Pueden ser criticados, puede que sus primeros años sean añorados por miles de fans, puede que muchos digan “ya no son los que eran”, pero lo único cierto es que cuando Iron Maiden pisa la carretera son muy pocos los que pueden resistirse a imitarles y recorrer cuantos kilómetros sean necesarios para verles en el concierto más cercano a su casa.

Por eso el pasado día 21 de Agosto Valencia se convirtió en el lugar de peregrinaje de toda una comunidad.

Crónica de David Rodrigo (Coon) de MetalCry.com

Desde todas partes de España e incluso desde con una buena representación Europea, los fans nos aglomerábamos a las puertas del Auditorio Marina Sur para ver una vez más a Iron Maiden sobre el escenario. Para algunos era la primera vez, para otros no; en total más de veintidós mil personas nos dimos cita para ver a La Doncella.

EDGUY

Pero antes de eso, debíamos encontrarnos con unos invitados de lujo, elegidos especialmente para la ocasión. Los alemanes Edguy, comandados por el enérgico Tobbias Sammet, serían los encargados de calentar los motores. Bajo el sol abrasador y la sofocante humedad Valenciana, todos nos regocijábamos con el agua de los manguerazos (gran detalle de la organización) cuando por fin llegó el momento de la verdad.

Al grito de “Ladies and Gentlemans, Welcome to The Freak Show!”, Edguy arrancaban su actuación con “Death Or Rock”. Tan entregado como siempre, Tobias saltó al escenario para dejar claro que es un gran frontman. A pesar del poco cariño que le tengo al último disco de este grupo, debo reconocer que “Death Or Rock” demostró ser una elección excelente para abrir un concierto, transmitiendo mucha energía y arrancando botes y vítores desde la primera nota hasta la última.

No puedo decir lo mismo de “Speedhoven”, que no consiguió hacerse con el favor del público completamente y redujo algo la intervención del mismo. No obstante el buen hacer de Sammet como frontman consiguió volver a meternos a todos en materia para corear con todas nuestras fuerzas el siguiente corte escogido por el grupo: la conocida “Tears Of A Mandrake”. Una vez más un tema de un disco que no me gusta y una vez más debo reconocer que es todo un acierto en directo.

Fácil de corear y con un ritmo que invita al salto y el headbanging, Edguy hicieron despegar su actuación gracias a este tema. Una actuación que continuaron muy acertadamente con “Lavoratoy Love Machine”, que recibió los aplausos del respetable y con el single “Superheroes”, que fue para mi gusto el mayor acierto de sus setlist. “Rocket Ride” es posiblemente mi disco preferido del grupo y me disgustó que no tuviera más representación en el concierto de los alemanes.

Sorpresivamente, tras solo cuarenta minutos de actuación, Edguy ponían fin a su actuación con “King Of Fools”, single de su aclamado “Hellfire Club”, dejando muy buen sabor de boca a pesar de unos pequeños problemas de sonido.

IRON MAIDEN

La espera no se hizo tan larga como muchos temíamos y pronto estaba todo listo para que el grupo de Heavy Metal más grande de la historia hiciera su aparición sobre el escenario de Valencia. Cómo la mayoría suponíamos el pistoletazo de salida lo dio “The Wickerman”, que desde que apareciera por primera vez en “Brave New World” se ha convertido en todo un clásico en los conciertos de la doncella por méritos propios. La locura se desató entre el público, como era de esperar y ya no cesó en ningún momento. Dickinson hizo su habitual entrada al escenario con un acrobático salto y el show dio comienzo. Emulando el apoteósico inició de su exitoso “Rock In Rio”, Iron Maiden continuaron su setlist con la épica “Ghost Of The Navigator”, unánimemente coreada por el respetable. Este tema se ha convertido con los años en uno de mis cortes favoritos del “Brave New World” y creo que en directo es un acierto absoluto.

Lo mismo podría decirse de uno de sus clásicos más longevos, la imperecedera “Wrathchild”, que ocupó el tercer lugar en su setlist, insuflando energía al público. Y es que de eso va un concierto de Iron Maiden, de energía y sensaciones. Fue tras este tema cuando el grupo hizo el primer descanso para saludar a su público. Bruce dio la bienvenida a “la familia de Iron Maiden” a todos aquellos que les veían por primera vez, nos confesó lo a gusto que se siente la banda en España, presentó su nuevo disco “The Final Frontier” y dio comienzo al cuarto corte de su setlist, precisamente el single de este nuevo trabajo: “El Dorado” es ya un buen conocido de todos los fans de La Doncella y fue coreado como tal.

Tras él le llegó el turno a uno de esos cortes largos que Maiden nos han venido ofreciendo en sus últimos trabajos: “Dance Of Death”. Personalmente no es de los que más me gustan en estudio (me palidece mucho en comparación con “Paschendale”, para no irme mucho más lejos), pero es uno de esos cortes que en directo tiene una magia especial y el resultado fue bastante bueno. No obstante en este tema empezaron a dejarse notar unos problemas de sonido que se mantendrían presentes en el resto de la actuación y que ensombrecieron algunos momentos de la actuación. Es algo a lo que te expones siempre en las actuaciones al aire libre, ya que en estas los fallos de sonido se hacen mucho más evidentes. A pesar de la nitidez con la que se escuchaban todos los instrumentos, por momentos se perdía el sonido de alguna de las guitarras o desaparecía unos instantes el micro de Bruce o el bajo de Harris.

