El jueves había transcurrido de forma aparentemente normal, pero durante todo el día algo en nuestro interior se empeñaba en recordarnos que ese no era un jueves cualquiera. Una especie de fuerza gravitatoria nos atraía sin remedio hacia una de las citas más señaladas en el calendario de todos los aficionados al metal oscuro y potente. Un pacto entre los dioses del Olimpo y los hijos de Ataegina y Endovélico prometía llevar hasta los escenarios de la capital una batalla sin precedentes.
Crónica de David Rodrigo (Coon) de MetalCry.com
Así los dioses griegos eligieron a SEPTICFLESH como sus paladines y MOONSPELL se presentaban como los héroes portugueses llegados a conquistar la península. Las bandas no pretendían andarse con chiquitas y tras la rendición de Barcelona llegaban a Madrid prometiendo la furia de un titan y la extinción del mundo. Pero antes de toda gran batalla siempre nos encontramos presagios premonitorios, avisos que nos preparan para lo que está por llegar. Y qué mejor que una gran tormenta para prevenirnos de la inminente ira divina, una tormenta eterna personificada en los madrileños ETERNAL STORM.
El combo capitalino fue el primero en saltar al escenario de la Caracol, dispuestos a dejar muy claro que son un grupo a tener en cuenta. Con un death metal de corte melódico muy potente y agresivo, la banda no tardó en hacer suya la escena y poner las cabezas a menearse. Equipados con una voz agresiva y potente y con su mejor arma encarnada en el dúo de guitarristas, la formación madrileña fue desgranando temas de su disco “From The Ashes”. La sala presentaba ya una buena entrada, aunque considerando el lleno absoluto que vendría después la poco más o menos de media entrada de la que disfrutaron ETERNAL STORM podría considerarse discreta.
Con temas como “Boundaries of Serenity” o “The Dream”, la banda fue cuajando una actuación de menos a más, ganándose paulatinamente el favor y los aplausos del respetable, que comenzaba a reconocer el talento del combinado madrileño, que reclamó la interacción del público a base de temas potentes y muy directos, como “A Picture In The Dark” o “Grey Skies”, dejando muy claro que tienen un futuro interesante por delante, siempre que sigan trabajando como hasta ahora y perfilando temas tan interesantes como “The Great Wings Of Silence”, que editaron a finales del año pasado en el quinto volumen de la serie de Split CDs “Elemental Nightmares”. Bien plantados sobre el escenario, el grupo aún tiene un amplio margen de mejora, pero ya han demostrado sobradamente su talento y aptitudes. Habrá que seguirles de cerca.
Tras ellos y una espera que pareció interminable (cómo todas las que preceden a los grandes acontecimientos, esas en las que cada segundo parece una hora), llegaba la primera acometida, uno de los motivos que nos empujaba a dirigirnos a esa sala desde el comienzo del día. La furia del Olimpo estaba próxima a caer sobre nosotros cuando los griegos SEPTICFLESH subieron al escenario y desataron “War In Heaven”, de su disco “Titan”. El tema, un ejemplo exquisito del excelente tratamiento de las orquestaciones utilizadas en este disco, sonó potente y misterioso sobre el escenario de la Caracol, disfrutando de un sonido realmente bueno en el que el grupo dejó muy claro que son una de las formaciones más potentes de la escena actual y que, sin duda, para muchos eran la atracción principal de la noche.
Con Spiros Antoniou al frente de la formación, SEPTICFLESH dejaron ya en este primer tema una muestra de su poder y de los cuidados arreglos y simples de apoyo que llevaban preparados para el show. La locura se adueño de Caracol cuando el conjunto griego continuó su actuación con “Communion”, tema que dio nombre al que posiblemente haya sido su disco más exitoso hasta la fecha y que, sin duda, supuso una subida en el estatus de la formación. Personalmente, este es uno de mis temas favoritos del grupo y fue una auténtica declaración de intenciones: los helenos habían llegado a conquistar y nos daban la opción de comulgar con ello o sufrir la furia del Olimpo, condensada como pocas veces en este potente tema.
