Metal Lorca 2016 – 25 Junio 2016 – Huerto de la Rueda, Lorca (Murcia)

Un año más, asistimos a la celebración del festival que, ya en esta quinta edición, siguió la línea continuista del célebre Lorca Rock hace ya varios años. Con un éxito de convocatoria más discreto en las primeras bandas (comenzó todo al mediodía), y una mejor entrada en las grupos principales a medida que fue avanzando la jornada, esta fecha metálica se está confirmando como todo un referente dentro del amplio abanico de ofertas festivaleras que inundan nuestro metalizado país. Buena organización y sonido, excelente seguridad a cargo de Sanctuary, atractivos precios en barra y comida, así como nuevamente diversos puestos de merchandising que redondearon e hicieron las delicias de los coleccionistas que se acercaron a esta cada vez más consolidada concentración de buena música.

Abrieron fuego las bandas noveles Mi Sentencia y Grapeshot, ganadoras ambas de la final del concurso “La batalla de las bandas” que tuvo lugar en abril y donde se batieron en duelo con otros grandísimos grupos como Infernale, Sombras del destino, Cain’s Dinasty, Synchronical, Era Zero o White Falcon.

Mi Sentencia, con el activo frontman Juanca a la voz, todo un torbellino, dio todavía los “buenos días” a la concurrencia, aún algo escasa, bien arropado por sus compañeros David y Gonzalo a las guitarras, Carlos al bajo y Luis a la batería. A lo largo de su actuación cargaron al cien por cien las pilas a todos los valientes que se acercaron a esas primeras horas. Con su hardcore cercano a Soziedad Alkoholika y temas corrosivos como “Perra Vida”, los lorquinos justificaron su participación y victoria en el mencionado certamen convocado por el festival; “mi sentencia” es que tienen mucho potencial.

Grapeshot prefieren elegir el inglés, creando una propuesta más internacional. Llevan unos meses muy activos con una meritoria cantidad de conciertos e incluso estuvieron a punto de conseguir otro triunfo en la “Metal Battle Spain” del Wacken, donde quedaron en segundo puesto. Con influencias de bandas como Lamb of God, Slayer  o Pantera, los madrileños se centraron en su álbum de hace un par de años con temas como “How Many Times”, “Fornicage”, “No Flowers” o la homónima que titula ese primer disco, ‘The Scene’.  Acabaron con la trallerísima “Riots” de su EP ‘Sons Of Betrayal’ de 2013. Sin duda, y parafraseando al nombre con el que se bautizaron, fueron “metralla” de la buena en esas calurosas horas que casi rozaban los cuarenta grados.

Llegaban pegando fuertes los cartageneros Injector, que desde el 2012 vienen dando caña con su thrash metal, con el bajista Mafy muy diligente durante toda su actuación, siendo uno de los motores del grupo sin dar tregua ni un solo segundo.  Abrieron con “Enemy Of The Sun” y continuaron con su ya pequeño clásico “Breathe The Dust” de su EP ‘Harmony Of Chaos’ de hace tres años, corte de sonido anthraxero que cuenta con un reseñable videoclip. “Thirst For Blood” o “Role Of The Gods” de su primer álbum de espectacular portada ‘Black Genesis’, editado por Art Gates Records el pasado año, fueron otros de lo que atesoraron su cañera propuesta musical. En resumen, nos “inyectaron” su música en vena, dejándonos con el mono de más.

Los brasileños Evildead (no confundir con la clásica banda de thrash americana, casualmente reunida recientemente), ofrecieron un heavy metal donde alternan los ritmos y voces guturales a lo Deicide, con la propuesta más clásica heavy metalera de grupos tipo Maiden; composiciones como “Let The Apocalypse Begins” o el homónimo “Evildead” dieron fe de esto. Quizás les faltó un poco de contundencia en su puesta en escena y sonido global, pero es un grupo prometedor que repiten este 1 de julio en Málaga en una sala, donde quizás puedan lucirse más que lo que hicieron aquí. Gustaron y prometen.

