En los últimos años se han convertido en el gran grupo de metal de Europa, arrasando por donde van y llenando grandes recintos por todo el mundo. Venían de nuevo de gira por Madrid, a un Palacio de los Deportes que, aunque no estuvo lleno del todo, sí que rozó el “no hay billetes”. La gira, llamada como su recopilatorio, “Made in Germany”, compila también todos los hits de la historia del grupo y les está llevando a recorrer, durante un periodo de cerca de dos años, los escenarios de medio mundo.
Crónica de Alfonso Dávila de MariscalRock.com
Esta vez el grupo no llevaba ningún grupo invitado, sino un DJ llamado Joe Letz, batería de Combichrist, el cual se dedicó a pinchar en versión techno las canciones de Rammstein que más tarde escucharíamos en directo, lo que me pareció innecesario y carente de gracia. No es su única función en la gira, porque después, durante el concierto de Rammstein, se dedicó a pasearse por el foso repartiendo pulseras entre las chicas guapas para que accedieran después a los camerinos.
A las 21:05 comenzaba el concierto de verdad. Un enorme telón que imitaba planchas de metal soldadas entre sí tapaba el escenario y a los músicos que iban tomando posiciones sobre las tablas. Cuando se apagaron las luces, el estadio entero comenzó a rugir ante el inminente inicio del concierto. Comenzaron con “Ich tu dir weh” y desde el primer momento nos dejaron a todos boquiabiertos por la impresionante escenografía que llevan en esta gira, con un telón panelado de fondo, una iluminación espectacular compuesta por lámparas gigantes, que iban cambiando de disposición durante la actuación, y todos los petardos, llamas y cosas que arden a las que ya nos tienen acostumbrados. Till Lindemann iba descendiendo desde las alturas con un abrigo rosa, cual Txus Di Fellatio en sus buenos tiempos, mientras cantaba el tema. El resto del grupo estaba repartido en dos zonas sobre las tablas, el bajista, batería y teclista sobre una plataforma en la parte trasera, y los guitarristas en primera línea de fuego, literalmente en su caso. Siguieron con “Wollt ihr das Bett in Flammen sehen?”, en la que lanzaron bolas de fuego, y “Keine Lust”, que comenzó el bajista Oliver Riedel en el que fue el único momento en todo el concierto en el que tuvo un papel protagonista. Debido a que en esta gira el grupo ha recortado el tiempo de actuación a unos escasos 95 minutos, ha eliminado entre otras cosas el momento en el navegaba sobre el público montado en una barca hinchable.
Recordaron los inicios del grupo con “Sehnsucht” y el público estaba ya rendido a sus pies, un público que desde horas antes de la apertura de puertas abarrotaba la plaza de Salvador Dalí y que estaba compuesto por todo tipo de gente, incluidos muchísimos alemanes, alguno vestidos de tirolés. “Asche zu Asche”, con los pies de micrófono de los guitarristas envueltos en llamas, dio paso a “Feuer frei!” y las impresionantes máscaras-lanzallamas. La aclamadísima “Mein Teil” contó con el número en el que Till, vestido de cocinero ensangrentado, asa con su lanzallamas a Flake Lorenz. El principal “pero” que se les puede poner a sus conciertos es que introducen novedades en su espectáculo muy de poco en poco, y con haberles visto una vez o alguno de sus DVDs ya sabes en qué momento van a hacer que cosa. Deberían renovar su show más a menudo, pero también es verdad que Rammstein ha llegado a un nivel tan alto que ya es muy difícil poder sacar algo nuevo que sorprenda a todo el mundo.
Para “Ohne Dich” la escenografía ya había cambiado por completo, y la gran cruz del grupo adornaba el fondo del escenario. Al principio de “Weiner Blut” unas potentes luces azules salían desde el kit de batería de Christoph Schneider, y en “Du riechst so gut” se vivió uno de los momentos más calientes de la noche, con Till lanzando pirotecnia con un arco a diestro y siniestro mientras el público no paraba de saltar durante el estribillo. Continuaron con otro “momento caliente” en “Benzin”, en la que no pararon de lanzar llamaradas, las cuales les debieron parecer insuficientes, por lo que Till sacó un dispensador de gasolina lanzallamas con el que incendió el escenario y a un miembro de su equipo. En “Link 2, 3, 4” en lo que más me fije fueron en los paneles de luces que sacaron, pues se iluminaban con el ritmo marcial de la canción.
Llegaba el momento de presenciar el que para mí fue el mejor momento de todo el concierto, en el que desplegaron todo su equipo de pólvora y fuego. Era la hora de “Du Hast”, la canción con la que se encumbraron y con la que dieron el primer paso para convertirse en un supergrupo a escala mundial. Con toda la gente cantando desde el principio a viva voz, y con Till arengando para que lo hiciéramos más alto, usaron todos los recursos que ofrecía el escenario, con un juego de luces perfecto, lanzando bolas de fuego desde el techo y desde el suelo, y prendiendo el recinto con bengalas que salieron de la escopeta de Till y que volvieron desde la mesa de sonido para encender aún más petardos. La verdad es que solamente por haber visto la que montaron en “Du Hast” mereció la pena ir al concierto.
Sin con el anterior tema se había vivido el mejor momento de la noche, en “Bück Dich” se vivió, sin lugar a dudas, el más bizarro, con la sodomización por parte del fornido cantante al teclista Flake desde una plataforma elevadora y con la posterior corrida simulada sobre las primeras filas.
Con “Ich Will”, sin darnos casi cuenta, ya estábamos llegando al final, y es que el concierto se nos había pasado volando, aparte de por lo corto, por lo entretenido que estaba siendo.
Para abrir los bises decidieron hacerlo de forma tranquila, con la versión pausada de “Mein Herz Brennt”, interpretada de forma magistral por Till acompañado por el piano. Para cerrar aún quedaban “Sonne” y “Pussy”, en la que montaron la fiesta de la espuma con el ya conocido falo-cañón con el que se pasea Till de un lado a otro del escenario. Punto y final para un magnífico concierto de los alemanes. Gran escenografía y grandísimo espectáculo, lo cual no evitó que pensáramos en que no habían tocado temas como “Engel” o en que se hizo excesivamente corto comparado con los conciertos de dos horas que se marcaban en anteriores giras.
Setlist:
- Ich tu dir weh
- Wollt ihr das Bett in Flammen sehen?
- Keine Lust
- Sehnsucht
- Asche zu Asche
- Feuer frei!
- Mein Teil
- Ohne dich
- Wiener Blut
- Du riechst so gut
- Benzin
- Links 2-3-4
- Du hast
- Bück dich
- Ich will
Encore: - Mein Herz brennt (Piano Version)
- Sonne
- Pussy
Crónica de Alfonso Dávila de MariscalRock.com