Decididos a presentar batalla, el público aguantó el envite y la banda se lanzó a invocar “Order Of Dracul”, también de su último largo “Titan”, decididos a imbuirse de los poderes maléficos del dragón y servirse de ellos para arrasar las tropas locales. Con una nueva demostración de los cuidados arreglos orquestales del disco y un potentísimo juego de guitarras, los griegos continuaron ganando terreno y haciéndose más fuertes sobre el escenario, despertando los gritos entre los asistentes, que sucumbían cada vez con mayor rapidez al poder olímpico, rindiendo culto en forma de headbanging a SEPTICFLESH.
“A Great Mass Of Death” es lo que los griegos pretendían dejar a su paso y muy cerca estuvieron de conseguirlo con su agresivo juego de riffs y su personal propuesta deathmetalera. Extraído del disco al que dio nombre, el tema fue uno de los mejor recibidos en esta primer aparte del show de los helenos, que con cada riff y cada solo ganaban rendiciones entre los asistentes. Resistirse a menear la melena con temas como este es muy difícil y solo un pequeño reducto de resistencia permanecía aún firme ante la potencia y rabia de la banda. La sala se había llenado hasta los topes de refuerzos para esta batalla, pero la victoria de Spiros, Christos y compañía parecía irremediable.
“Pyramid God” tiene todas las trazas para servir como marcha de guerra para las fuerzas olímpicas y titánicas de SEPTICFLESH, con una de las melodías más adictivas que podemos encontrar en la discografía del combinado ateniense. Impulsados por la furia de su nuevo batería Kirmh Lechner, la banda se lanzó a la batalla descerrajando cuellos a base de metal. Pocas formaciones cuentan en su sonido con un ejercicio de riffing tan intenso y potente a la vez que un tratamiento melódico y orquestal tan cuidado, misterioso e impresionante como el que exhiben SEPTICFLESH en su trabajo. Poseídos por la furia de Ares, la banda marchó sobre las huestes locales sembrando el caos y liberando al “Titan” que da nombre a su último disco. Sometidos por una fuerza irresistible, la práctica totalidad de la sala acompañaba cada tema del grupo con gritos y headbanging, vencidos y capturados por el titánico sonido de los griegos.
Las huestes olímpicas y titánicas habían unido fuerzas al fin y juntas se lanzaron en una nueva acometida contra la escasa resistencia, ofreciendo “Prototype” como himno de batalla, reflejando la novedad de su unión y la fuerza que SEPTICFLESH son capaces de transmitir con su poder canalizado a través de sus instrumentos. Las guitarras se convirtieron en hachas, el bajo y la batería en martillos y la voz atenazo el corazón de todos los asistentes en un ejercicio de rabia, técnica e imaginación realmente llamativo, que reflejó una vez más el cuidado puesto en los arreglos del último largo del grupo.
Aunque pocos, un reducto de resistencia se hizo fuerte en la sala y los helenos no tuvieron más remedio que invocar la ayuda de “The Vampire From Nazareth”, sin lugar a dudas uno de sus temas más potentes de la banda y uno de los más llamativamente recibidos entre los presentes, que rindieron su headbanging y aclamaciones a la furia del vampiro. Se trata, indudablemente, de uno de esos temas que se convierten en clásicos instantáneos, uno de los más celebrados de la banda y uno de los cortes más esperados de la noche, que calló sobre el público para ganarse a cualquier escéptico que aún pudiera quedar y someterlo al poder de los hijos de Cronos.
Decididos a afianzar su victoria, la banda proclamó la muerte de Lovecraft mediante su tema “Lovecraft’s Death”, liberando así todos los horrores del escritor, las criaturas de Cthulhu invadieron la sala y se cercioraron de que todos los asistentes rendían pleitesía a SEPTICFLESH antes de volver a las profundidades abisales y dejar que los griegos el terreno listo para su siguiente carga. Y es que las huestes olímpicas de Zeus se aliaron en esta ocasión con el panteón egipcio y ante nosotros se presentó “Anubis”. La deidad que abría el disco “Communion” fue recibida con toda clase de bendiciones y ante sus pies se postró el lleno completo de la sala. La banda continuó su concierto impasible, imparable, apoyada como siempre en su gran trabajo de riffing.
