Bring Me The Horizon – That’s The Spirit

Quién nos iba a decir que los que antaño fueran punta de lanza de la maraña metalcore pegarían semejante vuelta de tuerca a su sonido, acercándose sin tapujos al rock electrónico o al nu metal a lo Linkin Park.

Se trata uno de esos discos que a buen seguro levantará ampollas entre los seguidores acérrimos de los inicios y a otros quizás les parezca lo mejor que han sacado en toda su trayectoria, uno de esos sanos puñetazos en la mesa que conviene dar de vez en cuando para despojarse de prejuicios y mentes cerriles.

Crítica de Alfredo Villaescusa de MariskalRock.com

 

Porque es evidente que los británicos han dulcificado su propuesta tal vez hasta el extremo y han agitado una coctelera en la que lo mismo resuenan bases electrónicas que guturales, un saxofón o elementos más cercanos al rock alternativo, pop o indie. Todo ello insuflado de cierto espíritu hedonista, de frenética cultura de club en la que puede vislumbrarse el ambiente relajado de la grabación en las paradisiacas Islas Griegas.

Pero al margen de las fiestas que se hayan pegado en tal privilegiado entorno, es evidente que los chavales se lo han currado de veras, con un conjunto impoluto y auténticos temazos para flipar un sábado por la noche en algún garito de gente elegante con ínfulas macarras. “Doomed”, por ejemplo, es el baño de realidad necesario para descolocar e introducir de primeras el sonido actual de la banda, con melodías que no se van de la cabeza ni con aguarrás y con Oliver Sykes utilizando voces limpias con una naturalidad tal como si lo hubiera estado haciendo así toda la vida.

La irónica “HappySong” tiene un riff más nu metalero, incluso unas líneas de bajo muy marcadas a lo Korn, antes de estallar en un estribillo dulzón en el que se alternan unos coros infantiles que recuerdan al “mOBSCENE” de Marilyn Manson, y por ende, a la influencia directa de este último, el “Be Agressive” de Faith No More. Y “Throne” es un llenapistas alternativas con bastante aire al “Closer To TheEdge” de ThirtySeconds To Mars, uno de los ejemplos más niquelados de este maridaje entre rock y electrónica.

En “True Friends” manejan asimismo con soltura el contraste entre el almíbar y algunos de los escasos tonos guturales que pululan por el disco, mientras que “FollowYou” sigue la estela del ‘Meteora’ de Linkin Park, al igual que “Run”, que casi prescinde por completo de las guitarras. El concepto principal del redondo de transformar sentimientos negativos en positivos sobresale en “Drown”, otra vez con uno de esos estribillos casi imposibles de olvidar y con los coros grandilocuentes característicos de Jared Leto y compañía.

No sobra nada en esta obra maestra que a pesar de su matiz comercial debería servir para tomarlos en serio a nivel musical y meter en barbecho aquella época quinqui en la que hasta vomitaban en el escenario. Los chicos tatuados se han hecho mayores y han sentado la cabeza de la mejor manera posible. Una madurez muy interesante.

Crítica de Alfredo Villaescusa de MariskalRock.com