de su anterior obra. Riff potente, la batería de Reyes a todo gas, y un estribillo en el que Carlos vuelve a derrochar su talento. Realmente, esto sabe bien. Pero me quedo a la espera de mucho más, pues el single ya lo habíamos masticado, además de visualizado el video del tema. En «Enterrado» empieza ese sentimiento retrospectivo. Quizás algún flashback, con su potentón riff, pero cuando bajan las revoluciones y empiezan los efectos de las guitarras de Escobedo y Bernardini, la mente se mueve rápidamente hacia el pasado, concretamente a un Paradysso que ya queda lejos en el tiempo, aunque, si estáis pensando que han caído en la autoimitación, olvidaros de tal burdo adjetivo. Siguen siendo Sôber, con toda su fuerza y personalidad. «La Escalera» marca la entrada de la zona más intimista de Vulcano, dando un toque descarado de una bendita comercialidad, aún sabiendo que ese término hay que manejarlo con maestría para poder ejecutarlo sin ser vapuleado. Aún así, prefiero la senda de otros temas más potentes de la banda como «Insecto», de su anterior Letargo, manteniendo eso si, intacto en todo momento, un tono pesimista y no del todo colorido, para que nos vamos a engañar.
«El Viaje» empieza con un pequeño arpegio semiambiental, y automáticamente sufres un «deja-vù», pensando en esos tonos más amargos que nos mostraban en su tercer larga duración, Synthesis, mostrando el lado más intimista del trabajo, haciendo uso de orquestaciones y elevando los sentimientos a otro nivel, para que con su siguiente corte, «Irreal», se nos devuelva a los Sôber de los últimos tiempos musicalmente hablando, aunque guiándonos por las tonalidades de voz de Carlos y el contenido de la letra, podría haber sido un descarte de aquel grandioso trabajo llamado Morfología, mientras que «Héroes» tiene ese aliento más feliz y facilón de discos como aquel Fragile de Savia. «Click» quizás más plana y ramplona pero sin suspender en absoluto, nos va anunciando un final, que aún tiene detrás otras cuatro canciones. Una es «Papel Mojado», cuyo mayor atractivo es la sección de guitarras, compenetradas, ensambladas, y dibujando melodías preciosas en torno a la voz de Carlos. «Arena» ya está destinado a convertirse en fija para sus conciertos, de nuevo acariciando los primeros tiempos comprendidos entre Morfología y Paradysso. Y si hablamos de sentimiento, «Estrella Polar» pondrá mecheros en alto en la gira (o móviles), dejando que la voz sea la dueña y señora del corte, acompañada de una preciosa letra. Aunque toda esa sensibilidad se esfuma con un Magnolia que podría mirar de cerca al groove metal, en un tema cargado de poderosos riffs y mucho magnetismo sonoro desde que empieza su ejecución, despidiendo el trabajo de un modo bastante potente, conteniendo un estribillo melódico y contagioso, por supuesto. De esos marca de la casa.
Tras el análisis, me quedo con Letargo por lo que creo que supuso para la banda y para los que seguíamos su carrera. Fue consolidación, símbolo de madurez y sobre todo, una lección y demostración del por qué Sôber habían vuelto años atrás. Lo que por supuesto no le quita mérito a un Vulcano que ya está entre lo mejor en materia nacional del año. Porque volver a sentir, disfrutar y digerir un nuevo disco de Sôber, siempre es un placer para los sentidos, y Vulcano es otro manjar dentro del amplio surtido que la banda lleva ofreciendo desde que decidieron hacer música juntos.
Tracklist:
01. Vulcano
02. Enterrado
03. La escalera
04. El viaje
05. Irreal
06. Héroes
07. Click
08. Papel mojado
09. Arena
10. Estrella polar
11. Magnolia
Crítica de José Rojo de Metal Zone