Tras unos minutos bastante largos esperando lo mejor de la noche, sobre las diez AIRBOURNE hacia acto de presencia con la melodía que había estado sonando entre el público toda la tarde. “Ready To Rock” fue como una inyección de adrenalina para todos, incluidos los australianos.
Después de muchos meses esperando toda una descarga de rock n’ roll de la mano de los hermanos O’Keeffe, por fin llegó el día para que La Riviera de la capital se llenara de energía y decibelios. Con mucha gente que cambió su siesta por un hueco en las primeras filas, en el exterior del recinto se respiraba un ambiente de fiesta y sobre todo muchas ganas.
Crónica de Andrea Dominguez de The Metal Circus
Tras un pequeño retraso en el horario por causa de una mesa de mezclas averiada, y con la melodía de “Ready To Rock” en las gargantas de un público impaciente (que reclamaban precisamente eso, de la mejor manera posible), la sala empezó poco a poco a llenarse, transmitiendo la sensación de un futuro éxito.
A los diez minutos de la apertura de puertas, CORRODED salió al escenario para amenizar la entrada a la sala del público. “Let Them Hate As Long As They Fear” fue la elegida para presentarse esta noche, seguida de “More Than You Can Chew” con la que lograron ganarse al público y disfrutar con él el resto del bolo. “Age Of Rage” y “Time And Again” hasta fueron acompañadas por palmas y gritos, todo un logro para una banda mayoritariamente desconocida (e inesperada) frente a un público que espera a uno de los grupos más grandes del género hoy en día. Para acabar, y dejar incluso ganas de más tras un concierto muy breve, cerraron con “I Am The God” y “6 Ft Of Anger”. Muy correctos para empezar la noche, y con muy buena aceptación del público que más tarde arrasaría con sus CD’s.
Para seguir, ahora sí, con lo esperado, los ingleses BLACK SPIDERS salen a escena para seguir preparándoles el terreno a los australianos. El público reaccionó muy bien y se entendió muy bien con la banda. Empezaron con “KISS Tried To Kill Me” y de nuevo el público reaccionó bien. Por muchos nervios que hubiera, los teloneros hicieron bien su trabajo y siguieron tocando toda su actuación frente a un público cada vez más entregado. “Stay Down”, “Stick It To The Man” y “Trouble” se fueron sucediendo entre algún grito de “Fuck You Black Spiders” animado por ellos mismos. Para acabar tocaron temas como “Teenage Knife Gang” o “What Good’s A Rock Without A Roll”, con el que cerraron un concierto entretenido, que no debe ser cosa fácil con lo que venía después.
Tras unos minutos bastante largos esperando lo mejor de la noche, sobre las diez AIRBOURNE hacia acto de presencia con la melodía que había estado sonando entre el público toda la tarde. “Ready To Rock” fue como una inyección de adrenalina para todos, incluidos los australianos. Continuaron con “Too Much, Too Young, Too Fast” y “Girls In Black”, con las que comenzaron las conocidas aventuras del cantante. Esta vez, la que abrió la caja de pandora fue subirse a hombros de un técnico y recorrer La Riviera mientras sonaba un solo increíble que no podía ser de David Roads… Increíble lo que llevábamos en 10 minutos y lo que aún nos quedaba por ver.
“Back In The Game” y “Diamond In The Rough” vinieron en un momento en el que se intentaba más disfrutar de la banda que enloquecer, así que fueron las dos últimas en las que se guardó la calma, porque después vino “Black Dog Barking”, coreada hasta en la última esquina de la sala. Siguiendo el espectáculo, nuestro cantante y guitarra solista sacó un foco enorme para alumbrar al público, de nuevo interactuaba con él para lograr ese ambiente de concierto de Rock n’ roll que tanto nos gusta.
Botella en mano llegó una de las favoritas, “Cheap Wine & Cheaper Women”, durante la cual en un parón animó a todas las chicas a subirse a hombros de alguien antes de acabarse junto con su hermano el vino. Todo el mundo lo estaba pasando bien y seguramente el repertorio tenía algo que ver. La siguiente canción fue “No Way But The Hard Way” con latas de cerveza rodando por el escenario, y un público entregado al 100% ante un concierto de sobresaliente.
Antes de un pequeño descanso, llegó “Stand Up For Rock N’ Roll”, con otra intro que pone a la gente en situación desde la primera nota, transmitiendo una motivación que solo se puede entender estando en las primeras filas de la Riviera, dónde no había ningún segundo de tranquilidad, intuyendo que quedaba poca noche. Y efectivamente, porque llegaban ya los bises con su parte buena y mala. Era el final, pero eran temazos que había que seguir disfrutando como el primero.
Para continuar el concierto, el guitarrista nos despertó con una sirena que hacía sonar con una manivela, para que tras ella empezara a sonar “Live It Up” y el ambiente del público llegara a superarse. De nuevo tuvimos a Joel entre el público, esta vez para pasearse por las primeras filas como si fuera su casa, cogiendo carteles y chocando manos mientras salía otro solo de sus cuerdas. Tras volver al escenario, y con solo dos temas en la recámara, sonaron “Raise the Flag” y la indispensable “Running Wild” que sólo sirvió para dejar una energía en el público que ni siquiera pudo mitigarse con las latas que reventó en su cabeza el frontman.
No fue un concierto corto, pero sí que nos dejó con ganas de más, a pesar de una intensidad que muchas otras bandas tendrían que envidiar. Y así termina un lunes de Rock n’ Roll que no se pudo alargar mucho más, pero que dejó a todo el mundo satisfecho y contento de haber visto uno de los mejores directos que hay ahora en la escena.
Crónica de Andrea Dominguez de The Metal Circus