Con un fin de semana repleto de conciertos de metal, especialmente el sábado, acudimos a La Riviera para la presentación en directo del interesantísimo proyecto «Malefic Time» de mano de AVALANCH y su «Apocalypse», última obra maestra de los del Principado.
Buena entrada con algo más de la mitad de la sala, aunque el público tardó en llegar masivamente y he de decir que me alegro de tener a AVALANCH de vuelta a una sala grande y no sólo porque el espectáculo tal y como estaba planteado requiriera un escenario amplio, sino porque por trayectoria y valía sin duda lo merecen.
Crónica de J. José Jiménez de RafaBasa.com
Lamentablemente todo parecía torcerse ya desde el primer momento, con una larga espera hasta que comenzara la actuación –no había teloneros- aunque al menos alguien tuvo el buen gusto de amenizarnos la espera con las dos últimas maravillas discográficas de Opeth. Parece que la pantalla central estuvo dando problemas y al final no permitía proyectar todas las imágenes y vídeos que tenían preparados, funcionando sólo con las dos laterales, aunque la de la derecha parece que también les dio problemas.
El sonido comenzó siendo un pastiche ininteligible sobre todo en la primera mitad y aunque posteriormente se arreglara algo, no estuvo a la altura de las circunstancias en momento alguno. Por si fuera poco, los focos tampoco «lucieron». Cumplieron su función pero apenas dieron un juego vistoso o bonito, sobre todo acorde al espectáculo.
De verdad es una pena, porque una propuesta artística que aúne heavy metal y arte pictórico sobre el guión –o casi debería decir sobre el lienzo- resultaba de lo más interesante, pero al final los diversos imprevistos terminaron por deslucir lo que podría haber sido una gran noche, en la que incluso la participación de la familia Royo pintando en escena mientras AVALANCH tocaban en directo se hizo hacia el final, de forma apresurada mirando el reloj pues la hora de cierre de la sala no perdona.
Nada que reprochar, no obstante, a unos músicos que como siempre son unos profesionales y una de las mejores bandas que tenemos la suerte de tener en nuestro país, capeando el temporal de la mejor manera posible. Y es que como pensé, una cosa es la preparación en el local de ensayo que como siempre fue encomiable en cuanto a interpretación, pero para un espectáculo así se requiere realizar ensayos generales con el escenario montado, medir tiempos y coordinación entre técnicos, como si de una obra de teatro se tratara, encareciendo los ya de por sí significativos gastos de producción, algo sólo a la altura de unos pocos. En todo caso, de cara al concierto de Barcelona ya cuentan con la experiencia de Madrid y estoy seguro de que todo saldrá mucho mejor.
Sobre las nueve de la noche se apagaban las luces y casi cinco minutos tuvimos que esperar hasta que dispararan la intro con imágenes y la locución de Ramón Lage. La descoordinación continuaba con la banda saltando a escena atropelladamente, con el micrófono apagado (luego subieron la voz a un nivel altísimo hasta que la ajustaron finalmente) y con las luces apagadas durante el comienzo de «Malefic Time».
El primer bloque de temas estuvo compuesto por el último álbum con la inicial «Malefic Time» seguidas de «Baal», «La Augur», «Lilith», «Spread your Wings» y la instrumental «Lost in Saint Patrick» (preciosa interpretación de Alberto) que lo cerraba. Me resultó curiosa la actitud de un público que se conocía las canciones porque les veía cantarlas, pero permanecían estáticos, animándose algunos sólo en los estribillos. Cierto es que se estaban proyectando imágenes en las pantallas laterales (en la central sólo aparecía el logo en negro) pero tampoco era como para estar pendientes de ellas en todo momento.
Y es que tras una breve introducción de Chez, un teclista que cada día me sorprende más, «Vientos del Sur» (con unos arreglos y variaciones por parte del mentado Chez preciosos) pondría los pelos como escarpias a todo el respetable. Todo un cambio de actitud por parte de la audiencia que, barreras idiomáticas aparte, me sorprendió y mucho. Y es que una vez terminada la mítica balada de «Llanto de un Héroe» toda la sala coreaba el nombre de AVALANCH al unísono.
«Niño» continuaba con la sesión de clásicos sin la famosa locución de la voz narrada entre medias. Tras ella vino la tripleta de canciones que tuvieron su videoclip en el pasado: «Lucero» coreadísima y hasta diría que de las que mejor sonaron de la noche, «Alas de Cristal» y «Mil Motivos». Tras «Aún Respiro» el público comenzó a solicitar un «Torquemada» que no cayó esa noche, siguiendo con un «Pies de Barro» enorme, pese a las circunstancias sonoras y cerrando el set de clásicos con un como siempre poderoso «Lágrimas Negras» donde la audiencia estuvo muy participativa.
Me hubiera gustado oir algún tema recuperado, como por ejemplo «El Ángel Caído» (que hace ya algunos años se quedó en el tintero) o «Caminar sobre el Agua», o incluso temas no tan antiguos como «El Hombre Solo», «Torres en el Cielo» y «Sin Rumbo», aunque seguro que en futuros conciertos tendremos oportunidad de volver a disfrutarlos.
Mutis de la banda y larguísima espera hasta que salieron Luis y Rómulo Royo a las once menos veinte (a en punto había que poner el punto y final) dibujando sobre un lienzo que habían dispuesto en el suelo. Una cámara reflejaba lo mejor que podía los movimientos de padre e hijo lo cual visualizábamos sólo desde la pantalla lateral izquierda. Al poco salían los músicos para interpretar el instrumental «9th Snake» colocandose donde buenamente podían, aunque se les notaba nerviosos, incluso Alberto entró antes de tiempo en el cambio de ritmo después de su solo, algo nada habitual en el.
Una vez finalizada la ilustración, levantaron el lienzo mostrando al personaje Marduk y uniendose Ramón para interpretar la canción dedicada al mismo, sin desdeñar un ápice de la agresividad del tema en el álbum.
«Voices from Hell» con esas desquiciadas voces reproducidas fielmente en directo ponía un extraño punto y final ya que aunque es una gran canción y sonó cañerísima, no es un tema representativo como para terminar un concierto con el.
Como decía, una lástima que una propuesta tan interesante se quedara a medias por problemas de coordinación e imprevistos. Me alegra mucho ver a AVALANCH volver a una sala de grandes dimensiones y espero que en el futuro esta sea la tónica y por supuesto animo a todos los que estuvieran allí aquella noche por vez primera o tras un lapso de tiempo importante sin verles a darles una nueva oportunidad en un concierto estándar porque sin duda acabarán encantados con la experiencia.
Crónica de J. José Jiménez de RafaBasa.com