Los fans del sonido más oscuro están de enhorabuena, los valencianos NOCTEM, abanderados del Black Metal español y una de nuestras bandas más extremas, tiene ya su nuevo disco en las manos. Bajo el título Exilium, prometían volver a volarnos la cabeza con un disco apocalíptico, y desde luego así lo han hecho.
Crítica de Andrés Miguel de El Lado Oscuro de la Luna
Exilium es el tercer trabajo de NOCTEM. Un trabajo que continúa la senda de su sucesor, Oblivion, explorando oscuros terrenos sin salirse de los cánones marcados anteriormente. Porque el Black Metal es un estilo muy especial, donde uno puede destacar, pero innovar es complicado y arriesgado. NOCTEM han buscado en Exilium un punto de equilibrio que los haga subir un peldaño manteniendo sus raíces a simple vista.
El sonido de la banda ha dado un nuevo giro, con la tremenda producción de Daniel Cardoso, que ha sabido sacar lo mejor del sonido extremo de la banda y compactarlo a la perfección. Además, los arreglos y orquestaciones aparecen sin reclamar el protagonismo, en los momentos más idóneos.
Es con una orquestación como empieza el trabajo, con una oscura y tétrica introducción de nombre Enuma Elish, que despierta los sentidos para la descarga de Apsu Dethroned, ahora sí, con toda la artillería extrema de la banda, una percusión endiablada y un Beleth inmenso, que pone todo su esfuerzo en plasmar una voz salida del averno.
La variedad se hace evidente en Decrepit Human Kingdom, sin orquestaciones, pero con varios cambios de ritmo y pasajes más técnicos, con partes lentas y otras completamente aceleradas. Más convencional se antoja Namtar’s Crown, un tema directo y efectivo que contrasta con The Rising Horns, con más protagonismo en las guitarras, que incluso juegan con el acústico en algún tramo.
La vena sinfónica vuelve con Halo of Repugnance, con unos coros iniciales y una estructura que vuelve a mostrar esa inquietud de la banda por buscar la variedad y no estancarse. Las orquestaciones van apareciendo en los intervalos en que cede el ritmo machacón. De nuevo las guitarras acústicas tienen su pequeña aparición, demostrando ser un recurso al gusto del grupo.
En la acústica se centra también Egregor, que resulta ser un siniestro interludio para conectar con The Splint of Destinations y la recta final del disco. Eidolon y The Adamantine Doors ponen la guinda, de la forma más extrema posible, a un disco lleno de rabia y destrucción, pero al mismo tiempo muy bien trabajado y estructurado.
NOCTEM se encuentran en ese punto donde cuentan con los medios para hacer que su música crezca, y pueden hacer discos impresionantes, pero al mismo tiempo deben mantener sus raíces, y el sonido que les ha hecho ser la banda que son hoy en día. Con Exilium, NOCTEM han conseguido ese equilibrio perfecto entre el sonido más extremo, y la técnica que conlleva la experiencia de sus músicos. Un disco que supone la madurez, y la consagración de una banda única en su género.
Crítica de Andrés Miguel de El Lado Oscuro de la Luna