THERION vuelven a comenzar de cero. Y es una pena, pero lo cierto es que tras la desbandada de 2008, Christoffer Johnsson ha tenido que volver a comenzar con una banda casi nueva por completo, y además con la difícil tarea de superar un «Gothic Kabbalah» que ya con su anterior formación hubiera resultado difícil, algo que desde ya adelanto que no han conseguido…
Puntuación: 8/10
Crítica de Jorge del Amo Mazarío de RafaBasa.com
El carrusel de cambios, idas y venidas ha sido realmente extenso, por eso paso a detallar sin más la formación que encontramos en este esperadísimo «Sitra Ahra», que posiblemente terminemos antes: Christoffer Johnsson sigue siendo el alma de THERION, como desde sus inicios en 1987, y como de costumbre, además de la composición se ha encargado de la guitarra, y los teclados y programaciones. En la otra guitarra aparece como de la nada el desconocido Christian Vidal, un buen guitarrista de la confianza de Thomas Vikström cuyo papel es poco más que de figurante, mientras que al bajo nos topamos con Nalle Påhlsson (VINDICTIV, TREAT), a quien le ha costado bastante menos sustituir a Johan Niemann… En cuanto a los vocalistas, Snowy Shaw se mantiene con respecto a «Gothic Kabbalah», mientras que Thomas Vikström debuta en el estudio sustituyendo a Mats Levén, a quién ya reemplazó en los escenarios hace dos años largos. En la sección femenina, la única que permanece es la maravillosa voz de Lori Lewis, porque Katrina Lilja no ha grabado en este nuevo trabajo, aunque parece que sí que permanece como vocalista de gira, algo que como luego detallaré también se ha visto muy reflejado en el producto final.
A nivel de producción, el resultado es intachable. El disco se grabó entre 2009 y 2010 en los Polar Studios de Estocolmo bajo la producción y almirantazgo del propio Christoffer Johnsson, y el sonido es sencillamente el que tiene que ser, tan bueno o mejor que el de los últimos discos de THERION, detallado, cuidado, recargado… toda una superproducción perfecta de las que se hacen hoy en día y de las que tan bien le vienen a la música de esta grandísima y singular banda sueca. Además, esta vez me gustaría destacar también la portada, obra de Thomas Ewerhard, que me ha parecido muy en la línea de sus últimos trabajos, muy acertada e interesante, conservando la línea estilística del grupo y evocando igualmente el universo que esconde la música que envuelve.
Hablando ya de esta música, me gustaría comenzar subrayando doblemente si fuera necesario que «Sitra Ahra» no es para nada un mal disco y que todos y cada uno de sus fans reconocerán a THERION en él. De hecho, creo sinceramente que la culpa de que este duodécimo disco de los suecos me haya dejado un sabor un tanto agridulce es que los tres anteriores eran «demasiado buenos». Sea como sea, este es ante todo un disco de transición y como tal deberíamos tratarlo, ya que los cambios están todavía muy recientes y son demasiados de un trabajo para otro como para que esperemos su mejor disco hasta la fecha, incluso cuando Christoffer es quien compone y es el 90% del grupo. Decía antes que «Sitra Ahra» tiene todo lo que un seguidor del grupo espera y así es, aunque notablemente minimizado con respecto a «Sirius B/ Lemuria» y «Gothic Kabbalah». La música está compuesta desde el enfoque habitual, una voluptuosa fusión de música clásica/ operística con metal, plagada de matices, de giros, de texturas, de épica, de voces portentosas, de coros preciosistas, toda la parafernalia habitual en THERION está ahí como siempre, en un disco que por cierto tiene muchísimo más que ver con «Sirius B/ Lemuria» (y anteriores) que con «Gothic Kabbalah», un claro retorno a los THERION más clásicos y rimbombantes que gustará a unos más que a otros, y que de hecho diría que es uno de los discos más orquestales y teatrales que han hecho hasta la fecha, el menos compensado en ese aspecto. De ahí viene una de mis principales objeciones, y es que echo muchísimo de menos las virtudes técnicas de Kristian Niemann y ya no sólo eso, sino la presencia de una segunda