Los almerienses afincados en Lorca La Skala de Richter demostraron su valía con su buen metal contundente, que ellos mismos definen “con voz masculina operística con guturales y estructuras musicales desde el barroco al metal extremo”. Ganadores de infinidad de concursos de bandas, defendieron con gran éxito su actual EP ‘Involución’ con los temazos “Esclavo” y “Mis demonios”. No faltaron los recuerdos a su primer disco del 2013 ‘Diabulus Notet’, con cortes como la rápida y progresiva “Aislado”, con la que abrieron, su ya clásica “Pandemonium” o la final “Requiem” en la que su vocalista Juan Contreras, que estuvo especialmente brillante, bromeó echando una botella de agua que caló a algunos de los asistentes. Cerraron con un original medley que incluyó las dos etapas de Black Sabbath (la de Ozzy y la de Dio), con dos clásicos conocidísimos de la talla de “Paranoid” y “Heaven And Hell”. La Skala de Richter sonaron compactos y con una magnitud considerable en una tierra donde, paradójicamente, aún resuenan los ecos de fatídico seísmo que tuvo lugar hace cinco años.

Llegaba el turno de The Heretic Order, una de las bandas reveladoras de este año, que venían a presentar su reciente álbum debut editado a finales del pasado año, el excelente ‘All Hail The Order’. La banda gibraltareña surge de las cenizas de los conocidos Breed 77. La orden abrió contundente con el sexto corte del mencionado trabajo, la estupenda “Don’t Believe”. Con una terrorífica estética y una peculiar puesta en escena, su vocalista  y guitarrista rebautizado como Lord Ragnar Wagnar, bromeó con la temperatura diciendo “que aquello era peor que el infierno”, aunque es evidente que la aparatosa indumentaria que llevaban también tendría parte de culpa. “El baile de los muertos”, “Ghost Tale”, “Rot In Hell Tune” o la espídica “Death Ride Blues” se fueron sucediendo en el repertorio que escogieron. También se marcaron una fidelísima y potente rendición al “Killed By Death” de los tristemente desaparecidos Motörhead. Con su peculiar spanglish, que mezclaba el castellano con acento británico, el vocalista bromeó diciendo que como era un esclavo del diablo, podía hablar todos los idiomas. Acabaron con “Evil Rising Tune” y “Burn Witch Burn”, reiterando su “hereje” y teatral puesta en escena con un contundente: “Y recordad, ¡mañana no vayáis a las iglesias!”.

Era el turno de una de las bandas que más ganas tenía por ver (por primera vez en el caso de quien suscribe), en directo. Los Kaothic, liderados por el todoterreno guitarra Alberto Marín, que haría doblete algo más tarde con Ankhara, se presentaban con nuevo batería sustituyendo de buen rollo a Andy C. –en tour con Lords of Black–, el no menos versátil Matt de Vallejo. Matt, que repetiría al final de la jornada con Metallica Tributo, hizo una labor sobresaliente clavando todas las enrevesadas composiciones del combo; aunque no tuvo mucho hueco para hacer alguna de sus clásicas piruetas lanzando y cogiendo la baqueta al aire, alguna vez nos deleitó con su habitual seña de identidad.

Kaothic venían a refrendar sobre todo su segundo y sobresaliente disco  ‘Lights & Shadows’ con temazos de la talla de “The Flame”, con la que iniciaron su show tras la intro, “High” o “Son Of Evil”, que fue dedicado por el imponente vocalista Cyrus a “sus hermanos de The Heretic Order” (no en vano, el frontman llevaba una camiseta de los británicos).  Hubo también recuerdo para su primer disco del 2005 antes del largo hiato con los temas “Veil Of Shame” e “Hypocritical”, al grito de guerra de un reiterativo “¡Vamos Lorca!”. Fueron una de las muchas bandas que recordaron que al día siguiente eran elecciones generales pidiéndonos que “no votásemos al PP” y agradecieron el apoyo tanto a la excelente organización, como a todas las “bandas hermanas” copartícipes del festival. El hipnótico y muy bien recibido single “Belong”, o ya en el final la genial “Inmortal”, aseveraron que su innovadora propuesta, además de “caótica”, sigue siendo esplendorosa.

