Cuando SARATOGA decidieron volver a los escenarios con Tete Novoa como cantante, la expectación fue máxima. La gira de regreso cosechó un éxito abrumador allá donde fue a parar, desde países latinoamericanos a nuestra península, sin obviar su llegada a Estados Unidos.
Con “Morir en el bien, vivir en el mal” se llevaron más de un reconocimiento por el trabajo y los fans, en su mayoría, quedaron más que satisfechos con el trabajo. Aún no habíamos escuchado los temas del nuevo disco en directo en Madrid, y el sábado 4 de febrero, en la Sala But, pudimos comprobar al fin si los temas en directo suenan igual de bien que en el disco.
Echando en falta algún telonero por parte de algún asistente, tuvimos que esperar hasta pasadas las nueve de la noche para disfrutar de la música de una de las bandas más consolidadas de nuestro país. Hubo un buen número de personas que se negaron a perderse el regreso de SARATOGA a su ciudad un año y un mes después de que tocaran en La Riviera.
Poco a poco iban saltando al escenario los componentes del grupo. Una calurosa bienvenida para Dani Pérez, Jero Ramiro, Niko del Hierro y, por último, Tete Novoa. El concierto arrancaba con el riff de “Perseguido” un tema del nuevo álbum y con el lanzamiento de serpentina al público a través de los laterales del escenario.
Ya desde el primer momento pudimos palpar que disfrutaríamos de un sonido más que aceptable tras lo que tenemos que vivir en algunos conciertos de la noche madrileña y, claro, aparte de esto, pudimos comprobar por qué la banda es una de las más completas de nuestro país. Tete se mostró seguro desde el primer momento, animando al público como lo haría en todo momento y demostrando las cualidades que posee y que le hacen merecedor de ser uno de los mejores vocalistas de este país. Tras “Perseguido” golpearían de nuevo con un tema de su nuevo disco, en este caso la elegida fue “Volverá”.
Tras las dos canciones coreadas al unísono como si fueran un clásico entre el público, llegaría un duelo previo entre los riffs de guitarra de Jero Ramiro y la voz de Tete Novoa que daría paso a “Maldito Corazón” de su disco “El Clan de la Lucha”. En este momento la banda seguía a tope, disfrutando de cada momento y nosotros con ellos: Niko no paraba quieto con su maestría al bajo, Jero sigue demostrando por qué es uno de los guitarristas más versátiles de nuestro país, Tete a un nivel vocal increíble y esa bestia que es Dani Pérez a las baquetas.
Se sucedían las canciones en un concierto en el que el público no paró ni un instante de darlo todo y en el que “Tras las Rejas” del “Agotarás” o la siempre bien recibida “No sufriré jamás por ti” hicieron que el ambiente estuviera cargado de una actitud entregada y de unos asistentes que se lo pasaban de lujo disfrutando el directo de SARATOGA.
Entre canción y canción, Tete solía llevar el peso de ejercer como comunicador con el público a través de discursos o pequeños juegos de voz con los asistentes. Esta premisa se interrumpió antes de “Morir en el bien, vivir en el mal” en el que Niko del Hierro quiso tener un recuerdo para su padre recientemente fallecido y dedicarle el tema que arrancaba con un solo excepcional de bajo. Llegó tras dicho tema “Vientos de Guerra”, la gente enloqueció y la banda se retiró para dejar solo frente al público a Dani Pérez.
El madrileño se erigió como el protagonista absoluto para dejar con la boca abierta al respetable, y vaya si lo consiguió. En un solo de batería que duro alrededor de los cuatro o cinco minutos, Dani demostró fuerza, habilidad, coordinación absoluta y una velocidad endiablada en ciertos instantes de, sin duda, su momento de gloria. El público acabó ovacionando al batería con todas las de la ley, y tras esto, SARATOGA al completo al escenario para seguir con la juerga de “Heavy Metal” y una que siempre es bien recibida y en la que Tete imploraba al público que botáramos y cantásemos como si no hubiera mañana: era el momento de “A morir”.
Guitarra acústica al escenario y una silla en la que se sentó Tete para dar pie a una sorpresa que fue tomada bien por parte del público, pero en la que, tal vez, hubo más silencio de lo que se pudo esperar la banda. “El ciprés solitario”, canción del nuevo álbum que otorgaron la oportunidad al público de su ciudad de escucharla en directo. Justo cuando los últimos acordes de la canción estaban siendo tocados, Jero irrumpió a la acústica de nuevo para que llegara un momento esperado por prácticamente todo el mundo: “Si Amaneciera”.
Tras este momento en el que más de una persona se emocionó, Tete empezó un discurso que giró en torno a la violencia machista y que, como es lógico, el cantante condenó en todo momento. Dicho discurso hizo que “El Vals de la Rosa Herida” empezara a sonar con una banda entregadísima en todo momento y a la cual, al menos a simple vista, no se la notaba el cansancio. “Luchar o morir”, otro corte de su nuevo albúm “Morir en el bien, vivir en el mal” sirvió para que el grupo marchara del escenario para, como ya sabíamos, volver tras dejar que el público coreara el nombre de la banda.
El concierto estaba llegando a su fin, pero aún quedaban los últimos trallazos que pusieran la Sala But a botar y corear las frases de las canciones. Otro discurso de Tete Novoa —que estuvo muy hablador durante toda la noche, pero sin saturar— hablaba sobre que las personas que se van nunca nos abandonan, porque de algún modo se quedan a nuestro lado. Tras el fin de dicho discurso “Como el viento” empezaba a sonar y la conexión entre la banda y el público fue simplemente colosal, coreando al estribillo de dicha canción con una fuerza y una entrega a la que Tete hizo alusión al acabar la canción.
“Dani, dale fuego a Madrid”, y con esa frase de Tete empezó el último tema de la noche que no podía ser otro que el ya mítico “Perro Traidor”. Una sala enloquecida y una banda que permaneció en todo momento compenetrada y para colmo, demostrando uno por uno las cualidades que tienen para ser una de las bandas más completas de nuestro país.
Con “Fear Of The Dark” sonando de fondo y Tete lanzándose al público, el grupo se retiró definitivamente entre aplausos y vítores. A finales de año, SARATOGA cumplen la escandalosa cifra de 25 años sobre el escenario y, como ya han adelantado varias veces, se hará algún tipo de evento especial del que pronto tendremos noticias.
Quién sabe, lo mismo algo tiene que ver que el disco “Agotarás” cumpla también quince años. Fuera lo que fuere aquello que nos tengan preparado, es más que obvio que ofrecerán un concierto de maestría, profesionalidad, humildad y espectáculo, el cual a veces olvidamos que va más allá de usar pirotecnia o columnas de humo. Un estupendo concierto de principio a fin y en el que el público salió con una sonrisa de oreja a oreja.
Crónica de Juanma García de Rafa Basa