A principio de los noventa dos hermanas cogieron una guitarra y se pusieron a tocar en su casa de Madrid. Al poco tiempo se lanzaron a formar un grupo al que decidieron llamar Dover, cogiendo el nombre prestado de una marca de ropa que vendía su madre en una tienda de Majadahonda. Cinco años más tarde compusieron un disco llamado Devil Came To Me y vendieron más de 800.000 copias.

Consiguieron lo que ningún otro grupo español había logrado desde Los Bravos. Se convirtieron en un icono generacional patrio e hicieron algunas de las mejores canciones de rock que han salido de este agujero.

Crónica de Javi JB de Musicopolis

 

El tiempo pasó y acabaron perdiendo el norte. Cristina Llanos implosionó, un maniquí sustituyó a Álvaro Díez como bajista y decidieron grabar un disco de electropop que les funcionó bien. El tema se jodió todavía más cuando hace tres años se pasaron a la pachanga étnica. Como al resto de sus antiguos seguidores nos la sudó campanuda puesto que hacía tiempo que habíamos asumido que ya no eran más que un feliz recuerdo de nuestra juventud. Sobra decir que no vendieron un carajo.

Hace poco más de un año deciden dejarnos ojipláticos al publicar un cartel en el que anuncian que van a conmemorar el 15º aniversario de la publicación de Devil Came To Me con una gira por todo el país. Súbito ataque de nostalgia gracias al cual parecen volver a sus orígenes. El resultado final: 60 fechas por salas y festivales a lo largo y ancho de la piel de toro. El año pasado tuvimos la suerte de verles tanto en la sala Potemkin de Salamanca como en el Kutxa Kultur Festibala de Donosti y no podríamos haber salido más encantados de ambos conciertos. Fue como si el tiempo no hubiera pasado nunca y, a pesar de todo, siguieran siendo el grupo de rock más grande de España.

Para su actuación madrileña de esta gira conmemorativa escogieron la emblemática sala El Sol. Como era de esperar se agotaron las entradas en un santiamén, de modo que decidieron añadir una fecha más. Ocurrió lo mismo. Era lógico que para esta última fecha tenían que pensar en algo más grande y la falta de opciones derivó en lo evidente: la Riviera. Las entradas volvieron a agotarse.

Baño de masas y mucho sudor, cerveza y saliva para una noche inolvidable, centrada una vez más en ese histórico LP de 1997. La fiesta comenzó con “Rain of the times”, del mismo modo que lo ha hecho en casi toda la gira. Como suele suceder en la sala de las palmeras el sonido defraudó en un comienzo, aunque lograron reconducirlo, con más o menos acierto, en los sucesivos cortes. Además de todo lo esperado del disco del demonio también cayeron canciones de su tercer disco, Late At Night, como “Cherry Lee” o “Flashback” y otras como “Angelus”, de su debut Sister, que además quisieron dedicar al recientemente ejecutivo discográfico Simone Bosé.

Todavía más parlanchina de lo habitual, Cristina emitió un sincero agradecimiento por haber hecho posible este año de recuerdos y reencuentros. Y nosotros se lo devolvimos, porque nos han regalado unos conciertos que, a estas alturas de la película, nos costaba un poco imaginar. Llegado el final del repertorio, los himnos “Serenade”, “Devil Came To Me” y “Loli Jackson” pusieron el previsible (y perfecto) broche final. Ahora sólo cabe esperar que esta gira sea un verdadero regreso a sus orígenes, y el germen de un nuevo disco a la altura de los anteriores. Por lo pronto, que no cese el aplauso.

Crónica de Javi JB de Musicopolis