No se puede decir que la gira de los riojanos para la presentación de su último trabajo “Esencia”, una regrabación y reinterpretación de sus grandes clásicos con la formación actual, haya sido especialmente extensa… De hecho sería cuestionable el mero hecho de denominarlo gira cuando desde el lanzamiento del trabajo en Febrero la banda tan solo ha ofrecido alguna fecha suelta como parte de festivales como el Rock And Ifa de Elche, el Weekend Beach Festival de Málaga o el conocido Viña Rock… En una versión mucho más comedida, y también realista, porqué no decirlo, de lo que conocemos como gira, los riojanos han concentrado todo su esfuerzo en presentar este nuevo “recopilatorio” en dos fechas, Madrid y Barcelona, los pasados días 26 y 27 de Febrero.
Crónica de Dany Velasco de MetalCry.com
INNERVOICE
Así pues, a la espera de que 2015 sea más prolífico en cuanto a directos de TIERRA SANTA, en especial ahora que su nuevo guitarrista Eduardo Zamora ya parece asentado y preparado para solventar la papeleta de la marcha de Arturo Morras, antes tuvimos el placer de conocer a la banda de versiones (curioso telonero para un concierto como éste) INNERVOICE, también procedentes de La Rioja y que nos ofrecerían un concierto cargado de clásicos de los ’70 y los ‘80, un concierto al que, poco a poco, un público algo descolocado al principio, acabó entrando y disfrutando gracias al buen hacer de todos y cada uno de los miembros de la banda.
Comenzarían puntuales, a las 20:30, con clásicos de la talla del “King of Rock and Roll” de Ronnie James Dio y el “Burn” de Deep Purple para, un poco después, comenzar a ganarse al público con el “Livin’ on a prayer” de Bon Jovi, el “I Surrender” de Rainbow o el “Burning Heart” de los míticos Survivor.
Destacaría, sobre todo, la voz y presencia escénica de Itziar Berrade, capaz de desenvolverse con soltura y mucho aplomo (aunque con algunos fallos puntuales en las letras, cosa a mejorar en el futuro) con temas tan diferentes entre sí como el “Turbolover” de los Judas Priest, el “Out in the fields” de Thin Lizzy o un “Aces High” que representó el reto vocal más intenso de la noche para la riojana.
A destacar también la dupla de guitarristas formada por la experiencia y buen hacer de José Lázaro y el ímpetu y juventud de un voluntarioso Marcos Llorente, que nos hicieron disfrutar de lo lindo con su interpretación de clásicos como el “Doctor Doctor” de UFO o el “Future World” de Helloween, tema con el que Itziar declararía que nunca se van sin tocarlo en sus conciertos.
Agradable sorpresa y buen rato de calentamiento el que nos hicieron vivir todo INNERVOICE al completo, justificando totalmente su presencia sobre las tablas de la Sala Penélope de Madrid. Mi enhorabuena.
TIERRA SANTA
Un rato después llegaría el momento esperado por toda una Sala Penélope que, a pesar de las fechas en las que estábamos, en plenas Navidades en Madrid, registraría una más que aceptable entrada, sin duda buena muestra de que nos encontrábamos dispuestos, una vez más, a disfrutar del concierto de una de esas bandas que marcaron a toda una generación a finales de los años 90, registrando canciones que perdurarán en la retina de los fans del heavy metal cantado en castellano para siempre como parte de la historia de nuestro rock.
Precisamente eso era lo que venían a celebrar los riojanos TIERRA SANTA, la permanencia de su “Esencia” a lo largo del tiempo, algo que se traduciría, a la postre, en uno de los conciertos más potentes de la formación que yo recuerdo en el último lustro.
TIERRA SANTA cuentan con clásicos en su haber que son puro fuego en directo. Y así fue el concierto en Madrid… una concatenación de llamaradas que se apagaban entre tema y tema dado lo parco en palabras de Ángel en esos momentos, algo que ha sido, y será, una de las señas de identidad de la banda durante toda su historia.
Obviado este hecho, que mejoraría enormemente si los riojanos tuvieran la capacidad comunicativa de mantener la intensidad del concierto en todo momento, lo cierto es que viviríamos un concierto con una implicación y agradecimiento máximo por parte de toda la banda en todo momento, comenzando desde su fulgurante aparición con “Séptima Estrella”, con un Ángel tremendamente inspirado y capaz en términos vocales, y una banda que lo arroparía con sus virtudes durante todos los temas.
“Indomable” y “Sangre de Reyes” volverían loca a la audiencia, que esperaba impaciente escuchar los clásicos de la banda y que se encontraría con un setlist equilibrado y muy meditado, perfecto para que todos acabáramos exhaustos el concierto.
“Mi nombre será leyenda” y “El Azote de Dios” bajaron un poco las revoluciones de un show que volvería por todo lo alto a ser prácticamente mágico a través de cortes como “La leyenda del holandés errante” y “La sombra de la bestia”, uno de los cortes más celebrados de la noche, dado que tras él todo el público madrileño coreó al unísono el nombre de la banda.
El medio tiempo de “Otelo” fue otro de esos momentos de transición interpretados a la perfección por un grupo que cuenta con uno de los bajistas más carismáticos e implicados de la escena estatal, un Rober que no se cansaría, en todo el concierto, de agradecer, de sonreír y de dirigirse a los fans de las primeras filas. Una auténtica máquina del directo a la que, personalmente, doy las gracias por tantos años de devoción sobre los escenarios.
Volveríamos a subir las revoluciones con la cabalgada de “Juana de Arco”, el bien recibido “Caminos de Fuego”, la inspiradora “Libre” y la poderosa “Pegaso”, otra de esas canciones capaces de levantar toda una sala.
Y así continuaría un concierto de más de dos horas en el que, a pesar de algún fallo de sonido puntual, contaría con un gran sonido y unas grandes interpretaciones, perfectas para destacar temas como “David y el Gigante”, “Más allá de la vida” (quizás el momento más discreto de toda la noche), y una recta final absolutamente apoteósica, véase, sino, la lista de temas: “La momia”, “Nerón”, “Una Juventud Perdida”, “Héroe”, “Alas de Fuego”, “El bastón del Diablo”, “Legendario” y “La canción del pirata”… Historia viva del heavy metal español, un final de traca que, en especial en las últimas tres canciones, haría temblar toda la Sala Penélope en total concordancia con lo que representan esas canciones para ya más de una generación de oyentes de la música de unos riojanos que, en Madrid, demostraron estar en plena forma.
Crónica de Dany Velasco de MetalCry.com