Mucho se podría debatir y discutir acerca de la banda y su devenir en el último lustro… quizá entre todos la mataron y ella sola se murió… Theatre of Tragedy es una banda veterana y que las ha visto de todos los colores dentro del negocio. Seguramente nunca se les ha hecho toda la justicia que merecían.
Crónica de Metal Synphony
Ellos inventaron el Gothic Metal de dos voces, gutural y operística. Ellos reinventaron una forma de llevar la exaltación de la tristeza y la melancolía un paso más allá. Tras ellos llegó la generación de oro del Gothic Metal con bandas como Tristania, The Sins of thy beloved, los mismísimos Lacuna Coil que les telonearon en la gira del “Musique”. Hay muchos que ya no se acuerdan de aquellos viejos días de los años noventa en los que no existía internet. Los que sí lo hacemos veneramos “Theatre of tragedy” y “Velvet darkness they fear” y los que no, veneran “Storm”, “Forever is the world” y hasta la etapa electrónica de “Musique” y “Assembly”.
Aún recuerdo aquél 02 de febrero de 2000 cuando Theatre of Tragedy se presentó por vez primera en la ciudad condal, con entradas agotadas en la sala Garatge, el mítico emplazamiento de los conciertos de metal extremo. Una velada inolvidable.
La noche del 18 de marzo de 2010 será recordada por la enésima torpeza de los promotores españoles… mismo día, misma ciudad Katatonia en un escenario y Theatre of Tragedy en otro… ¿a quién favorece este hecho? Como siempre, los perjudicados son los fans, que para más inri, gustan de las dos bandas, y los propios músicos que ven como no consiguen un éxito en su comparecencia.
La ceremonia empezaba con los también noruegos Where Angels Fall, una joven banda de Gothic Metal que debutaron en 2004 con el EP “Dies irae” y que en 2008 editaron “Marionnettes”. En cerca de una hora de actuación desgranaron temas de toda su discografía y presentaron un nuevo tema, “Beyond repair”.
La banda sonó compacta y homogénea mientras la presencia de Eirin Bendingsten copaba todo el escenario. Pese a no aportar nada nuevo al género demostraron muy buen saber hacer. Se les notó nerviosos en los primeros temas pero poco a poco se sobrepusieron hasta encontrarse cómodos encima del escenario y justo cuando más disfrutábamos los presentes se marcharon.
“Diesi rae”, “Freeze me” o “Feed on depression” mostraron las cualidades del cuarteto mientras “Beyond repair” sigue sonando gótica aunque en una vertiente bastante más moderna y comercial… quizá seducidos por el éxito de Lacuna Coil puedan hacer evolucionar su propuesta hacia cotas más accesibles. Sin duda unos perfectos teloneros.
WHERE ANGELS FALL set list:
- Marionettes
- Freeze me
- The game
- Female stigma
- Edge of sanity
- Indifferent
- Dies irae
- Feed on depression
- Beyond repair
- Lux aeterna
A las 22h00, puntuales cual ritual ancestral, se alzó el telón, por última vez en Barcelona, y Theatre of Tragedy aparecieron sobre el escenario con Raymond y Nell aún entre bastidores. “Hide and seek” era el preludio de una gran noche. El sonido era apabullante, nada que ver con sus predecesores. La banda se mostraba contundente y, entre aplausos, salieron a escena los vocalistas que me mostraron muy compenetrados y que, por momentos, parecían demasiado acaramelados… Quizá nadie esperaba esa fuerza ya de inicio, yo el primero. Unas 200 personas empezábamos a disfrutar del concierto, dejándonos llevar por la sutileza de unas melodías grandilocuentes.
Esta primera representación de “Forever is the world” era antagónica a lo que se aprecia en el disco pues en vivo se visualiza más a un combo que a una banda con Vegard y Krank especialmente fríos, cada uno en su lado del escenario. No se cruzan miradas cómplices entre los músicos. Ray y Nell sonríen y se sonríen aunque tampoco hay excesiva comunicación con la concurrencia. Todo esto queda tapado con una calidad musical exacerbada y con unas canciones que forman parte, en muchos casos, del ABC del Gothic Metal.
A las primeras de cambio se destapan con “Bring forth ye shadow” y las emociones afloran. Suben los decibelios en la sala. Miro a Hein que tras los parches golpea los bombos con fuerza. No puedo evitar acordarme de Liv Kristine aunque Nell cumple por encima de mis expectativas con los temas clásicos. Los primeros acordes de “Lorelei” traen consigo la primera gran ovación de la noche pues no hay que olvidar que “Aégis” es el gran éxito en forma de ventas de su carrera. El sonido seguía siendo muy nítido y los teclados de Lorentz cobraban especial protagonismo. Las primeras filas seguían vibrando en comunión con los músicos y eso demostraba una vez más que los temas de toda la vida tienen un gancho especial.