guitarra más visible, pues a pesar de que en teoría hay dos, el disco parece falto de más caña a las seis cuerdas, de un sonido algo más grueso, más contundente, pues por momentos parece algo vacío, algo pobre… En lo que a las voces se refiere, Lori Lewis ha cuajado una actuación impresionante de cabo a rabo, mejor si cabe que la de «Gothic Kabbalah», pero nuevamente parece algo sola en el conjunto, falta de una segunda voz femenina que no ha habido esta vez. En cuanto a la sección masculina, Thomas Vikström no es, obviamente, Mats Levén, y eso se ha notado muchísimo en este disco. No digo que sus partes sean mejores ni peores, sino que son muy diferentes, y que a mí, subjetivamente, me gustaba muchísimo más el puntito desgarrado y rockero que le imprimían las voces de Mats que las de Vikström, que están más en tierra de nadie, por así decirlo. En cuanto a Snowy, su interpretación ha cambiado notablemente con respecto a «Gothic Kabbalah», y ahora se muestra mucho más oscuro, empleando muy a menudo distorsión vocal, bastante más que hace tres años.
En lo que se refiere al desarrollo en sí del disco y a la dirección compositiva del mismo, ya hemos dicho que sin dejar el metal, es un disco de inspiración mucho más clásica que de costumbre, razonablemente alejado de «Gothic Kabbalah» y más relacionado con trabajos como «Lepaca Kliffoth» o «Vovin», por ejemplo, un disco que sin que tenga que ver con lo anterior, a mí se me hace algo más pesado por momentos que aquellos citados grandes discos supongo que por el propio desarrollo del mismo, algo más denso, incluso cuando es más corto que su predecesor. Aquí hay menos letras pegadizas, menos rock, menos melodías vocales o temas «cantables», y más solemnidad, más THERION a palo seco, por así decirlo. Vamos a verlo, de todos modos.
El disco comienza con el tema homónimo, un tema que me ha gustado mucho y más para empezar, y que a priori nos puede hacer pensar que no hay tanta diferencia entre este nuevo y su predecesor. El riff inicial es de lo más heavy del disco y las estrofas funcionan realmente bien, donde me encanta escuchar a Lori cantar de manera más natural. El estribillo además es muy corístico pero efectivo, por lo que no importa que sea uno de los temas menos recargados y más sencillos del disco, muy bueno para empezar. En «Kings Of Edom» se va viendo ya el cariz que va tomando el disco aunque poco a poco. Las orquestaciones ganan protagonismo y se muestran exquisitas, mientras que por contra creo que hacer cantar a Thomas en registro operístico es un craso error. Muy buen solo melódico aunque obviamente falto de la técnica de Kristian Niemann, en un tema que todavía conserva esos simples acordes de guitarra que le dan el toque heavy. Por su parte, no faltan los constantes parones y cambios de tempo que no solo en este, sino que en todo el disco campan a sus anchas, con guitarras acústicas, flautas y todo tipo de instrumentos adornando el paisaje que THERION evocan con su música, aquí especialmente, en uno de los mejores y más completos temas del disco (y también de los más largos).
«Ungentum Saabati» arranca con la maestría con que sólo este grupo puede hacerlo, y luego nos muestran su cara más heavy en las estrofas con un Snowy protagonista, con mucha trompeta de por medio y mucho coro, aunque menos orquestación y preciosismo. Buen tema pero algo repetitivo. Luego en «Land Of Canaan» todo cambia. Es el tema más largo del disco, el más progresivo y seguramente también el más novedoso, una locura que no asocio a nada que THERION hayan hecho hasta entonces y en el que recargo lo de «progresivo», porque realmente suena a metal progresivo pasado por el tamiz de los suecos, lleno de guitarras experimentales, giros, guitarras entrecortadas (por cierto, que si tengo que mencionar algo que cambiaría es el sonido de las guitarras, algo artificial, desde mi punto de vista) y hasta secciones alucinantes de guitarra acústica con armónica, flauta y partes donde la melodía se apodera de todo. Para mí, este es sin duda el mejor tema del disco.
