Reconozco que no he sido lo que se puede decir un fiel seguidor de la carrera en solitario de TARJA TURNEN. En realidad, las contadas ocasiones en las que me he acercado a su música, ya sea en disco o en directo, me he encontrado un retazo de piezas musicales unidas entre sí de alguna manera que se me antojaba extraña, con una tesitura soprano que poco o directamente nada parecía encajar sobre ellas.
Sin embargo, aunque este cuarto disco suyo mantiene retazos de lo arriba expuesto, parece haber una dirección más clara, una mejor línea compositiva alimentada por multitud de colaboradores en los créditos de participación y lo que es más importante: una colección de canciones reconocibles en un estilo oscuro, inconformista, pero que ya no son tanto un collage de ideas sin rumbo.
Y no es que desde primeras la diva nos lo ponga fácil, pues escoge para abrir su disco un barroco y oscuro “Innocence”, donde el piano y sus constantes solos son los protagonistas, mientras entrecortados riffs de guitarra van dando forma al tema sobre los que TARJA introduce unas líneas vocales embrolladas. “Demons in You” viene para romper con todo lo anterior, con una extraña introducción funk que pronto desembocará en el tema más bestia de todo el disco gracias a unas estrofas muy bien construidas y lineales, donde colabora Alissa White-Gluz de Arch Enemy, llegando a un estribillo poderoso y bien construido. Aunque si de estribillos hablamos, destacar el del single “No Bitter End”, pegadizo y de los pocos que se quedarán a primera escucha, siendo el colofón de un tema que va de menos a más en cuanto a intensidad se refiere, manteniéndose en una línea de rock ligero.
En “Love to Hate” continúa siendo el piano el que marque las pautas, gracias a una figura descendente que será el hilo conductor sobre el que se construirá toda la canción, la cual va ganando en pomposidad gracias a la progresiva aparición de elementos orquestales comandados por el chelista Max Lilja. “Supremacy” es la sorpresa en forma de versión, llevando a su territorio sombrío uno de los temas más reconocibles de “Muse”, aunque reconozco que ese estribillo tan alto de tono me chirriaba en la original, con lo que llevado a un registro impostado de soprano, la sensación es acentuada. Afortunadamente, “The Living End” calma las cosas, siendo una preciosa balada acústica donde hacen acto de presencia las gaitas, aportando un toque folclórico que le sienta de maravilla. ¡Quizás la canción con las melodías más hermosas del disco! Por su parte, “Diva” nos propone un vals sencillo, siguiendo en tesitura tranquila y minimalista, siendo el perfecto preámbulo a un tremendo “Eagle Eye” que viene marcada por un sencillo juego de notas ejecutadas por las teclas sobre el que van los riffs, construyendo un más que correcto tema de metal con otro de los mejores estribillos de la obra.
Encaramos la recta final con “Undertaker”, pieza sinfónica creada con cuatro notas principales de piano arropada por orquesta y una línea vocal similar a la principal, sencilla y efectiva, aunque ciertamente repetitiva. “Calling From The Wild” es una interesante propuesta que inicia como una balada y pronto cambia de tercio con un pesado ritmo donde la TARJA ejecuta sus notas monocromáticas de soprano para llevarnos a un tema a caballo entre el rock y el pop lóbrego. Por último tenemos “Too Many”, personalmente el mejor tema de la obra. Largo, con unas melodías principales tan curiosas como hermosas (me encanta cada vez que recita “Many too many, living their fears, only few won’t fade away”), donde se va desarrollando con delicadeza un precioso juego de intensidades con paradas, aumentando en intensidad cuando menos te lo esperas. Como curiosidad, una vez termina la canción, pasan varios minutos y aparece una breve pieza de death metal donde la protagonista no para de gritar, en tono jocoso “This is a hit song”.
Nos encontramos pues ante el que probablemente sea el mejor disco en la carrera de TARJA TURNEN en solitario, pese a que aún no da la sensación de que todos los elementos propuestos en su música cohesionen todo lo coherentemente que se requiriera. Unir más de diez compositores más una nutrida selección de instrumentistas ha ayudado a dar diversidad, pero no una calidad común, pues “The Shadow Self” va dando bandazos en este sentido. En todo caso, le honra que su propuesta sea arriesgada, personal y sobre todo, basada en su propia carrera, en lugar de tener que usar en mayor medida las canciones de la banda que la hiciera famosa. No todos pueden presumir de ello.
Tracklist:
- Innocence
- Demons In You
- No Bitter End
- Love To Hate
- Supremacy
- The Living End
Crítica de J. José Jiménez de RafaBasa.com