Ciclón ejecutan un heavy metal ochentero de corte muy clásico, comenzando exitosamente con el tema que precisamente abre su última propuesta, ‘Fuera de control’, la rápida y melódica “En tu celda”. En el tema dedicado a las “Criaturas” (de la noche) de su primer disco de 2012, ‘Sol naciente’, salió su mascota – su peculiar Eddie–, un actor con mascara diabólica que iba girando cual majorette unas cadenas que finalmente lanzó al público (evidentemente, de “cartón piedra” o algún material similar). De ese primer lanzamiento también sonó el tema homónimo que le daba título, “Palabras de acero”. La corrosiva “Basta ya”, con sus marcadísimos coros, fue presentada para que al día siguiente se notara (para bien) el voto. Tuvieron un problema técnico en este tema, por lo que lo reiniciaron desde el principio, ya con suficiente éxito. Su peculiar mascota apareció para la ocasión “trajeado” y “arrogante”, simulando fumar puros en plan político corrupto y lanzando unos peculiares billetes al público, los “ciclonios” de 500, del banco “cicloniano”; simpática propuesta que esperemos que se revalorice con el tiempo. “Kamikaze”, “Hoy como ayer” o la final “Caballeros del rock” reverdecieron la época más dorada para el estilo que facturan, recordándonos que estarán además presentes en la próxima edición del indispensable Leyendas del Rock.

Empezaba a anochecer, algo que era necesario puesto que llegaban los valencianos Noctem, una banda con ambición y porte internacional. No obstante, han sido ya infinidad de veces las que han girado fuera de nuestras fronteras con un éxito meritorio de crítica y público. Tras la sinfónica intro de rigor “Enuma Elish” que preparó el terreno con creces, la banda irrumpía con la contundente “Apsu Dethroned” del que sigue siendo su último disco hasta el momento, ‘Exilium’ de 2014. Un death metal brutal que bebe mucho de Dimmu Borgir, Behemoth o Deicide, y que reinó sin tregua en su periplo con la no menos acojonante “Invictus” del álbum ‘Oblivion’ del 2011. Siguieron con “Cycles Of Tyranny” y la poderosa “Divinity”, donde la batería continuó siendo una auténtica apisonadora.

El sonido en esos primeros temas, quizás por ser un recinto con carpa cerrada, fue un tanto embarullado, algo que se fue subsanando a media que el grupo fue acometiendo otros cortes como “The Arrival Of The False Gods” o el primer tema nuevo (sin título) que presentaron, tan poderoso como los de antaño.  Las más extensas “Eidolon” y “The Splint Of Destinations”, también de su última propuesta, dieron paso a la segunda novedad de la noche (también sin título) de lo que será su próximo trabajo. Vamos llegando al final, con, esta vez sí, el tema con más metraje que sonó en su set, los más de once minutos de la impactante “Oblivion” que cerraba el mencionado álbum homónimo. Algunos pasajes orquestales me recordaron a lo que los Stravaganzza de Leo Jiménez y Pepe Herrero realizaron en sus ya clásicos discos, lo cual no me sorprende porque beben de influencias similares. Todavía les queda una última bomba de relojería, por lo que piden al público que griten con todas sus fuerzas si quieren escucharla; la respuesta no se hace esperar y acaban con “Under Seas” y “Religious Plagues”, a la par que un grupo de jóvenes comienza a moshear a la derecha del escenario. La presencia de la banda, guitarras elevadas sincronizadas en alto incluidas, es imponente a la par que tenebrosa, desprendiendo un aura escénica altanera acorde a su música y amparados por un juego de luces de grupo auténticamente foráneo.  Dieron un buen concierto y son muy grandes en su género.