La cosa sigue con «Hellequin», un tema más THERION, por así decirlo, con una melodía muy definida que se mantiene durante casi todo el tema, con muy buenos coros, sobre todo, y un solo de hammond muy curioso al final. «2012» es un tema bastante más metalero e inquietante, sobre todo en ese inicio con un buen riff eminentemente heavy y la voz de Snowy en plan agudo, donde no puedo evitar cerrar los ojos y escuchar a Mats. Mejorable en ese aspecto, sin duda. Luego esa oscuridad de los coros apocalípticos gravísimos mezclados con las voces más agudas se va entremezclando con ese Snowy de voz aguda, en una de las estructuras más sencillas del disco. Por su parte, «Cú Chulainn» ha sido uno de los temas que más me ha gustado a nivel personal, no porque sea el mejor, sino porque es muy diferente al resto y queda realmente bien en el transcurso del CD. De hecho es probablemente el corte más sencillo del disco, unas estrofas de metal puro y duro, con unas guitarras muy crudas y transgresoras junto con la voz de Snowy, y un estribillo diametralmente opuesto, super sinfónico, grandioso, con una melodía coral muy facilona y pegadiza.
«Kali Yuga, Pt. 3» recuerda mucho a los THERION del «Theli», un tema que mezcla de nuevo bastante bien los THERION más guitarreros, más metaleros, con los más épicos y barrocos, aunque el tema en sí me resulta algo insulso, un poco pesado quizás, algo falto de vida. Con «The Shells Are Open» THERION vuelven a sorprender con un inicio a lo Kusturica al que después se van uniendo los coros y las guitarras, una gran composición que desde luego aporta mucho de nuevo a su concepto y al disco, pues es un tema también bastante impredecible. Ya al final, «Din» nos levanta de la silla con el tema más corto del disco y también el más heavy, con un tempo aceleradísimo, con unas guitarras melódicas enormes detrás (aquí sí), y en el que hay tanto voces guturales más bien defectuosas como falsete que pretende llegar a agudo, algo que desluce un poco el tema. Mención especial también a las enormes bases del tema, a su pegada y al ‘blastbeat’ del último tercio de tema, más curiosidad que otra cosa… El final que ofrece «After The Inquisition: Children Of The Stone» es una delicia de orquestación pura y dura, una composición realmente agradable, pausada, sin alardes pero muy bien adornada tanto por el clarinete que suele dibujar la melodía principal como por el coro de niños como por la orquestación de fondo, de banda sonora, como por los propios coros del grupo, tan brillantes como de costumbre, un tema también diferente que del mismo modo en que «Sitra Ahra» abría magistralmente el disco también lo cierra de forma inmejorable, especialmente con el magistral final del tema.
Un muy buen disco de THERION, que no supera sus últimas ediciones por las propias virtudes de estas más que por los defectos de un «Sitra Ahra» que los tiene pero que a su vez supone un nuevo inicio más que esperanzador para todos aquellos que no encontraron a los THERION más clásicos en «Gothic Kabbalah». Un giro argumental interesante pero que tendrá que concretarse en el futuro.
Jorge del Amo Mazarío (jorge_del_amo@rafabasa.com)
Lista de temas:
- Introduction/Sitra Ahra
- Kings Of Edom
- Unguentum Sabbati
- Land Of Canaan
- Hellequin
- 2012
- Cú Chulainn
- Kali Yuga, Pt. 3
- The Shells Are Open
- Din
- After the Inquisition: Children of the Stone