Desde luego que hasta que no se lanzó “Kingmaker” y puso las cosas en su sitio, la sombra de la duda se cernió sobre los seguidores de Megadeth, puesto que el tema título fue el primero en ver la luz para ir promocionando este disco, mostrando la cara más melódica del cuarteto del suroeste estadounidense.
Y no es que le neguemos a Mustaine el derecho a poder sonar más allá del ámbito netamente metalero, nos encantan temas como “A Tout Le Monde”, “Almost Honest” o “Crush’Em”, sino que, objetivamente hablando, y aunque para gustos colores, “Super Collider”, la canción, no es gran cosa.
Puntuación: 6,5
Crítica de Pablo Gómez de MariscalRock.com
Tampoco el álbum al que pertenece pasará a la historia como uno de los mejores de Megadeth, ni siquiera uno de los mejores en el presente siglo, pero desde luego que, rebuscando un poco, encontramos mejor material.
Mismamente “Burn!”, que le sigue. Su estribillo, muy clásico, de inspiración rockera aunque sin perder fuelle, me parece interesante.
Shawn Drover demuestra un absoluto dominio del doble bombo en “Built for War”, y al loro con los coros en la parte intermedia, con cierto aire spaghetti western.
Me gustan las líneas de voz de “Off the Edge”, aunque la estructura puede acabar tornándose un tanto repetitiva. Todo lo contrario que ocurre con un “Dance in the Rain” in crescendo que empieza a medio gas, con el cantante recitando, y termina con el metrónomo revolucionado y todos los músicos dando lo mejor de sí. Por cierto que colabora David Draiman de Disturbed.
Y desde luego que peculiar es esa fundición de metal y lóbrego country en “The Blackest Crow”, con violín y un ganjo tocado por Chris Broderick.
Que no te engañe el inicio de “Don’t Turn Your Back”, que le sigue uno de los riffs más aplastantes de todo el trabajo. En otra tesitura, también muy bueno es el de “Cold Sweat”, la versión de Thin Lizzy que despide el LP.
Adecuando el tono a las posibilidades actuales de la garganta de Mustaine, se trata del primer álbum del grupo afinado en Re, haciendo que su voz suene un poco más grave de lo habitual.
Por otro lado, Vic Rattlehead no aparece en la portada pero está muy presente en el libreto del álbum.
No es mal disco, pero sabe a poco para lo que nos tiene acostumbrados el grupo.
Crítica de Pablo Gómez de MariscalRock.com