Llega el turno de otros de los combos más queridos en nuestro rock, los reunificados Ankhara. Es una pena que, de momento y a unos tres años desde su vuelta, la banda no se haya decidido todavía a validar esta segunda etapa con material discográfico, porque de verdad que se encuentran en un momento de forma envidiable. No obstante, tienen su primer DVD en directo en el mercado, ‘Dueños del tiempo’, un excelente resumen de su trayectoria hasta el momento. Así, y tras la espectacular intro pregrabada compuesta por Danny Elfman para el Batman ochentero de Tim Burton, el corte “Demasiado tarde” de su segundo álbum abría victoriosamente el setlist de los madrileños. Brutal el grito final a capela manteniendo la nota que ejecutó Pacho Brea en “Un paso atrás”, que les quedó redondo, y en esa línea continuista fue lo que el vocalista presentó como el tema que les dio a conocer, formando ambos parte de su primer disco ‘Dueño del tiempo’. Me estoy refiriendo al speedico clásico “3.40”, que sonó de lujo, nuevo grito espectacular inicial, aunque el estribillo del tema en sí siempre me ha recordado demasiado al no menos clásico de Saratoga “Ningún precio por la paz”. En contraste con el bochornoso tiempo que tuvimos durante todo el día, presenta una canción acorde para refrescarnos un poco. “Ya que no ha hecho precisamente mucho frío…”, nos dice Pacho para introducir “Frío invierno”. En el tema “En mis manos”, de nuevo de su debut, Brea bromeó en que “aquello parecía un velatorio en medio de un festival de heavy metal”. Comienzan a sonar las acústicas ante un público emocionado por escuchar un tema que pronto se torna galopante, su gran e imprescindible himno “Jamás”. Continúan bromeando diciendo que “el calor, la energía, la edad… y hasta los kilos ya pesaban” a la hora de hacer un concierto, para acto seguido pedir un fuerte aplauso para todas las bandas nacionales que se dejaban la piel en los locales de ensayo. Presentaron entonces lo primero que compusieron como Ankhara, “Mente atormentada”, seguida de la no menos conocida “No digas nunca”.

Nueva intro que introduce, melenas al viento de toda la banda incluida, “Oceanos de lágrimas”, agradecimiento incluido a todo el público que se acerco a verlos, así como a la organización del festival. Antes de los bises suena su pegajoso “No mires atrás”, parte central a capela coreada religiosamente por el público. En el penúltimo corte, Pacho presentó a toda la banda, mencionando a Alberto Marín “como el guitarra que a que a pesar de estar en infinidad de bandas (Kaothic, Mónica Naranjo, Def Con Dos…) siempre sería, ante todo, el de Ankhara”. Mientras que al otro hacha, Cecilio, se refirió simpáticamente a él como “la rubia más bonita que ha habido después de Pamela Anderson”. La mención especial fue para el batería Rubén Santos (de Tequila Sunrise), que sustituía temporalmente al percusionista de la banda Chechu Alcalde (al cual enviaron un abrazo) por un problema de salud. Pacho alabó la labor de Rubén comentando que, pese a que sólo habían tenido tiempo para hacer un par de ensayos, éste había cumplido como un campeón. Finiquitaron su inmensa actuación con la única concesión a su tercer disco de 2003, “Sombras del pasado”, y la no menos esperada “Acordes mágicos”.

Llegaba el turno de los auténticos cabeza de cartel de la noche, y he de decir que, esta vez sí, Rhapsody Of Fire facturaron un concierto digno de la leyenda en la que se han convertido. Aún recuerdo cuando tuve la oportunidad de verlos en la segunda edición del extinto Rock Machina en Moncofar (Castellón), allá por el 2002; en aquellos tiempos sin la muletilla “Of Fire”, pues aún tardaría un tiempo en estallar la polémica legal por el nombre. Aquella fecha fue un auténtico desastre: Fabio Lione desafinando y cansado por el jet lag, infinidad de samplers que hicieron que el concierto rozara el playback, y un público que, en su mayoría, se sintió muy decepcionado. Nada que ver, afortunadamente, con lo que presenciamos el pasado sábado 25 de junio. Cierto que no está ya no está en la alineación una de las almas maters, el guitarrista Luca Turilli, que gira con sus nuevos Rhapsody haciendo un repertorio muy similar, pero el teclista Alex Staropoli junto al mencionado frontman Lione y el histórico batería Alex Holzwarth (desde el 2000) han sabido llevar a la banda al directo en estos tiempos, sonando mucho más orgánicos y poderosos, y menos artificial que antaño.

