Sábado por la tarde, nos encontramos ante un dilema fútbol o rock, haber visto el partido con los Porretas y Gatillazo de banda sonora hubiese estado muy bien, pero no se puede tener todo en la vida, así que como culé con una última esperanza (no merecida) busco un bar cerca del recinto, donde a las 17:30 ya había colas para entrar y para canjear la entrada por las pulseras.

Crónica de Patricia González de Maneras de vivir

Terminó el fútbol y salimos rápido para ver si podemos ver el final de Gatillazo pero no cayó esa breva, por lo que pudimos saber tanto Porretas como Gatillazo no defraudaron, los de hortaleza jugaban con ventaja ya que andaban cerca de casa y son ese grupo con el que lo gozas igual a las 5 de la tarde que a las 4 de la mañana, te hacen mover los pies. Y Gatillazo en su línea, con Evaristo de un lado para otro, muchos temas del último disco y también unos cuanto de La Polla.

Y detrás llegan Los Suaves, a los que más ganas tenía de ver. Por debajo de la camiseta de Yosi se podía ver otra camiseta rojiblanca, tampoco ellos se mantuvieron ajenos a la fiebre futbolera. Los de Ourense empezaron fuertes, No puedo dejar el rock fue el inicio para seguir tocando clasicos como Palabras para Julia, Maldita sea mi suerte… Justo antes de Si pudiera Yosi nos descubría la camiseta del Atleti en un bonito gesto para los justos vencedores de la liga, continuaron con una retahíla de temazos Mi casa, Dulce castigo, Dolores y para terminar un final apoteósico en el que mientras sonaba ya nos vamos Yosi lanzaba cubos de confeti sobre el resto del grupo. Creo que a Los Suaves o los odias o los adoras, yo los adoro y disfrute como una enana.

Turno de Rosendo, un atlético de pro que por supuesto hizo un guiño a su querido atleti, pero, aunque no lo parezca, aquí hemos venido a hablar de rock, no de futbol. A donde va el finado daba el pistoletazo de salida a una hora y media rock en la que se hizo un repaso por su discografia incluyendo temas del último disco como Vergüenza torera o Muela la muela, canciones más viejas como Cosita y también hubo tiempo de echar la vista más atrás con Sorprendente y por supuesto para tocar sus míticos Flojos de pantalón y Agradecido, terminando con el himno, Maneras de vivir, y un «leño pa siempre» que a muchos nos llegó al corazón.

Tras Rosendo, Narco, vuelta de tuerca al sonido que veníamos escuchando hasta ahora. Mientras cambiaban y probaban, fuegos artificiales de fondo, ¡estábamos de fiestas en Rivas! Arrancan los sevillanos, tan fuertes como siempre, potentes y contundentes, un bombo que se clava en el pecho, temazo tras temazo, con algun problema en los micros que hacía que la voz se fuera en algunos momentos. Se notó también que el transporte público acababa y no había tanto público como en los conciertos anteriores, aún así los que quedábamos no podíamos dejar de saltar, Dame veneno, Son ellos, Tu dios de madera, Cerebros destruidos, Kolikotron, La cucaracha, Ambiente cadáver, La hermandad de los muertos… El orden no lo tengo nada claro, entre tanto bote mi cerebro se “desestructuró” bastante, eso sí, nos dijeron adiós con puta policia.

Y para acabar, El Último Ke Zierre, nunca mejor dicho. El frío se iba notando pero los de Burriana nos hiceron entrar en calor rápidamente. Creo que el setlist ya era el elegido por los fans, porque no dejaron de sonar clásico tras clásico: Hachis, Tus bragas, Tú me vicias, Insurgente, Escupiré jodidos, No tengo miedo, Vuelta al infierno, A dónde vas, Mis kalzones… Los que quedábamos por allí lo gozamos como si nunca les hubiésemos visto (¡alguno habría!).

Mención también para la organización, que aunque no suban al escenario hicieron posible que muchos disfrutáramos de una gran noche, horarios a rajatabla y precios muy razonables en barra. Sólo queda esperar que el año que viene se vuelva a repetir.

Crónica de Patricia González de Maneras de vivir