Con la primera victoria de la noche conseguida, SEPTICFLESH pusieron el punto final a su actuación con la aparición del titán. “Prometheus” fue el tema escogido para cerrar el concierto de los griegos y al igual que en la mitología robó el fuego a los dioses para dárselo a los hombres, en la noche del jueves subyugó la voluntad de los asistentes para entregarla a un grupo que se marchó entre vítores y peticiones de más. Una batalla musical salvaje y arrolladora que dejaba un primer triunfo que sin duda, fue perfecto para preparar el terreno a los portugueses MOONSPELL.
Tras una pequeña espera los asistentes recuperaron algo de energía y se encontraban preparados para recibir la siguiente acometida. Así pues los portugueses se encomendaron a Trebaruna, diosa lusitana de la batalla, y se lanzaron a la interpretación de “Breathe (Until We Are No More)” de su reciente disco “Extinct”. Se trata de una canción bastante melódica y con una melodía fácil de recordar. Lo cierto es que el tema resultó todo un pelotazo inicial, metiéndose al público en el bolsillo desde el primer momento y presentando su nuevo disco de la mejor manera posible. La banda estaba decidida a conquistar el terreno y no pensaban recortar esfuerzos para ello, por lo que habían preparado un repertorio en el que darían un buen repaso a casi toda su carrera. Pero antes, tras el respiro inicial, la banda anunciaba sus intenciones con “Extinct”, tema que da titulo a su último disco y que se reveló mucho más potente y agresivo que su predecesor, atisbando desde un primer momento la variedad que envuelve el nuevo lanzamiento de los portugueses.
La banda reclamaba oscuridad y no dudo en invocarla con “Night Eternal”, retrocediendo algunos años hasta uno de los discos que más recuerdo y más me han gustado de la discografía de los lusos entre columnas de humo y efectos de luces. MOONSPELL no se anduvieron con chiquitas y bajo el manto de la noche eterna nos ofrecieron toda la energía que son capaces de desplegar, reclamando el headbanging que se merecen por derecho propio a base de riffs. El grupo no quería medias tintas por lo que se encomendó a la fuerza del dios Rinucessius y se lanzó a la interpretación de “Awake”. Con un buen ejercicio de riffing, lo cierto es que el fuerte de la banda se encuentra en el tratamiento de sus melodías. La banda comenzó bien pronto a dar señales de que el suyo iba a ser un concierto con mucho apoyo visual y no tardamos en comprobar que Fernando Ribeiro y los suyos habían medido cada momento del concierto para ofrecer el espectáculo más completo posible a una Caracol abarrotada de asistentes.
Tras recordar su disco “Irreligious” la banda retomaba el camino de la extinción con “The Last Of Us”, primer single de su nuevo disco y un tema que fue recibido con aplausos y coreado por todos los asistentes, ya absolutamente rendidos al empuje de los portugueses. Con “The Last Of Us” nos encontramos un tema muy pegadizo y adictivo, que hizo saltar y cantar a toda la sala. La banda continúo presentando su nuevo disco con “Medusalem”, un tema realmente interesante con el que la banda volvió a mostrar la variedad sónica de su nuevo redondo. Se trata de un tema que mezcla cierto aire industrial a lo RAMMSTEIN en las estrofas con un sentimiento ciertamente medio-oriental en el puente estribillo y en la sección instrumental central, que lo convierten en un corte bastante único. Es uno de mis favoritos de su nuevo disco y la recuerdo coo una de las mejores interpretaciones de la noche. “Extinct”, el nuevo disco de la banda, es sin duda un lanzamiento que puede despertar algo de controversia en algunos fans, pero que supone un paso adelante para la banda a todas luces, con un enfoque mucho más amplio de su sonido, abarcando más tendencias y direcciones que nunca sin perder su identidad, lo que quedó demostrado sobre el escenario de Caracol. Los temas del nuevo disco siguieron sucediéndose con “Funeral Bloom”, un en el que la banda pudo dar rienda suelta a su lado más gótico, apoyados por un fuerte ejercicio visual de efectos y luces, plasmando también su vertiente más agresiva a través de algunos riffs y voces. La banda se mostraba muy activa y ávida de interactuar con el público, par alo que Fernando se afanó en comunicarse constantemente en un más que decente castellano.