Así, la gente se empezó a emocionar y poner nerviosa cuando el espectacular telón de los italianos se alzaba para preparar su terreno, sonando poco tiempo después la intro “In Principio” del que es su undécimo disco de estudio editado este mismo año, el meritorio ‘Into The Legend’. De este, sonaron cortes como el que le da título o el pistoletazo con el que abrieron, “Distant Sky”, todavía con la guitarra principal del nuevo hacha, Roberto de Micheli, un poco baja en la mezcla final. Continuaron con la más empalagosa aunque bien recibida “Unholy Warcry” de su sexto álbum, tras la que siguió la más festiva y celta (podría estar firmada por Mägo de Oz) “The March Of The Swordmaster” de su quinta entrega editada en el 2002. El cantante juguetea y vacila a la audiencia haciéndoles repetir a capela varios “yeah…” y “Oh” alargando las notas hasta niveles inhumanos. Suena también “Rage of Darkness”, también de su reciente trabajo, y tras él, dos clásicos singles imbatibles como fueron la melódica “Land Of Immortals” de su primer disco y la esperadísima y directa “Holy Thunderforce” de su tercera entrega hace ya la friolera de dieciséis años.  Con la balada “Lamento Eroico”, presentada por Fabio Lione como la primera canción con la que se hicieron un hueco en su propio país, simplemente nos dejó sin palabras con su registro de tenor. Fue impresionante… ¡Qué portento de voz!

Llega el turno del inevitable solo de batería de Holzwarth, que hizo una labor espectacular a lo largo de todo el concierto, logrando que la toda la banda estuviera en su sitio. Acto seguido sonó la épica “Rain of a Thousand Flames” y el medio tiempo “The Village Of Dwaves”, corte nuevamente de esqueleto “maguero” al cien por cien, que la gente bailoteó alegremente cual fiesta medieval. Fabio bromeó con la Eurocopa, alabando la labor de España en el Mundial aunque reiterando la superioridad que le enfrentaría con su país (ante los abucheos del público), como finalmente ocurrió. La recta final la lideraron temas como el poderoso “Dawn Or Victory” que diera título a su mencionado tercer disco, y sobre todo, la esperadísima “Emerald Sword”, el sinfónico tema casi de película que les dio la fama allá por 1998 en una época donde el power metal vivió su etapa más dorada. En definitiva, Rhapsody Of Fire incendiaron sónicamente con su rapsódica propuesta a la ciudad de Lorca, aunque sigo pensando que sus nuevas composiciones suenan algo más descafeinadas en comparación con sus clásicos de antaño. Pero, en directo, están sin duda mejor que nunca, y así quedó demostrado.