Con “The Reincarnation Of Benjamin Breeg” llegó la primera representación de “A Matter Of Life And Death” en el setlist de los británicos. Este tema, single de su disco, fue uno de los que menos me gustaron en un comienzo y uno de los que más ganó con las escuchas, hasta llegar a convertirse en uno de mis temas preferidos de aquel disco y de la época más reciente del grupo. No había tenido la oportunidad de verlo en directo aún y su resultado en vivo me satisfizo plenamente.

Con “These Colors Don’t Run” no puedo decir lo mismo. Es cierto que sobre el escenario gana varios enteros, pero me pareció y me sigue pareciendo el tema más flojo de “A Matter Of Life And Death”. No obstante estuvo acompañado de un gran fondo de escenario (un fondo móvil que cambiaba de canción a canción) y de un excelente juego de luces, elemento que fue posiblemente de lo más destacado de la puesta en escena del grupo, dotando a su escenografía de una tridimensionalidad excepcional.

“Blood Borthers” fue uno de los momentos más emotivos del concierto. Bruce nos comunicó que la banda dedicaba este tema al tristemente fallecido Ronnie Dio y su comienzo fue recibido con gritos de “Dio, Dio…”. El tema que Harris compusiera en memoria de su padre se ha convertido con los años en un fijo de los conciertos de Iron Maiden gracias precisamente a su emotividad y particular épica, tan característica en las creaciones de Steve. “Wildest Dreams” devolvió la velocidad al concierto y con “No More Lies” volvimos a disfrutar de uno de los cortes más aclamados de “Dance Of Death”. Desde su creación era evidente que “No More Lies”, con su extenso y simple estribillo y sus interminables cabalgadas en guitarra y bajo, era un tema especialmente creado para el directo, tal y como quedo demostrado una vez más.

“Brave New World” tampoco podía faltar en este setlist, principalmente dedicado a los últimos trabajos del grupo. No es uno de los temas que más me apasionan de la doncella, pero su resultado en directo es incuestionable. Como incuestionable es la magia que desprende “Fear Of The Dark”, un corte que se ha convertido a lo largo de los años en uno de los mayores éxitos del grupo y ha sido, es y será siempre uno de los temas más coreados que puedan sonar en un concierto de la Doncella. Obviamente un concierto de Iron Maiden no sería lo mismo sin la aparición de Eddie y, aunque no podría decir exactamente en que tema hizo su aparición la conocida mascota del grupo, si estuvo presente, con el nuevo aspecto creado para el más reciente disco de la doncella. Esta vez incluso se atrevió a coger una guitarra.

Su interpretación nos anunció a todos que el final del concierto estaba cerca, había llegado mucho más rápido de lo que nos hubiera gustado. “Iron Maiden”, un tema que toma el nombre del grupo y que ha sido su bandera en directo desde el comienzo de su historia volvió a sonar una vez más en Valencia y puso el punto y a parte a la actuación Iron Maiden.

Los bises tampoco se hicieron esperar y antes de que nos diéramos cuenta arrancó el clásico entre los clásicos: “The Number Of The Beast” fue el principió del fin. Haciendo acopio de la últimas energías que nos quedaban, el tema fue indudablemente uno de los más celebrados y vitoreados de la noche, seguido, como no, por “Hallowed Be Thy Name”. La magia de este tema es algo que no puede explicarse con palabras, al menos para mi lo es, y por eso no lo haré. Quien haya visto a Maiden en directo sabe a lo que me refiero.

Y al final llegó la despedida con otro de esos temas habituales desde sus primeros años. “Running Free” fue la despedida de Valencia y de la gira, el punto final al concierto. Es cierto que, posiblemente, no fue la mejor noche del grupo. Es cierto que hubo fallos en el sonido que enturbiaron la actuación, es cierto que en la parte trasera el volumen no era todo lo alto que hubiera sido deseable (un problema clásico en los eventos al aire libre) y posiblemente sean ciertas muchas otras pegas que cada cual le quiera sacar al concierto. Pero os diré una cosa: a pesar de todo Iron Maiden siempre serán Iron Maiden y por muchas pegas que les quieras buscar, la magia flota en el ambiente y la energía fluye desde el escenario hasta el fan más alejado. Soy fan de Iron Maiden casi desde que tengo uso de razón y nunca he ocultado que con ellos soy menos objetivo que con otros grupos ¿Mi balance del concierto? No se si fue un gran concierto, si fue solo uno bueno o si fue malo y tampoco me importa. Solo se que acabe exhausto, con sueño acumulado de 48 horas, empapado en sudor y hoy aún tengo agujetas en el cuello. Solo se que la noche del veintiuno me lo pasé mejor de lo que me lo había pasado en un concierto en muchísimo tiempo y que, a pesar de la paliza, volvería a repetirlo una y tantas veces como pudiera. Porque Iron Maiden siempre será Iron Maiden.

Iron Maiden durante su concierto en Valencia