Con “Malignia” la banda volvió a dejar constancia de la variedad de su nuevo trabajo, presentando un tema con una melodía muy oscura y misteriosa, dibujada desde el comienzo con una pequeña intro propia y que desemboca un tema realmente interesante, que resultó ser todo un “rompecuellos”, debido al contraste entre el potente, agresivo e inesperado estribillo y las partes más melódicas. Llegado este momento, el grupo consideró que la ayuda de los dioses no era suficiente y se dispuso a invocar al diablo, para lo que Fernando solicitó la ayuda de toda la sala, reclamando sus cuernos en alto para la llegada de “Mephisto”, un nuevo tema de su reconocido disco “Irreligious”. Poco se puede decir acerca de este tema, posiblemente uno de los más recordados y celebrados de la discografía de los lusos y que tuvo el recibimiento esperado entre el público.
Tras este clásico, el grupo regresó a la extinción de su nuevo disco para ofrecer de forma consecutiva los temas “The Future Is Dark”, un corte más relajado y de aire más gótico en el que tanto la banda como los asistentes aprovecharon para recuperar algo de aliento; y “Dominia” un tema de corte bastante gótico y melódico que, pese a su avance “in crescendo”, también puede considerarse relajado y que, desde mi punto de vista, no fue la mejor elección tras “The Future Is Dark”, a pesar de contar con uno de los mejores solos de la noche. Con él la banda terminó de presentar su nuevo disco, del que descargaron la práctica totalidad de temas, dejando fuera solamente “La Baphomette”, que cierra el tracklist de “Extinct”.
La actuación continuó, así pues, entre viejos conocidos. El primero fue “Em Nome Do Medo”, de su anterior “Alpha Noir”, siendo un corte mucho más agresivo y potente, un corte bastante contemporáneo que casi se puede decir que tiene influencias hardcore y metalcore. No fue de los mejor recibidos de la noche, a diferencia del siguiente, ni más ni menos que “Vampiria” de su primer largo “Wolfheart”, todo un clásico para la banda que los fans recibieron con todos los honores.
La actuación daba sus últimos coletazos cuando la banda descargó “Ataegina”, como queriendo invocar una vez más el poder de la diosa más importante de la mitología lusitana. Se trata de un tema de marcado sonido folk y con una melodía pegadiza y alegre. Podría decirse que es el equivalente portugués de “Fiesta Pagana” (salvando las distancias). Fue un corte muy bien recibido y coreado por la práctica totalidad de la sala. Todo un soplo de aire fresco que arrojó algo de luz sobre la oscuridad de la extinción que MOONSPELL llevaban toda la noche llevando a cabo. Finalmente la banda presentó “Alma Mater”, de sobra conocida por todos, con su influencia casi blackmetalera.
Parecía que la batalla había terminado, pero viendo que aún quedaban algunos supervivientes MOONSPELL regresaron al escenario y aullando a la luna que se alzaba en el exterior, Fernando Ribeiro dio comienzo a “Wolfshade (A Werewolf Masquerade)”, otro de los imprescindibles en un concierto de los portugueses. Fue el primero de los bises, con la banda demostrando estar en plena forma y el público rendido a su talento. El golpe de gracia llegó con “Full Moon Madness”, que volvía a recordarnos “Irreligious” y dejaba a la sala completamente extasiada y satisfecha.
MOONSPELL y SEPTICFLESH dejaron muy claro a su paso por Madrid que son dos bandas por las que merece la pena pagar una entrada y un combo absolutamente demoledor, incapaz de dejar a nadie indiferente. Sin duda una de las giras más potentes de lo que llevamos de año.
Crónica de David Rodrigo (Coon) de MetalCry.com