Con más de 20 años de carrera en sus espaldas y con una energía totalmente renovada, los madrileños Hamlet quisieron pasar por la ciudad condal el pasado 25 de Febrero para deleitarnos con un concierto de una calidad excepcional.
Y no esperábamos menos cuando supimos que dicho show se centraría en tres discos de la banda que habían sido laureados con tres discos de oro:
Crónica de Rebeca Jabonero de Metal Symphony
Eran aproximadamente las 20:35 de la tarde cuando las puertas de la conocida sala Razzmatazz 2 se abrían para acoger a los asistentes al evento. Realmente me sorprendió ver, que en las cercanías del local no había mucho movimiento de gente, y eso hizo que las expectativas respecto al concierto, en un primer momento, no fueran muy elevadas. Una vez dentro de la sala las expectativas no parecían mejorar; apenas debíamos ser unas 20 personas en aquellos momentos…pero aún quedaba una larga hora para que la banda hiciera aparición en el escenario. Yo mantenía la esperanza en los seguidores de Hamlet, y más si su repertorio de basaba en tres discos que habían sido los pilares de su carrera. Y, como vereis mientras avanzo la redacción, la esperanza acabó dándome la razón.
Los minutos pasaban y el ambiente parecía entibiarse poco a poco; de forma paulatina los espacios vacíos de la sala 2 de Razzmatazz fueron cobrando vida. Cerca de las 21:30 de la noche (hora establecida para el inicio del concierto de Hamlet, puesto que habían decidido actuar sin teloneros) los componentes del grupo madrileño fueron tomando posiciones en el escenario. El último en aparecer ante su público fue, como no, Molly. Y justo en ese momento los oyentes estallaron en un grito al unísono para recibir de foma calurosa al singular y enérgico frontman de la banda.
Los primeros acordes de “El mejor amigo de nadie”(“Inferno”) invadieron por completo el ya, semi-lleno de la sala y comenzó un espectáculo que consiguió sorprenderme en todos los sentidos. La conexión de esta banda con el público fue grandiosa. Molly no cesó en sus exaltadas carreras de un lado a otro de las tablas, excepto para aproximarse a su pie de micro y dirigirse a los asistentes de forma vivaz. Luis Tarraga(guitarra) saltó impetuosamente en todo momento; Álvaro Tenorio(bajo) acompañó, de vez en cuando, los movimientos de Molly y marcó el ritmo con su habilidad personal. Alberto Marín no encontraba lugar fijo en el escenario, puesto que quería acercarse a cada lado del tablado para mostrar sus aptitudes con la guitarra y mostrar también su vertiginoso baile. Hasta dió la impresión de que Paco Sanchez quería abandonar su batería para unirse a la fiesta. Y es que lo que vimos encima del escenario fue un auténtico festival en el que la banda se lo pasó en grande y supo transmitirlo a la perfección a los que allí nos encontrábamos.
Y así , los madrileños, fueron avanzando en su recital y nos ofrecieron temas míticos como “ Denuncio” “Odio” o “Muérdesela”(canción crítica sobre la violencia de género). Sin duda, uno de los momentos más vitoreados de la noche fue la ejecución del tema “Mi nombre es Yo”. La sala, que ya casi se encontraba a rebosar, ardió en un escandaloso “headbanging”, y creo que todos nos dejamos la voz.
Temas críticos y canciones de índole más personal; tonos oscuros y lentos mezclados con explosiones de batería y riffs desbocados de guitarra…se fueron sucediendo en una noche que queríamos, no tuviese final. Pero el repertorio debía de tener un final; tras canciones de gran calidad como “Antes y después”, “Tu medicina” o “Habitación 106” llegó el momento del Bis. El público esperó con afán a que la banda saliera de nuevo a escena y deleitara al personal con su tema mítico J.F. Pero no fué así; el broche de oro de la noche vino de manos de “Dementes Cobardes”(Insomnio) y “Egoismo”(Revolución 12.111).
Quizás nos quedamos con las ganas de dar más saltos y conseguir que la sala volviera a hervir con J.F, pero las elegidas también fueron coreadas y bailadas de forma demencial. Las luces se encendieron, y llegó la hora de marchar, después de haber disfrutado al máximo. Y es que todo fue sobre ruedas; sonido, voz, ambiente… El cansancio hizo mella en nuestro cerebro, y nos guárdamos esa noche como un bonito y gratificante recuerdo. Si tuviera que definir este concierto con una sola palabra, la elegida sería SORPRENDENTE.
Setlist:
El Mejor Amigo de Nadie
Vivir es una Ilusión
Denuncio
Mi Nombre Es Yo
Tortura
Odio
Buena Suerte
Muérdesela
El Color
No Soy Igual
Porque
Perdoname
No me Arrepiento
Antes y después
Tu Medicina
Habitación 106
Dementes Cobardes
Egoismo
Crónica de Rebeca Jabonero de Metal Symphony