Es una lástima que mucha gente le pudiera el cansancio después de Rhapsody Of Fire, porque se perdieron dos conciertazos más de esta larguísima concentración de talento. Al grito de “¡Leña al mono, quiero oíros, larga vida al Heavy Metal…!” aparecía ataviado con su clásico y lujoso mono aleopardado brillante (digno de una vedette tipo Norma Duval; es broma, Óscar ;-)), el vocalista de los irreverentes segovianos Lujuria, que arrancaron su extenso show con la ya clásica “Mozart y Salieri”  de 2003. Oscar Sancho grita al público de manera contundente que “no son, ni nunca lo serán…carne de cañón!”, interpretando el cuarto tema de su también cuarto disco, ‘Enemigos de la castidad’. Sus clásicos discursos reivindicativos se fueron sucediendo: “Arriba esos cuernos, quiero veros levantaros con orgullo, somos la familia del metal”, nos decía Sancho. Suena entonces la potentísima  y coreada “Sexurrection”, que es casi como nuestro “Ride The Sky” español, para después Óscar reivindicar que “había que levantar como fuera el presente festival y que teníamos que lograr  “petar” los conciertos de heavy por encima de los de Alejandro Sanz, Malú, los mítines de Rajoy o del gilipollas del de Ciudadanos”, ante las carcajadas del público e interpretando acto seguido “Cinturón de castidad”.  A continuación, Óscar nos cuenta que tiene una carrera y un grupo, pero sobre todo “un pedazo de nardo”, para arrancarse con la divertida “Estrella del porno”. Presenta “Cae la máscara” asegurando que lo más grande que tiene el movimiento son los grupos. También habló de esas bandas que van de “estrellitas”, incapaces de estar un rato con sus fans, dedicando entre el público a Carmen, una fan almeriense embarazada cuya pareja era de una asociación rockera, el clásico y vacilón “Sperman”, que pegaba como anillo al dedo. Se acordó asimismo de las bandas de Murcia, pidiendo una fuerte ovación para todas ellas, con especial mención a Hitten o Iron Curtain y más tarde volvió a reiterar, sin peloteo, que en tierras murcianas siempre se les había tratado mejor que en otros sitios. Vaciló con que había hablado con Fabio Lione en los camerinos, comentando que aunque le había dicho que no fumara que era malo para la voz, le respondió al italiano que “Dios ha sido justo repartiendo, Fabio; a ti te ha dado voz y a mi polla”… ante el descojone del respetable. Llega “Sin parar de pecar”, con esa influencia en su arranque del “Master Of Puppets” de Metallica, así como “Corazón de metal”, en la que no tuvo reparos en bajar a cantar entre el público. Con la mordaz “Joda a quien joda”, se despidió con otro contundente: “Que le den por culo a la puta Eurocopa, arriba mi gente, larga vida al heavy metal y seguid siempre así, rockeros libres”.

Llegábamos al final de dieciséis largas horas de festival y, aunque Metallica Tributo tuvo que reajustar su setlist por un retraso inesperado de la anterior banda (a fin de acabar a la hora prevista: ¡las 5 de la madrugada!), lo cierto es que la espera mereció la pena para aquellos que aguantaron hasta al final. Gozaron de un sonido espectacular, sonando compactos, duros, bestiales, y fidedignos a la primera era ochentera de esos primeros Metallica. Es cierto que el tema de las bandas tributos sigue siendo polémico; que si quitan espacio a grupos noveles, que si se aprovechan de grupos que siguen en activo… sí, todo lo que tú quieras. Pero es que esta banda la conforman el cada vez más rodado guitarrista Juan Saurín, que ya ha dado más de una docena de conciertos por toda España presentando su disco ‘Genesis’ en este primer semestre; amén de dos componentes de Infernale (Fer Varela a la voz y Ale al bajo – en Infernale, también vocalista), que acaban de editar su segundo disco ‘Echoes Of Silence’ el cual presentaron en Rock Star con Mariano Muniesa hace pocos días. Habrá que prestar atención a la extensa gira otoñal que están preparando. Redondeados por el omnipresente Matt de Vallejo a la batería (Kaothic, Zero3iete, Mónica Naranjo, etc etc…), creo que sobran las palabras.  Respecto al repertorio en sí, interpretaron, tras la intro habitual de Ennio Morricone de la película ‘El bueno, el feo y el malo’, las potentísimas “Battery”, con la que Fer saludó a la audiencia, seguida de “Masters Of Puppets” y el enorme “For Whom The Bells Tolls”, todos con interpretaciones atronadoras. Hasta componentes de otras bandas del evento, como Óscar de Lujuria, disfrutaron del buen homenaje que tributaron estos cuatro cracks a los de San Francisco. Las ejecuciones de todos los cortes fueron milimétricamente perfectas y sin fisuras, y aunque puede haber otras bandas nacionales tributando a Hetfield & cia, os aseguro que nadie lo hace de la manera que las clavan estos Metallica Tributo, como así volvieron a demostrar con “Welcome Home (Sanitarium)” o la menos habitual “Harvester Of Sorrow”. Los clasicazos “Creeping Death” y “Seek And Destroy” cerraron un festival que, parafraseando a lo que comentaba Oscar Sancho durante su actuación, debe crecer y crecer un poco más cada año, hasta convertirse en otro referente más de nuestro rollo. Y es que, pese a quien pese, Lorca y Metal ya es una simbiosis indivisible en la historia de nuestro país.

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Crónica de Andrés Brotons de MariskalRock.com