El ex batería de Samson, y sobre todo de Iron Maiden (tocó en los tres primeros discos de la legendaria banda británica) sucumbió finalmente a la esclerosis múltiple que le aquejaba desde hace años y que le tenía postrado en una silla de ruedas. Según Bruce Dickinson, Clive “fue el mejor batería que jamás tuvo la banda (…) Técnicamente, Nicko (McBrain) es muy superior pero Clive tiene un feeling increíble y eso no se aprende. Es una pena que no se le concediera más tiempo para solucionar sus problemas”.
Cómo es sabido, Steve Harris echó a Burr de Maiden debido a su estilo de vida disoluto, que afectaba su rendimiento en directo. Clive manifestó que tuvo que irse en medio de una gira para atender el funeral de su padre y que cuando volvió se enteró de que Nicko era el nuevo batera. Sea como fuere, Burr y la banda recuperaron las buenas relaciones más tarde y desde entonces mantuvieron una sincera amistad, hasta el punto que, debido al alto coste del tratamiento, sus ex compañeros en la Doncella han hecho varios conciertos benéficos para ayudarle y también fundaron la Clive Burr Multiple Sclerosis Trust Fund.
“Esta es una noticia terriblemente triste. Clive era un buen amigo de todos nosotros. Fue una persona maravillosa y un batería asombroso que contribuyó mucho a nuestro éxito en los inicios de la banda. Nuestro pésame para su pareja Mimi y su familia”, declaró Steve Harris.
Entre su legado, suya es la batería de canciones como “Run to the hills”, “The number of the beast”, “Hallowed be thy name”, “Wratchild”, “Killers”, “Running free” o la propia “Iron Maiden”.