En un viaje en el tiempo deciden regresar a la “etapa Nell” con “Frozen” y “Ashes and dreams” que relajan la atmosfera y que cobran una fuerza inusitada en vivo. No hacen bajar la temperatura. La mantienen. La calidez ambiental es total y los temas se suceden a ritmo de vértigo. Eso sí “Ashes and dreams” refleja que Nell no es Liv Kristine. Que tiene sus vertientes pero su voz es mucho más superficial. Menos profunda. Y por ello le doblan la gran mayoría de voces con coros pregrabados. Esperaba “A rose for the dead” con especial devoción. Visto con perspectiva no fue su mejor versión aunque tampoco desentonó. Nell se contonea de espaldas a la audiencia apoyada en el pie de micro en una imagen de lo más sugerente. Vuelta, ya, hacia nosotros no duda en apoyarse en los PA para mostrarnos su vertiente más exótica. Tiene un punto más de atrevimientos que Liv Kristine.
“Fragment” recupera “Musique”, un fantástico álbum que sorprendió a propios y extraños y que les permitió girar por la Península por ver primera. Y única hasta este 2010. No era más que el preludio de uno de los grandes momentos del conciertos de la mano de “And when he falleth”. Uno no puede evitar emocionarse al escuchar esta pieza en vivo con teclados ensoñadores y Raymond vociferando en inglés antiguo. Las guitarras se mantienen afiladas sin llegar a ser Tommy Lindal ni Geir Flikkeid. Me dedico a observar la mirada de Raymond y da la impresión que nos observa a todos, nos mira y piensa, parece inmiscuido en sus propios adentros. No éramos muchos los que estábamos en Salamandra esa noche pero los que habíamos teníamos que estar allí para despedirles. Muchos estuvimos en Garatge.
“Hollow” cruza el ecuador del concierto y “Storm” arranca muchas ovaciones pues se trata de uno de los nuevos clásicos y Nell se encuentra muy a gusto cantando esta canción. La gente corea y ayuda, por momentos a Nell. El concierto sube varios enteros y “Cassandra” promete más emociones fuertes. La realidad es otra. Todo lo contrario. Nell hace una de las peores interpretaciones que recuerdo, trata de cantar en un tono de voz excesivamente elevado. El inicio de las canciones con teclados ambientales y guitarras fuera de lugar hacen de la canción una nueva versión que tampoco ayuda. Poco a poco se entonan pero el resultado final termina por ser decepcionante. Tan solo la ilusión y la excitación de escuchar “Cassandra” en vivo mantienen en pie el espíritu de la canción. Realmente prescindible. Visto lo visto agradezco enormemente a la banda la no interpretación de “… a distance there is…” pues hubiera sido realmente duro. Un sacrilegio, vaya.
El concierto encaraba su recta final con “A Hamlet for a slothful vassal”, el primer clásico de la banda y la única referencia a su primer álbum en toda la noche. Los pelos como escarpias pues la banda supo mantener la esencia de la canción y los presentes agradecimos la ofrenda. La banda se retiró entre vítores para volver poco después. Realmente no se hicieron esperar.
“Fade” abría los bises y realmente no alcanzo a entender el porqué dejan este tema para el tramo final y de dejan por ejemplo “Image”. Sea como fuere “Machine” hizo las delicias del respetable y “Der tanz der schatten” culminó un concierto sensacional. Emotivo, sentimental y sincero. “Der tanz der schatten” nos anunciaba el irremediable final. El fin de una historia. Ese concierto era la crónica de una muerte anunciada. Al final del concierto la banda atendió a todos sus fans en el stand de merchandising con simpatía, agrado y cariño. Fotos, autógrafos, dedicatorias, sonrisas mil y comentarios para hacer que la banda se replantease su futuro.
En un rincón de la sala tuve oportunidad de compartir una interesante y agradable conversación con Raymond en la que debatimos aspectos de la banda, hablamos de pasado, presente y futuro e intercambiamos experiencias relacionadas con la banda y su música. Poco puedo revelar por ética personal y profesional pero sí os diré que varios componentes de la banda, entre ellos Hein Frode Hansen y Frank Claussen seguirán ligados a la música en un nuevo proyecto junto a Tommy Olson (guitarrista de Theatre of Tragedy en “Aégis”) y que Raymond deja la música pues es arquitecto.
El próximo 2 de octubre la banda cerrará definitivamente las puertas del teatro en Stavanger en un evento que será histórico y donde se bajará el telón de una de las funciones más recordadas.
Sin duda, el Gothic Metal no hubiera sido lo mismo sin Theatre of Tragedy y muchos grupos les deben mucho. TOT nunca han reclamado nada a nadie, siempre han seguido sus instintos, siempre han escrito lo que han sentido. Yo sí les debo mucho aunque por mucho que escriba no pueda cambiar el curso de su historia ni devolverles lo que significan sus primeros discos para mí. Por siempre jamás Theatre of Tragedy.
Alivio de luto.
Texto y fotos: Marc Gutiérrez (crónica en colaboración con Empire Magazine, www.myspace.com/empire_magazine)
THEATRE OF TRAGEDY set list:
- Hide and seek
- Bring forth ye shadow
- Lorelei
- Frozen
- Ashes and dreams
- A rose for the dead
- Fragment
- And when he falleth
- Hollow
- Storm
- Cassandra
- A Hamlet for a slothful vassal
- Fade
- Machine
- Der tanz der schatten